—"¿Que haces en mi vida dándome instrucciones?, que estemos juntos no significa que debas controlarme"— miré la letra una y otra vez, era una locura... mi vista fue dirigida a Niall, ¿acaso quería dar a conocer aquel escrito?.
Estaba segura de que aquella letra causaría revuelo, ¿acaso quería eso para su carrera?... era imposible saber que pensaba realmente, ¿acaso así se sentía junto a Carriz?.
—Niall... ¿Carriz que opina?— pregunté con asombro, estaba claro que aquellas palabras estaban dirigidas a Carriz y a su ambiente familiar; ¿mi hermano vivía una esclavitud?
—Ella no interfiere en mi música, mucho menos en mis letras.— bufó. —No se por que pensé que tenías la aprobación para leerla... olvídala Nilüfer.— exclamó más que frustrado dejándose caer en aquel sillón a mi lado, accedí no muy contenta. —Soy de lo peor...— murmuró mientras tomaba su móvil y lo miraba detenidamente; apreciándolo. —Mira esto.— susurró dándome aquel dispositivo.
Una publicación de Carriz, demostrándole todo su amor lo tenía en un estado vulnerable. “Mi gran tesoro, mi luz, mi paz, mi vida... los dueños de todos mis días, que me falte todo menos tenerlos cerca.”
Al terminar de leer aquella confesión me mantuve en silencio por segundos, junto aquella publicación una foto era acompañada.
—Ella te quiere.— murmuré apagada con cierta vergüenza por Carriz, no era mala solo muy ingenua.
Ella en verdad amaba a mi hermano como ninguna de sus ex novias lo hicieron, ¿Por que Niall no podía ver eso?
—Y yo a ella...— intentó explicar, lo miré fijamente... Miraba a otras mujeres, se inspiraba en otras curvas, deseaba otros brazos. —Aunque me mires con esos ojos, amo a mi esposa e hijos.— sentenció causando que lo dejara en paz, accedí para observar la hora en mi muñeca.
—Te creo...— balbucee. —Tengo que ver a Paris en cinco minutos.— indiqué al levantarme de aquel sillón sin antes dejar un beso en su mejilla. —Te veo luego hermano.— me despedí dejándolo solo en aquella habitación solo para él y su música.
—Que te vaya bien.— fue lo último que pude oír de él, caminé dirigiéndome a la sala donde mi madre seguía grabando aquel programa con nuestro nombre.
—iré con Lily.— contaba a su amiga quien era su invitada y mano derecha en cada negocio; Eva Nonit
—¿Ha donde vas?— preguntó a mi dirección, con sonrisa corta me acerqué a las dos mujeres. —Esa sudadera Nilüfer, no puedes usarla aún.— advirtió, lo sabía pero no iba a seguir las reglas como siempre.
—Es parte de mi nueva colección... no te preocupes mamá, Paris está por venir.— le informé, a estas alturas sabía que mi madre había contado acerca de mi ruptura con Barron.
—¿Como te sientes cariño?— me preguntó la mujer, dejé caer mi cuerpo a su lado; me sentía mal, extrañaba a Barron... cuatro días de no saber nada de él. Quería buscarlo y decirle que lo amaba y no podía terminar con esto.
Lo extrañaba, pedía que esto fuera un sueño... no quería dejar de ser su compañera de vida, la dueña de sus pensamientos.
—Bien, debíamos concentrarnos en nuestras carreras, me dolió en un principio...— conté a ambas, mi madre me miraba desconcertada pues ahora tenía otro romance con aquel chico desconocido.
—Oh cariño todo va a estar bien, eres una buena y hermosa chica... él se lo pierde.— accedí.
—Señorita Smituz, la señorita Paris la espera en el jardín.— avisó el hombre quien mantenía la casa perfectamente ordenada.
—Estarás bien cariño anda con Paris.— indicó mamá con una sonrisa, la obedecí sin antes despedirme de ellas, pude sentir como las cámaras me seguían.
—Nilü tenemos mucho trabajo.— exclamó la chica para dejar sus bolsas en aquella mesa de cristal que nos había visto sufrir muchas veces buscando campañas o proyectos para mí franquicia. —Lo digo en serio.— siguió.
—Esta bien.— me senté a su lado, después de un rato los sujetos se habían retirado con el contenido acto para las pantallas estadunidenses, la privacidad era nuestra desde aquel momento. —Necesito que me ayudes.— susurré.
