Comimos, les platiqué quien era y cómo éramos amigos, jugábamos juntos con Maura una de mis mejores amigas, ella se mudo con su familia y no supe más de ella.
Terminamos de comer y desempacamos las cajas acomodando todo en su lugar, dejando todo listo en las habitaciones de mi hija y la mía baje a ayudar a Nora con otras cajas que eran las cosas personales de Flavio, alguna las lleve a mi habitación como recuerdos y otras las llevamos al sótano de la casa donde están guardados los recuerdos de mi familia.
Nos fuimos a descansar para comenzar un nuevo día en este bello lugar, aquí vamos a empezar de nuevo, mañana iré a buscar un local en renta para empezar mi negocio donde podré crear mis pinturas y poderlas vender, es un lugar turístico que se que me va a ir muy bien, empezar de nuevo no me detiene.
Me levanto con muchas energías y mucho ánimo, bajo a la cocina a preparar el desayuno pero Nora ya me ha ganado.
—Tu café como te gusta —me dice entregandome una taza con el líquido humeante, —estoy por terminar el desayuno, vino la vecina y trajo algunas frutas, hice jugo y la leche de mi niña —me muestra lo que está haciendo y como no he hecho las compras no hay nada para preparar.
—Gracias Nora, terminando vamos a comprar la despensa y luego iré a ver algunos locales para rentar —le comento, —vamos a pasear un rato y comeremos fuera —le digo y ella solo asiente.
—Buenos días mami, buenos días Nana —nos saluda mi hija con un beso y luego se sienta con nosotros mientras Nora le pasa su jugo y fruta picada.
—buenos días mi amor, terminando de desayunar vamos a salir a hacer las compras, luego iremos a dar un paseo —le digo mientras termino mi desayuno y platicamos de los planes que tengo para hoy, terminamos y cada una va a su habitación a arreglarse para salir. Nos subimos a la camioneta, fuimos a ver unos locales y uno me gustó por lo amplio y grande, tiene dos oficinas una será la mía y otra será un estudio donde podré dar clases de pintura, firme el contrato con el arrendador y salimos rumbo a la playa a divertirnos un rato.
Comimos en un pequeño restaurante, luego volvimos a casa antes pasamos al súper por cosas para la despensa, al llegar a casa la señora Soledad estaba en la puerta tocando, baje de la camioneta a saludarla.
—Mi niña cuánto tiempo sin verte, no es lo mismo hablar solo por teléfono, que bueno que estés en casa de tu abuela —me dice dándome un abrazo y yo le correspondo.
—Ya se Soledad, me da gusto verla más guapa y joven que siempre —le digo dándole un beso en la mejilla —le presento a mi hija Natalia y a Nora una buena amiga y Nana de mi hija —Soledad se acerca a ellas dándole un abrazo de recibimiento, abro la puerta y la invitó a pasar.
—Pense que jamás regresarias a este humilde pueblo que te vio crecer, tu abuela y tu mamá estarán muy contentas de tenerte aquí en tu casa —me dice con un aire de tristeza, —bueno no vine a ponerte triste, si no a decirte que todo está como lo pediste, espero te hayan gustado los cambios que se le hicieron a la casa —me dice con una sonrisa la cual le devuelvo
—Gracias Soledad, gracias a usted por mantenerme la casa impecable y si me gustaron los cambios que se hicieron, —le digo dándole las gracias —me hubiera gustado que mi esposo estuviera aquí, le hubiera encantado como quedó, está fue su idea y estoy contenta por ver cómo se ve la casa diferente, hay muy bonitos recuerdos de mi abu y de mamá —le digo con una lágrima que se escapa de mis ojos.
—No, nada de lágrimas, ellos están descansando en paz, y nosotros los recordamos aquí —me señala con su dedo el corazón mientras limpia con sus dedos mis lágrimas y me abraza, —se que están reciente lo de tu esposo y no has tenido un duelo como se debe, aquí estoy yo tu otra abuela como me decías antes, aquí están mis brazos para que te desahogues como debe ser —me abraza y mis lágrimas no dejan de caer.
—¡Aqui estás!, —dice la señora Dulce entrando hasta donde estamos la abuela soledad y yo sentadas, —mamá te estaba buscando y nadie sabía dónde estabas, me tenías preocupada, mira nada más que hermosa estás mi pequeña Laura —se dirige a mi acercándose, me levanto para saludarla, Natalia va bajando las escaleras y aprovecho para presentarla.
—Ayer no tuve tiempo de venir a saludarte, llegué tarde del trabajo y ya estaban más luces apagadas, deduje que ya estaban descansando y no quise molestar —me dice y luego se dirige a su mamá —y usted señora, vamos le toca su medicina por eso la buscaba —le dice y le ayuda a levantar del sillón.
—Ya sabes hija, otro día platicamos voy a tomar mi medicina, que está vieja ya, anda poniendo un pie en el hoyo —me dice riendo.
—No diga eso, que tiene más salud que yo, la veo con mucha energía la que yo quisiera —le digo despidiéndome de ellas , las acompañe a la puerta y vi en la puerta de su casa a Enrique parado con las manos en los bolsillos, lo saludo a mi lejos y entro a la casa cerrando la puerta.
—Me doy un baño y bajo para ayudarte a preparar la cena —le digo a Nora, subiendo las escaleras.
—Mami, descansa yo me ayudó a mi Nana, te hablamos cuando esté lista —me dice mi niña hermosa, le sonrió y subo mientras ellas van a la cocina.