Prólogo

589 Words
— Te siento... Tan profundo... ah~ — gimo moviéndome de arriba a abajo mientras mi ex me ayuda con sus manos. Aguanten ahí un momento, se estarán preguntando el por qué estoy revolcándome con mi ex novio. Es una buena pregunta. Y le daré una buena respuesta. Pero le contaré desde el principio, retomemos el momento en el que logré escapar de Latino-américa y pude encontrar un país al cual mudarme en Europa. Una oportunidad que pude tomar muy bien, eh, me mudé a Italia donde sus playas son blancas y sus ciudades son hermosas, elegí una buena ciudad, conseguí empleo y dónde vivir, claro. Tenía todo lo que siempre soñé y por supuesto estaba soltera y lista para obtener la nacionalidad si se me presentaba un buen tipo. Venga, venga, no hay que desaprovechar cosas así. Pero no pensé que tendría un vecino. ¡Que toca su violín a las 4 de la mañana! Claro llevaba un año viviendo ahí en el humilde edificio y no sabía que tenía un vecino que tocaba el violín a esas horas. ¡Menos que tocara así de horrible! Digamos que siempre llegaba tarde del trabajo que tenía el primer año, trabajaba como mesera en un casino. Luego me retire al tener suficiente dinero y comencé a trabajar desde casa como diseñadora e ilustradora FreeLancer y como escritora, eh, claro que se podía sacar provecho de la escritura. Y me acostumbré a dormirme a la 2 o 3 de la mañana. Y ahí estaba yo a las 4 de la mañana sentada en mi cama un domingo de Mayo del 2023 escuchando como toca el violín de manera horrible. — Me pregunto si lo dejaron pa que esté tocando de esa manera tan horrible — me levanto mientras las melodías sobrepasaba las paredes. Se escuchaba como si la puerta le faltará aceite, sonaba de esa manera muy chillona. Camino hasta la cocina a ver si no suena desde allá pero el apartamento era cuadrado y la cocina estaba justo ahí, por suerte el baño tenía sus paredes y su puerta. Me siento en el sofá frente a la cama y se sigue escuchando mientras se hacían las 5 de la mañana, ya harta salgo de mi apartamento y toco la puerta del vecino. Pero como sabía yo que era vecino porque se escucha como su cama chocaba contra la pared y los gritos de chica siendo... Bueno se escuchaba que tenían relaciones pues. La puerta no abre, acerco mi oído a la puerta para ver si dejó de tocar y respiro relajada de que si dejó de tocar, cuando estaba por irme a dormir, la puerta se abre. — ¿Pasa algo? — escuché como el vecino con voz varonil me preguntaba en su idioma, me volteo lentamente para mirarlo por primera vez y pues sí, el vecino estaba pasable y cogible pero tocaba horrible. — No es por ofenderlo pero toca horrible el violín  — digo en mi idioma, me mira confundido y suspiro, no puedo decirle eso — Intento dormir, vecino, si no fuera tanta molestia... Digo por fin en su idioma, me mira de arriba a abajo analizándome y me doy cuenta que salí al pasillo en tanga y una blusita de tirantes que se podía ver todo, lo malo de tener pechugas medianas y no limones. — Perdón por despertarla, pensé que no vivía nadie en ese piso — asiento y me voy rápido a mi apartamento de manera rápida, entro y cierro la puerta. Soy una idiota.  
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