Lo primero que noté de Jessica era que estaba marcada. Ahora creo que podía entender lo que habían dicho aquel par de gemelos y como de inmediato intuyeron mi marca. La habitual energía y brillo que la caracterizaban se transformaron en contrastes completamente oscuros. A leguas podía escuchar su tono apático y aquella mirada cansada mientras intentaba fingir una sonrisa mientras narraba las anécdotas sobre Drakon y sus miles de maravillosas cualidades para el resto de la clase muriera de envidia. No paraba de describir que no solo era un tipo rico y bien parecido, él era un hombre y una bestia en la cama y amante de la diversión. Intento no vomitar con sus palabras. Me producía asco sus palabras, todos salían atropelladas mientras se pintaba las uñas. La necesidad de advertirle de él m

