Su hora de salida es a la una y media de la tarde. Aunque comía algo, prefería venir a casa para almorzar conmigo o con Leo. Ahora veíamos uno de sus programas favoritos, mientras casi terminábamos el almuerzo.
Había llegado como de costumbre por ella, la maestra de Eva me había pedido que necesitaban algunas cosas para un proyecto al otro día. Me entregó la lista personalmente y me pidió que si era posible que tanto Leo como yo la acompañáramos al próximo día para la actividad. Sería algo sobre la familia. Accedí, Vanesa volvió a entregarme una nota con un caramelo, mientras que Eva esta vez no le permitió acercarse a mí para abrazarme. Volvimos luego de que invitara a Eva a comer un helado grande de fresas con chispas de dulces. Había mejorado mucho en lectura, así que pasamos a celebr
