Eros se había quedado completamente inmóvil al instante en el que el personal de salud comenzó a realizar su trabajo de manera completamente ágil. Mira a su hermano y le guiña un ojo para llevarle un poco de calma hacia su persona. Sabía lo ansioso y angustiado que estaba, teniendo aún más en cuenta qué él iba manejando, no obstante, quería dejarle en claro que todo estaría bien. No tenía de que preocuparse, el auto estaba a su nombre y no había porque asustarse ya qué estaba confiado en qué tampoco su madre se enteraría de lo que está ocurriendo al saber perfectamente el temor que su hermano menor le podía llegar a tener a su madre. —Necesitamos que se aleje de la paciente, señor, nosotros nos ocupamos.— Un camillero lo empuja con profesionalismo para poder atender a Lola, ya que ella

