Capítulo 1.
Mi vida era tranquila
Mi vida era perfecta
Hasta que apareció ella
Tengo una magnifica vista desde esta oficina en uno de los edificios mas altos de Nueva York. Tengo 27 años y he logrado uno de mis mas grandes propósitos, levantar un negocio de tecnología avanzada. Claro que lo logré junto con mi mejor amigo Dylan, a la que llamamos Sofisys Innovations. Dylan y yo somos amigos desde los 15 años, nos conocimos gracias a mi amada Sofia… un tema del que nunca hablo, pero que pienso constantemente.
Dylan, por otro lado cuando lo conocí era un chico realmente problemático, yo no era un santo, pero Dylan, incluso a los 14 estuvo en la correccional, y su vida habría terminado realmente mal, pero por algún extraño motivo mi padre lo comenzó a jalar mucho, básicamente se volvió otro White.
Admirando la ciudad, no puedo evitar sentir cierto orgullo, de saber lo que he logrado en tan poco tiempo. Pero una parte de mi no se siente para nada completa. Porque, aunque he logrado todo esto, no tengo a nadie con quien compartirlo.
Si me acuesto con mujeres de una sola vez, y muy ocasionalmente, y salgo con alguna de ellas, pero en cuanto comienzan a pedir algo mas, trato de ser honesto, y decirles lo que siento, y es que básicamente no creo que pueda volver a enamorarme del mismo modo de nadie. Sofia llego para instalarse en mi corazón y no salir de él nunca.
Actualmente trato de enfocarme en la relación que acabo de empezar con Nancy, es una chica lista, seria, y muy centrada. Pero no creo que lo que hacemos se defina como relación, especialmente porque nunca salimos, solo es sexo.
—Vaya, ¿Qué pensamientos rondan esa cabecita, campeón? —La voz de mi padre llama mi atención desde el marco de la puerta, su sonrisa cariñosa, sus ojos grises, que todo mundo dice que son iguales a los míos, pero siempre he pensado que los de mi padre, tienen mucha mas vida. Su cabello antes n***o totalmente, ahora comienza a pintarse levemente de blanco, lo que lo hace tener mucho mas porte. Me acerco a él y le doy un muy cálido abrazo. Tenia casi 9 meses de no verlo, ellos viven en Alemania, con Johanh y Emma, mis dos hermanos menores. Mientras que Novak se quedó en américa, para estudiar medicina en Harvard.
—Papá—El recibe mi abrazo con tanta emoción como yo se lo ofrezco—¿Cómo estas? ¿Cómo están todos?
—Todos bien, hijo. ¿Y tu? Pareces preocupado
—No, solo pensaba, pero me acabas de dar mejores pensamientos al estar aquí
—Me da gusto, que aun te alegre ver a tu viejo—Me dice con su sonrisa de medio lado
—¿Unas hamburguesas? —Le pregunto, yo casi no las como, a pesar de ser la comida favorita aquí, e incluso de Dylan. Pero es una tradición que aun mantengo con mi padre. Si algún día tengo un hijo, tendré una tradición así con él.
—¿Por qué otra cosa vendría a estados unidos? —Dice con un tono divertido. Tomo mis cosas, ayudo a mi padre con su maleta, y vamos al restaurante tradicional.
(…)
Ya sentados en el restaurante como cada vez que viene me observa con curiosidad, mi padre es de mirada tan intensa, pero mamá es la única que puede ver a través de nosotros, de los 5, nos conoce mejor, incluso, que nosotros mismos.
—¿Y bien? —Me pregunta levantando las cejas, dejando ver mas sus ojos claros
—¿Y bien que? —Le pregunto, mientras esperamos que nos traigan lo que ordenamos al entrar.
—¿Qué sucede, Campeón? —Me pregunta, pero justo en ese momento nos traen la comida, por lo que empezamos a devorarla, en especial, porque hoy fue un día movido en la oficina, mientras que sé que papá llego directo del aeropuerto, y aunque viaja en primera clase, sé que se guarda espacio para comer esto conmigo. Terminamos de comer en silencio, mirando el partido de hockey que acaban de poner en la televisión, de vez en cuando alguno suelta una que otra palabra o gruñido de desaprobación. Cuando terminamos, le doy un ligero sorbo a la malteada que pedí y mi padre a su soda.
—¿Puedes conseguirme esposa? —Le pregunto, lo que lo hace escupir un poco de refresco, y tose un poco para pasar lo que se le desvió por mi petición
—No—Dice al fin
—¿Por qué no? Aun se usa, suele ser una vieja tradición—Le digo con esperanza en mi voz
—¿Qué hay con Nancy? —Me pregunta, yo solo me encojo de hombros—Campeón
—Vamos papá ¿Por qué no?
