Dos días estuvo Rosalinda con su madre, temiendo por a vida de ella, pero Bruno le dijo al médico que no escatimara en gasto, que él cubriría los gastos. A ella se le atendió de la mejor manera hasta lograr estabilizarla, esos dos días Bruno iba y venía a verla. —Buenos días, como ves a tu madre. —Mucho mejor, dice el doctor, ella está reaccionando al medicamento. —Te llevaré a casa. —Es que... —Ella está en buenas manos, además nada haces con estar aquí, el médico me avisará cualquier reacción que ella tenga y de inmediato te lo haré saber, además ella estará aquí un buen tiempo. —Me despediré de ella. —¡Está bien! — Rosalinda entra a la habitación y la ve con aparatos en su rostro, su madre pasa la mayor del tiempo dormida. Ella le acaricia su cabellera y le besa su frente. —

