Capitulo 1
Narrador
Manteniendo sus manos hechas un puño a los costados de su cuerpo, Lara observaba a su padre; quien caminaba de un lado al otro, mientras la exhortaba por lo sucedido. El hombre se hallaba cansado de sus diversas locuras, y en esta ocasión, verse involucrada en un accidente de transito en donde murio una persona, no era algo que el podía dejar pasar por alto
—¡Lara... Debes obedecerme! esto es algo inaceptable, estamos en banca rota, y tu solo te metes en problema ¿Conducir ebria? ¡Has enloquecido!
Tratando de hacer a su hija entrar en razón, el hombre le explicaba su supuesto estado económico actual, por lo que la chica quisiera o no, tendría que contraer matrimonio con Julián Hastings para solucionar sus problemas
Un hombre que para ella no era mas que un enfermo; que muy apesar de ser descrito como guapo, y parecer un dios griego bajado del mismísimo olimpo, no era mas que alguien con poca moral al obligarla a casarse con el.
—¡No me voy a casar! Di lo que se te de la gana para convencerme... Pero no lo haré
Con la intención de marcharse, Lara camino hasta la puerta del estudio, y siguiéndola muy de cerca, su padre interpuso su mano en la puerta, antes de que esta se marchara
—No tengo otra salida, sino no lo haces.. Julián se quedara con todo, y tu iras a prisión ¿Así que decide? lo rechazas, y quedamos en la calle; o te casas, y conservamos todo, incluso tu libertad
Un poco trastocada por lo dicho, Lara solo trago grueso, y tras retroceder un par de pasos, remojo sus labios antes de hablar llena de ira, decepción y dolor.
—¿Pero debe ser con Julián? ¿Tantos hombres, y tu me quieres casar con el?
Pasando sus manos reiteradas veces por su rostro, Anton Fisher se mantuvo en silencio unos segundos, y después de concluir que era el momento apropiado para hablar, dijo
—Así es... Es el único que desea ayudarme, muy apesar de deberle mucho dinero; el matrimonio no tiene por que ser real, solo deben fingir, el para mantener su imagen, y tu para no enviarnos a la calle, todo sera planificado... Lara, piénsalo
Prácticamente suplicando, Anton le dijo esto a Lara, quien se sintió empujada aceptar, solo para no decepcionar más a su padre.
—Perfecto, pero antes quiero conocerlo... Quiero ver el rostro del hombre con el que me casare, después de todo, con el viviré el resto de mi vida
Tragando el enorme nudo que se formó en su garganta, Lara sugirió esto, lo cual le pareció muy sensato a su padre, y trataría de planificar un encuentro entre ambos
—Esta bien... Hablaré con el, lo que te puedo decir que es alguien ocupado, pero trataré de que acepte.
Despues de decir estas palabras, Anton salio del estudio de la mansión Fisher, rumbo a los consorcios Hastings, dejando a su hija, perpleja por lo que acababa de suceder
¿Se casaría?
¿Ella?
Que se consideraba una alma libre, que jamás se ataría a un hombre en matrimonio, y ahora, pareciendo una propiedad, su padre la entregaba así nada más, a ún desconocido.
Caminando por el extenso estudio de la masion, el cual se hallaba repleto de estantes de madera, colmados de libros; Lara se detuvo al hallarse frente al enorme cuadro familiar, en dónde aparecía ella junto a sus padres.
—Se que si estuvieses con vida todo sería distinto, mi padre no haría esto, y yo... Sería diferente.
Bajando su rostro, Lara médito un poco acerca de su rebeldía, la cual la condujo a muchos problemas, incluyendo por el que estaba atravesando ahora, por desgracia ya no tenía más que hacer, solo ceder
Lara suspiro un poco triste por lo que se avecinaba, y una vez que comprendió que el resistirse solo complicaría todo, salió del estudio, rumbo a su habitación sin dejar de pensar en Julián, y en su absurdo matrimonio, al cual estaba destinada sin ella desearlo.