Capitulo 2

1514 Words
Narrador Observando su vestido blanco inmaculado, en el enorme espejo de cuerpo completo frente a ella, Lara no daba crédito a lo que sus ojos veían ¿Se casaría? ¿Se casaría cuando ella no lo quería hacer? Cuando pensaba que el matrimonio solo era una cárcel para apresar a mujeres maravillosas... Lara abriendo su boca en busca de aire, solo desvío la vista a un lado, y hallando a su mejor amiga de pie junto a ella, quiso gritar de frustración, de dolor, de decepción; pero la resequedad, y el nudo en su garganta, no se lo permitían —Lara cariño... No lo hagas más difícil, sabes que tu padre no te lo permitirá Viéndola con profundo pesar; Nadia, su mejor amiga, predijo lo que Lara deseaba hacer. Pero no podía, no tenía otra alternativa que quedarse allí, y caminar al altar para desposar a ese desconocido. Ese hombre, del cual no conocía su rostro, pero que detestaba con toda su alma Escuchando como la puerta era tocada en ese instante, Nadia le regalo una sonrisa triste, y tras caminar a esta, la abrió para que la persona del otro lado, ingresara a la ostentosa habitación que le pertenecía a Lara. Antón un poco estupefacto al ver a su hermosa hija, vestida de novia, solo trago grueso, y llegando hasta ella, extendió su mano, mientras contenía sus lagrimas, las cuales clamaban por salir —Lara... te ves... preciosa Intentando aligerar la tensión, y la ira de su hija, este realizó un comentario que ella ni tomó en cuenta. ¿Y como hacerlo? Cuando solo la estaba usando para no acabar en banca rota, su matrimonio con Julián no era mas que una treta para saldar sus deudas, y no quedar en la calle; lo cual ella sentía como una traición. Su padre solo la estaba usando, o más bien, la estaba vendiendo a ese desconocido, a ese hombre que según su reputación, era una mierda. —Llego la hora. Ordenando el velo de Lara, Nadia la hizo volver en si, y colaborando con su vestido, la ayudo a llegar hasta el lugar en donde se realizaría la boda, el cual era el extenso jardín de la mansión en donde ella creció —Tal vez pienses que soy un cobarde Lara, pero esto es por tu bien... Luego de esta boda la antigua Lara, la rebelde, la alocada dejará de existir, para convertirse en la señora Hastings ¿Señora Hastings? ¿Acaso eso importaba? Para Lara no, esto no tenía relevancia por lo que para ella, el apellido de su esposo sería como un grillete, el cual tendría que portar solo para mantener las apariencias frente a las demás personas, que desconocían su vida Elevando su rostro mientras avanzaban por el angosto pasillo; O al menos así lo veía ella en ese instante, Lara observo las sillas, y a lo lejos, el altar decorado por hermosas flores de distintos tipos; y deteniéndo su marcha de la nada, sintió que se desmayaria. —¡No puedo padre! Yo.... me tengo que ir Tomando su vestido con ambas manos, Lara corrió hacia la salida, y obteniendo que dos de los hombres de su padre se interpusieron en su camino, no tuvo otra opción que regresar. —Sabes que no puedes Lara... la alianza con Hastings es necesaria, tu vida alocada, más mis deudas me pusieron en apuro, y de no casarte .... nos dejara sin nada... O peor aún, terminarás en la cárcel Una parte de lo que decía Anton era cierto, Lara llevaba una vida alocada, desmedida que no pensaba en consecuencias, y si ella no se casaba con Julián, lo más probable es que terminaría en la cárcel; pero otra parte, acerca de la deuda, y de que Julián los dejaría en la calle, no lo era. Tomando a su hija del brazo, Anton la regreso a su posición, preparada para que la marcha nupcial iniciara, y acunando su rostro, repitió —Recuerda Lara... La fortuna Fisher esta en tus manos. Sintiendo el enorme peso en sus hombros de conservar la fortuna familiar, Lara retuvo las lágrimas en sus ojos, y luego de asentir con ganas de salir de alli, inicio su caminata de la mano de su padre. La típica marcha nupcial empezó a sonar, invadiendo cada rincón de la mansión, y haciendo que todos a excepción de Julián, se girarán para ver a Lara; los cuales quedaron sin palabras al verla tan hermosa Su cuerpo se ajustaba a la perfección a su vestido corte de sirena, que acentuaba cada una de sus curvas; su maquillaje con tonos