Capítulo 34. Un silencio inquietante.
Alicia sintió que el teléfono se le resbalaba de la mano. ¿Piero Ferrer, el hombre que había intentado manipularla y comprarla con un millón de dólares solo una semana atrás, ahora le estaba proponiendo matrimonio? Era tan surrealista que no sabía si debía reír o gritar.
-- Esto es ridículo señor Ferrer… su propuesta es bastante – empezó a decir, pero su voz se apagó cuando escuchó el tono serio de Piero en su oído.
-- No, Alicia detente. Te estoy hablando muy en serio. Mi padre no ha jugado limpio con nosotros, y ahora entiendo que tú eres tan víctima como yo en todo esto. No puedo dejar que te sigan usando como una ficha en su tablero, solo para que yo acepte las citas y los compromisos que él quiere –
Alicia estaba a punto de responder, cuando e
