Iba a llevarla a rancho, allí la dejaría vivir hasta que supieran todo de ella. En ese instante tenía más preguntas que respuestas. Le iba a gustar estar allí, eso él lo aseguraba. Medito y llego a la conclusión de que no era bueno que ella supiera todo de él. No quería que viera todo cuanto tenía. Iba a ir paso a paso. —Vamos allá. Tenemos casi veinte horas de viaje. —¿Tanto? —Cambiamos de estado, preciosa. Pero pararemos a dormir en algún hotel esta noche por el camino. No tenemos prisa y el sábado estaremos en casa. —Y para cuando salieron de las Vegas eran las doce de la mañana. Tenían un largo camino de autopista por recorrer. -Bueno, dime, Scarlett, ¿cómo murieron tus padres? —Hace dos años en un accidente de coche. Un camión se les echó encima. Venían de hacer la compra de un