dorados, sumados con la ostentosa diadema que venía acompañada de un exquisito velo, la hacian ver como una hermosa novia; una que Julián conocía, pero que detestaba con todas sus fuerzas. Al llegar al borde del altar, el sacerdote le señalo que recibiera a la novia, y girandose por primera vez, este se descolocó unos segundos, al volver a ver a esa mujer; a la misma que ansío hallar por largo tiempo, para exigirle una explicación, pero que jamás logró Lara también reconoció a Julián enseguida, quien pensaba que se llamaba de otra forma; el problema era, que de ese día, sus recuerdos eran algo borrosos, y abriendo su boca, intento músitar algo, pero el sacerdote no se lo permitió —Demos inicio a la ceremonia Recuperándose de la estupefacción, el primero que desvió su vista fue Julián, quien la centro en el sacerdote, e iniciando con el sermón, Lara tuvo que esperar para exigirle una explicación a aquel hombre. *** *** —Por el poder que me confiere la santa iglesia, los declaro marido y mujer... Señor Hastings, puede besar a la novia Bajando su vista, Julián se giro en sus talones, y una vez que el, y Lara, se hallaron frente a frente, este levanto su velo con suma delicadeza, mientras ella un no creia lo que sus ojos veían. —¿Te llamas Julián? Pregunto Lara aún con una mezcla de sorpresa, pero también de decepción ¿Acaso el había planeado todo esto? Después de dejarla no solo una vez esperando por el, sino dos veces, y apretando sus labios, Julián solo se contuvo de responder, mientras acortaba la distancia entre ambos. Lara al sentir el calido aliento de Julián, chocar con el suyo, solo cerro sus ojos, y recibiendo un beso corto, y para nada profundo, está se mantuvo de la misma forma hasta que el se aparto de ella. Justo en ese instante, los invitados, quienes no conocían acerca de la treta de Hastings, y Fisher, empezaron a aplaudir a la pareja de recien casados, los cuales al tener como testigos de su amor a esas personas, no tuvieron otra alternativa que fingir. —Toma mi mano... Recuerda que ahora eres mi esposa Buscando su mano con algo de torpeza, sin mirarla, Julián le dijo esto a Lara, quien algo tensa, tomo la de el, y la estrujó —Por supuesto que lo hago... cómo olvidarlo, si estoy siendo obligada por ti, no solo vienes, y te desapareces de la nada después de una noche juntos, sino que también, cuando pretendía conocer a mi futuro esposo, no llegas. Jamás me olvidaré de ti Julián Hastings Todas estas palabras molestaron a Julián, al parecerle algo descarado lo que decia Lara, pero conteniendose; ya que se hallaban frente a muchas personas, el solo sonrió un poco incómodo —¿Yo me desaparecí Lara? ¿Quien fue la que no me llamo? aquí el único que no olvidara eso, seré yo Esto le pareció una burla a Lara, la cual desviando su vista a él, apretó su mano, está vez más fuerte —Creo que aún usted no entiende Julián, yo puedo ser su esposa por qué mi padre me esta obligando, pero el verme arrastrada por usted, no sucederá... así que no imaginé estupideces Iniciando su caminata por el pasillo adornado con rosas, la pareja se desplazo hasta la zona del festejo, con sus brazos entrelazados, y colocándose de pie al borde de la mesa asignada, preparados para iniciar la fiesta, este menciono —Entonces espero que esto mismo te quede grabado señora Hastings, no mendigo amor, mucho menos atención... Nuestra boda es solo de papel, nuestro matrimonio una farsa, y mi amor por ti.. No sera más que fingido, así que... A celebrar Antes de apartarse de ella, Julián dijo estas palabras, y fingiendo querer besarla, llevo sus manos hasta su mejilla, las cuales acaricio. Lara pensando que el la besarìa, abrio sus labios, esperando un beso que no llego; todo lo opuesto, en su lugar solo obtuvo una sonrisa burlona. —Disfruta la fiesta... Querida esposa El desgraciado parecía estar disfrutando lo sucedido, y reprendiendose mentalmente por ser tan tonta, Lara solo espeto —¡Maldito idiota! Con sus manos empuñadas, Lara no tuvo nada más que hacer que seguir a Julián, y tomando asiento en la mesa, tuvieron que iniciar su farsa de matrimonio, una que pondría el mundo de ambos de cabeza, así ellos no lo quisieran
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