—Primero porque no es el sigo XVIII—Dice ahora con voz algo divertida—Y segundo, porque aun tengo la esperanza de que encuentres a alguien
—Ya encontré a alguien, y la vida se encargo de quitármela—Le digo levantando demasiado la voz, mas de lo normal, provocando que algunas personas nos miren con desaprobación, mi padre abre los ojos, pero mantiene la calma, este es un tema, que sabe es difícil para mi
—Logan, creo que debes buscar ayuda—Me dice, regresando a la misma conversación que hemos tenido por 10 años—Han pasado 11 años deberías seguir adelante…
—Yo jamás la olvidaré—Le digo mirando la mesa, con tristeza
—Logan, campeón—Me dice con esa voz conciliadora, esa que solo le he escuchado un par de veces en toda mi vida—No te estoy diciendo que la olvides, solo que debes buscar sanar
—¿Qué caso tiene?
—Pues, parece que ya estas cansado de estar solo, y si quieres tener una relación funcional, y encontrar a la chica adecuada, primero debes sanar, hijo
Suspiro, porque sé, muy dentro de mi que tiene razón. Pero no quiero olvidarla, y cada vez me cuesta mas recordar lo que vivimos.
—Bien, lo pensaré—Le digo y el parece sorprendido, pero satisfecho con mi respuesta.
Le ofrezco quedarse en el departamento, de hecho me lo regaló cuando le dije que quería quedarme aquí para iniciar mi empresa con Dylan.
(…)
En el departamento, mi padre se fue a dormir ya que estaba muy cansado, y supongo que a hablar con mi madre, sé que ella solo vendrá cuando mis hermanos salgan de la escuela.
Mi teléfono suena y veo que es Nancy, le contesto con calma
—Bueno
—¿Dónde estas? ¿Pasarás por mi?
—¿Qué?
—¿Es enserio Logan? Quedamos de salir hoy—yo me paso la mano por el cabello
—Nancy, lo siento mucho, lo olvidé—Comienzo a decirle, y antes de que comience a gritar le explico—Es que mi padre esta aquí, y fui a comer con él
Su actitud cambia totalmente, ella sabe que mi familia es mi prioridad
—¿Tu papá esta aquí?
—si, llego hoy. De verdad lo siento Nancy—Le digo algo cansado ya de esta conversación—Te lo compensaré
Al final acepta cambiar la cita para la siguiente semana, y colgamos.
Le marco a Dylan para saber que fue lo que le dijeron los abogados sobre la patente que queremos adquirir de Didras, Neo & Ly.
—Hola chavalín—Me dice alegre
—Dime que tienes buenas noticias
—No, de hecho tengo malas noticias—Comienza a decir, y lo genial de Dylan es que no espera a que le pregunte, y me explica de inmediato—No quieren trabajar con nosotros ni vernos
—¿Eso dijeron?
—Pues según Moran, el abogado, dice que sus palabras exactas fueron “como quieren que confiemos en una empresa que mandó a sus abogados en lugar de a los interesados reales. Por favor no vuelvan”
Me quedo un momento en silencio, abro la computadora y comienzo a redactar correos
—Vamos White, habla, desde aquí puedo escuchar a tu cerebro trabajando
—¿Dónde esta su matriz?
—Reno
—¿Nevada?
—Si
—Bien—Comienzo a redactar el correo para Martín mi asistente
—¿Logan White? ¿Qué carajo haces?
—Iremos a Reno
—¿Estas loco? Mi mujer me matará
—Tu mujer me adora, yo le explicaré—Le digo con una sonrisa, el suspira—Además solo será máximo una semana
—Hermano, no quieren vernos
—Al contrarío quieren vernos, y eso haremos, quieren a los interesados, y ¿qué mas interesados que nosotros Dylan?
—¿No hay modo de que cambies de opinión?
—No
—De acuerdo, pero vas a tener que venir a cenar con nosotros, para que se lo expliques a mi esposa
—Solo, si puede ir también mi padre
—¿Papá White esta aquí?
—Si
—De acuerdo, tráelo, me encantará verlo y a Tamy también—Me dice y yo sonrío sabía que le encantaría ver a papá.
Me despido de Dylan y después de redactar los correos correspondientes, incluido uno por atención a la empresa a la que visitaremos, donde me disculpo con ellos. y les comento de mi próxima visita.
Y decido hacer una cita con el psiquiatra que alguna vez me recomendó mi padre, para empezar a sanar. Aunque la idea no me da nada de gusto.
Termino yendo a mi cuarto a dormir, con la sensación de euforia, y algo de emoción, ¿Será por el viaje? ¿Por ver al doctor Lewis?
Pero con esa sensación de algo bueno me espera, me voy a dormir.