Bruno está bien molesto por el engaño de Pedro Montalván, Rosalinda se mantiene firme en su puesto observando la escena que él está haciendo, regañando al abogado quien al parecer también fue engañado. En ese momento se dio cuenta de que ese hombre no es a ella a quien quería sino a su hermanastra, que al no conocer la identidad de él no quisieron arriesgar a su querida hija, usándola a ella. Está analizando la situación en que se encuentra, sabe que ese hombre no la quiere a ella, pero para su suerte ella es la que esta casada, no le importa humillarse, pero tiene que hacer que ese hombre le ayude. Ella no es ni la sombra de su hermanastra, no tiene clase ni estilo, mucho menos es atractiva, por la vida que le ha tocado llevar, pero no se dará por vendida. Mientras Bruno quiebra cosas d

