Capítulo 98. ¿A donde más podría ir? Sofía lo miró con tristeza, no le agradaba ver a su padre tan vulnerable y se culpaba por ser la causante de ello. -- Lo intentaré, papá – susurró y cuando su padre la miró amenazadoramente ella bajo la mirada, -- Te lo prometo – termino por aceptar. El corregidor no estaba completamente convencido, pero por el momento, esa promesa era suficiente. Piero y Alicia finalmente llegaron a la mansión, ella bajo del auto y corrió hasta la entrada al oír los potentes pulmones de su pequeña. Alicia se acercó de inmediato, tomándola en sus brazos y tocando suavemente su pequeña mano con un amor infinito. -- Ya estoy acá mi amor – susurró mientras se preparaba para darle de comer, la pequeña Marcela ni bien estuvo en los brazos de su madre detuvo su llanto,

