La Melodía De Un Adiós En la penumbra del salón de música, donde apenas la luz de unas velas temblaba sobre las paredes decoradas con tapices de seda, Amélie se sentó frente al piano. Estaba vestida para la cena con colores claros que brillaban en la oscuridad, sus manos temblaban al rozar las teclas de marfil y su corazón latía desbocado. Había pasado tres días desde que Connor le declaró sus sentimientos y tenía cada vez más miedo. Tenía que irse, definitivamente. No podía quedarse, aunque lo amara porque aún tenía a Zoe. Mientras la niña estuviese en peligro toda su vida debía pasar a segundo plano, se lo prometió a sus padres, se lo prometió a sí misma. Pensó en Connor quien debía estar cerca, en su despacho, ocupado entre papeles y deberes. La propuesta había sido aprobada y su tra

