Capítulo 52. Un nuevo amanecer para los Ferrer Paulet.
El silencio del otro lado de la línea fue corto, pero intenso.
-- ¿Entonces no es un chiste? ¿De verdad lo hiciste? – le preguntó Samuel, ahora con un tono más serio.
-- Sí. Y te lo diré todo más tarde cuando nos veamos con los chicos. Quiero contarles todo yo mismo. Asi que reúnelos en el club – le pidió Piero.
Samuel suspiró, pero no insistió.
-- Bien. Pero prepárate, porque no te la pondrán fácil – lo previno y Piero asintió aun sabiendo que no lo podía ver.
-- Lo sé. Nunca me la han puesto fácil y lo sabes muy bien. Pero gracias por el aviso –
Piero cortó la llamada, sintiéndose extrañamente aliviado. Sabía que enfrentarse a sus amigos era inevitable, él terminaría con las cosas en la oficina para juntarse con ellos, lo que
