Rafael cruzó los brazos. —Estoy pensando. Y en su mirada había algo frío. Algo que nadie supo descifrar. Pero Esmeralda sí lo vio. Y por primera vez, se preguntó si Rafael estaba dispuesto a enfrentarlos a todos. Incluso a su propio suegro. El silencio que siguió a las palabras de Rafael fue cortante. Como si todos contuvieran la respiración, esperando su próxima decisión. Benito Landeros, el sobrino de Casimiro y asesor de campaña de Rafael, fue el primero en hablar. Se adelantó con el teléfono aún en mano, su tono más práctico que emocional. —Tenemos que actuar ya. La opinión pública está encendida, los medios no van a soltar esto. —Se giró hacia Rafael—. Mi propuesta es clara: damos una rueda de prensa. Condenas públicamente la actitud de Taddeo, haces un llamado a la responsabi

