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1006 Words
Aceptando El Reto La expresión de Connor se contorsionó y luego se puso pálido. Mierda, pensó. Siempre había tenido cuidado, de eso estaba seguro. - ¿Está embarazada? - preguntó con lentitud, con temor ante la respuesta. - No, fue una treta de la condesa para que atraparte. - dijo su hermano molesto - Un príncipe vale más que un conde. Con la situación de hace dos días, ya tomamos precauciones y está encerrada en su habitación con dos guardias reales femeninas en la puerta y un médico nuestro la está monitoreando hasta que su periodo llegue. Tiene prohibición de volver a Londres o presentarse en la corte o en el Palacio. Joseph se masajeó las sienes, cansado. - Mientras tu estás jugando como un infante, tu hermano ha arreglado tus desastres detrás de ti. Esta no es la primera vez que recibimos estas amenazas. - le dijo el padre desanimado - Yo también fui joven, pero te has vuelto descuidado y la gente aprovechará eso para hacerte caer, aunque seas el segundo príncipe. Cada vez que hay algún escándalo, la corte y la cámara de los lores se van en picada contra nosotros. La revolución en Francia hace unos años, ha convulsionado a las casas reales de toda Europa. Si Luis cayó, siendo un rey inteligente, todas las casas gobernantes también podríamos hacerlo si no nos mostramos firmes y con un comportamiento adecuado. Somos figuras públicas, el pueblo espera mucho de nosotros. - La corona inglesa es fuerte. - alegó Connor - El rey de Francia y su esposa fueron descuidados... Los excesos... - comenzó a decir, pero guardó silencio. Él mismo era el que hacía desastres y cometía excesos en la corte, en las propiedades reales, en las tiendas y comercios donde pedía costosos vestidos y joyas para sus amantes o extravagantes comidas o fiestas para luego irse pidiendo que los cobros fueran remitidos al Palacio para ser pagados con las arcas reales. Su familia lo observó en silencio mientras procesaba la información, avergonzado. - La comisión está preparada para partir en cinco días. - dijo el rey finalmente - Llevarás a Ethan solamente e irás en calidad de embajador con tu título de duque de York. - Sólo a Ethan ¿No debería llevar más escoltas? - No queremos levantar mucho polvo. Recuerda que el Directorio francés es inexperto y aún hay partidarios jacobinos que están persiguiendo a los nobles que se ocultaron para no tener el mismo destino que Louis y su familia. - ¿Y si los están persiguiendo no sería peligroso para mi como príncipe inglés? Sería un buen rehén. - alegó su hijo menor. - Te quedarás en la mansión del cónsul inglés. Lo acompañarás a las actividades sociales del aniversario de la Revolución. Te enviaré para observar y conocer el estatus de los nobles que están apoyando a los republicanos o a los monarquistas que quedan en las sombras. - Con tu reputación, podrás moverte entre los círculos sociales con el pretexto de conocer señoritas... - dijo su hermano - Nadie notará que estás observando la situación política. - ¿No se supone que debo mantenerme fuera de problemas? - le preguntó, confundido. - Conocer a sus familias... Ya se ha anunciado tu visita y muchos nobles y burgueses adinerados intentarán acercarse. - ¿Me envían como carnada? - No, sólo como distractor para conocer la situación de primera mano. Nuestros espías envían mucha información, pero difusa o poco concreta. Con Napoleón en Italia nuestras tropas... - Además, si la corte cree que viajas para buscar esposa en otro país europeo bajará la difusión de los últimos escándalos en casa. - ¡¿Qué viajo a buscar esposa?! - exclamó el príncipe - ¡¿Ese es el motivo para los demás?! ¡Padre! ¡Ustedes están locos! ¡No quiero casarme! ¡¿Por qué no te ocupas de tu prometida y dejas de meterte con lo que haga o no con mi polla?! - le gritó a su hermano descompensado. - Mi prometida llegará en algunos meses. - aclaró George ignorando el exabrupto de su hermano como si se tratara de una rabieta de niño - Yo no soy el problema. Eres tú. Esta vez casi no pudimos zafarte. - ¡Pero casarme a la fuerza no es justo! - Nunca he dicho que te casarás ¿O si? - dijo el rey molesto - Sólo quiero que finjas estar buscando esposa para poder moverte en los círculos sociales y obtener información. Estoy más que consciente de la percepción que tienes de las mujeres no es la de una compañera sino sólo alguien descargar tus impulsos. Ese fue mi error. Al perder a su madre, los malcrié. Connor lo miró sorprendido ¿Esa era la percepción de su padre sobre él? Se sintió incómodo. Siempre creyó que su padre lo tenía en mayor estima. No recordaba a su madre. Tenía dos años cuando ella murió y las niñeras se convirtieron en su modelo femenino. Todas haciendo lo que él quería, aunque fuera estúpido, por miedo a ser acusadas con su padre. Formalmente, nunca tuvo la imagen de una mujer que tomara sus propias decisiones o le pusiera límites. Con sus amantes no era diferente, todas le abrían las piernas si él lo ordenaba y no se oponían a lo que él pidiera o hiciera. -Ya está decidido, Connor. - le dijo su hermano - Prepara tu equipaje. El barco ya está listo para partir en el puerto de Dover a Calais donde te esperará el carruaje del consulado inglés, Lumley ya está informado. - Este es un castigo... - dijo bajo, pero su padre lo escuchó. - Velo como quieras, Connor. - le dijo serio - Es tu decisión el hacer las cosas bien o estropearlo. Es tu oportunidad. Ahora, sal de aquí. El joven se inclinó y se giró para retirarse, molesto por lo que había escuchado, pero también había sido desafiado y a él le encantaban los retos. Iba a demostrar que estaban equivocados.
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