Capítulo 14

1318 Words
Madeleine Dubois —Definitivamente Catalina me va a volver loca, la adoro, es mi única sobrina pero cada vez hace las cosas peor, jugar con esos dos muchachos no es nada sano, siento mucha lástima por Fernando pero la siento aún más por Alfredo, el me importa, lo quiero como a un hijo y no quiero que sufra por la inmadurez de Catalina; le hablaré y lo pondré al tanto de la situación —hablarle no solucionará mucho— tienes razón sí, pero lo alertará un poco, es un chico muy agradable y sé lo enamorado que está de Catalina, no es justo para él —¿Y para Fernando si?— no tampoco, pero Fernando no me agrada —es un buen chico— Alfredo lo es aún más y esta muy mal lo que Catalina le está haciendo —¿Y Fernando qué?— no me importa Fernand entiende de una vez, mejor le hablaré a Alfredo y le diré que venga a mi casa de una vez, ¿Dónde deje mi móvil? Ah allí esta, el numero de Alfredo a ver, a ver aquí, esta tardando para contestar. —Madeleine. —¿Alfredo cómo te va? ¿Puedes venir a mi casa? Necesito hablar contigo. —¿Ahora? —Si por favor. —Esta bien, creo que tengo un rato aún antes de que lleguen tus sobrinos. —Te espero entonces. —En unos minutos estoy allá. —Al finalizar la llamada decido ir por una copa más y una merienda mientras espero que Alfredo llegue a casa, pasan no sé, diez minutos quizás y ya escuchó sonar el timbre de la puerta principal, si que conduce a mucha velocidad. —Yo abro Barbara —digo un poco alto para que me escuche ya que creo que ha de estar en el jardín— Alfredo llegaste —le digo al verlo parado recostado de una de las columnas—. —Me llamaste y aquí estoy Madeleine ¿Ocurre algo? —¿Una copa? —Claro. —Ven, vamos a la sala, allí podremos conversar y tomarnos esa copa. —Al grano Madeleine, me estas poniendo nervioso. —Supe lo que pasó con Cata. —Explícate —pongo los ojos en blanco—. —Alfredo, supe que se acostaron —le entrego la copa y nos sentamos en el sofá—. —¿Ella te dijo? —pregunta un poco nervioso—. —Se marcharon hace un rato, tiene tantas cosas en la cabeza que necesitaba desahogarse y vino a casa con Fede, nos tomamos un par de copas y conversamos. —¿Qué le ocurre a Catalina? —No lo sé, pero no esta bien, no la dejes sola haga lo que haga o tome la decisión que tome. —¿A qué te refieres con eso? —Ella esta confundida Alfredo, hoy lo pude notar, no sé por qué no deja esa relación que tiene con ese muchacho pero lo que si se, es que, —hago una pausa—. —¿Qué Madeleine? —Va a formalizar su relación con él —se pone de pie rápidamente y se acaba la copa de un solo trago—. —¿Estas jugando verdad? —No Alfredo. —¿Por qué me lo dices? —No quiero que sufras más, sé lo enamorado que estas de ella y no mereces sufrir, ella te quiere porque se que si te quiere, lo he visto en sus ojos, pero no sé por qué tomará esa decisión. —Todo es momentáneo. —Lo es si, date tu tiempo pero no te rindas, con respecto a lo de que se que se acostaron, aclárame algo, ¿Usaron protección? —No entiendo Madeleine, ¿Qué quieres decir exactamente? Y no, no usamos protección. —Ella no sabe lo que hace, se que tomara una muy mala decisión ¿Por qué no usaron protección? —Ira a mi casa en un par de horas con Fede y no se Madeleine, solo se dio el momento y ya. —Esta bien Alfredo y sí, sé que irá a tu casa, trata de disimular un poco esto que estamos hablando, estoy enojada con ella y no te imaginas cuánto porque esta haciendo las cosas mal. —Si ella es feliz así pues dejala, yo veré que hacer luego con lo que siento. —Estarás bien. —Lo sé, a veces es bueno desilusionarse de las personas. —Mereces ser feliz Alfredo, eres un buen chico, busca a alguien que te valore de verdad. —De momento no Madeleine, de momento no. —Bueno Alfredo, solo quería informarte eso, que no te agarre desprevenido. —Gracias Madeleine, me iré a casa ahora. —Perfecto, nos vemos luego. —Adiós Madeleine. —Lo veo marcharse y no se si hice lo correcto al decirle lo que hará mi sobrina, pero creo que él merece la verdad, es un buen chico y no merece nada de lo que hace Catalina, solo espero que este tomando la mejor decisión y no se arrepienta más adelante, ¿Dónde estará mi móvil que esta sonando? Ah ya, en la cocina lo deje cuando termine de hablar con Alfredo hace un rato. —¿Carlota? ¿Qué ocurre? —pregunto apenas contesto—. —¿Puedes venir a casa? Catalina quiere hablar conmigo pero quiere que tu estés presente. —Claro, en unos minutos salgo para allá. —Te esperamos. —Corta la comunicación sin más detalles y no me alarma porque ya imagino que es y si es eso es que Catalina necesita mi apoyo ante la reacción de su madre, bueno ni modo, iré hasta allá. —Veinte minutos más tarde estoy estacionando mi coche en casa de Carlota y desde aquí siento cierta tensión, bueno, veremos que esta ocurriendo allí dentro. —Llegue —digo abriendo la puerta principal con mis llaves—. —Estamos aquí —escucho a Fede, hasta él estará en esa reunión—. —Bien, aquí estoy —noto mucha seriedad en este lugar, Catalina está sentada en un sofá con las piernas encaramadas en él, Carlota está con una copa en las manos y Fede está mirando por la ventana con las manos en los bolsillos de su chaqueta— ¿Qué tan grave es el asunto? —Aún no lo sabemos, ya estamos todos Catalina, habla ahora —pide Carlota en un tono nada agradable—. —¿Mamá? —Ahora Catalina. —Tengo novio —dice sin más y siento que Carlota deja de respirar, —todo se queda en silencio por lo que parece mucho tiempo pero en realidad no es así—. —¿Estás jugando verdad? —pregunta Fede—. —No Fede, no es un juego, tengo novio y se llama Fernando —no puedo creer que realmente Catalina lo haya hecho—. —¿Cómo qué Fernando Catalina por Dios? Sabes cuánto odio a ese tipo. —Tú lo odias Fede yo no. —¿Catalina estas jugando verdad? —No mamá no estoy jugando, tengo novio y se llama Fernando, va en el mismo año de la universidad que yo, ya tenemos tiempo juntos y es hora de que lo sepas todo, y no estoy pidiendo permiso, solo te estoy informando —Carlota se queda totalmente muda y yo no puedo creer lo que Catalina acaba de decir—. —¿Para esto querías que viniera Catalina? ¿Para ver la actitud tan grosera que estas tomando? Mejor me iré a casa, Carlota te llamare luego. —Y sin esperar respuesta doy media vuelta y me marcho, esperaba cualquier cosa menos esa actitud de Catalina, ella no es así y no me gusta ni un poco, solo espero que este haciendo lo correcto y que no se arrepienta después.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD