*TREVOR* La paciencia nunca había sido mi punto fuerte, pero a veces eso no era malo. Después de todo, por eso estaba allí, frente a Lucía. No había podido quedarme sentado en la oficina esperando a que me llamara mi primo. Habíamos quedado de reunirnos para ver cómo procedíamos con el negocio. —¿Qué haces aquí? —Ella entra a mi oficina sin previo aviso. —Tenemos que hablar. —Lo siento, en este momento tengo una reunión que atender. —Trevor, ¿Ya viste tus r************* ? —No, ¿Por qué? —La cosa se pone interesante, ella se sienta, en la silla frente a mi escritorio. —Eso es mentira, te lo juro. —Como ¿Qué es mentira? —Te juro que son editadas, yo no tengo nada que ver en eso. —Lucía, ¿Te volviste loca? —Es que no quiero que pienses mal de mí. —La verdad no tengo la más mínima