—No te preocupes, tienes una cita con el médico en una semana.— no, no me refería eso, negué. —¿En que entonces?— insistió sin dejar de escribir en aquel portátil.
—En encontrar al sujeto, a ese tal Laco... le he dicho a mi familia que estoy en una relación con él, mi padre lo quiere conocer.— conté avergonzada, no quería pero tenía que hacerlo.
—No, puedes decirles que las cosas no funcionaron y problema resuelto.— aconsejó segura de sí misma en aquellas palabras, para una Smituz eso no servía.
—Lo he pensado, pero no puedo, me pidieron que lo invitara a la cena de aniversario.— seguí contando.
—Oh... tu padre.— estaba al tanto de aquella relación con mi padre así que había encontrado el verdadero problema; un Smituz no miente o no se da por vencido en una relación.
—Tienes que ayudarme, solo busca en todas las universidades de la zona... puede que haya alguien con ese nombre, además juega fútbol.— conté intentando recordar más acerca de aquel chico, había dormido con él... era una cualquiera.
—Si, no te preocupes... ahí otra cosa.— la miré tensa, no estaba lista para mas noticias malas, ¿acaso era mi racha de mala suerte?.
—que no sean malas noticias por favor.— supliqué para tomar mi rostro entre mis manos, la chica soltó un jadeo frustrante.
—Me ha hablado linda la manager de Barron y me informó que él subiría un comunicado en donde anunciaría su separación.— aquello había sido una apuñalada, ¿acaso quería que todos se enteraran?; ¿donde quedaría nuestra privacidad?, no quería tener una polémica con él, no lo soportaría.
—¿Que?—pronuncie. —Pensé que sería privado— confesé con desdén para recargarme en aquella mesa de cristal. —¿Por que no me habías dicho?— seguí.
—Fue solo un aviso, el tipo ya lo hizo en redes sociales.— mi corazón se detuvo, lo había hecho... esto era el final de nuestro romance, ¿donde quedaba nuestro futuro juntos o nuestros planes de una familia?. —Tienes que verlo.— accedí tomando mi móvil velozmente, miré mis notificaciones; demasiadas.
—Claro... Yo no veo necesario hacerlo— conté mientras buscaba aquella publicación de su parte, ¿lo tenía que dejar de seguir? No, no quería hacerlo.
—Buen punto, mantengamos todo bajo control ayudará a la audiencia del reality esta temporada.— tenía razón, eso significaba que aquellos camarógrafos se enfocarían en mí principalmente.
—Laco... ¿Que más?— regresó con aquel tema del chico falso, mis ojos estaban completamente fijos en aquella foto juntos.
—Solo se que se llama así, practica fútbol y no es de la ciudad.— conté sin mirar, nos observaba en aquella foto en un evento de mi familia; mi cabello era largo y él... me quería.
—Bien, me tengo que ir... Mili saldrá antes.— miré a la chica levantar sus cosas, sin más apagué el móvil aún no estaba lista para leer aquellas palabras de despedida de su parte... no me las había mandado en privado, al contrario quería que todo el mundo las leyera por mi.
—Me saludas a Mili.— indiqué, Mili era su pequeña niña de apenas seis años.
—Esta bien, te informo cada suceso y por favor aléjate de r************* solo esta semana.— accedí para abrazarla por última vez.
—Bien eso haré.— susurré al dejarla libre y mirar como caminaba a la salida, tomé el móvil... Tenía que hacerlo.
[...]
“Llegaste de la nada y te convertiste en mi todo, mi amor, mi amiga, eres lo máximo Nilü... Crecimos juntos, me enseñaste tantas cosas, me enseñaste a vivir, mi único y gran amor, la vida no me alcanzaría para agradecerte... esta vez solo dire buena suerte Nilü” (Nos hemos tomado un descanso, espero que entiendan y respeten nuestra decisión).
Con cierta conmoción leí gran parte de los comentarios, todos lo lamentaban, con valor dejé un corto mensaje, debían saber que éramos maduros y que habíamos terminado las cosas de una buena manera.
—¿Por que le agradeces?— La pregunta de Nixon causó que mis lágrimas crecieran aún más, estaba completamente destrozada. —Deja de llorar Nilüfer.— ordenó.
—No lo entiendes, lo perdí.— sollocé levantándome de su lado para ir a mi habitación, de todos mis hermanos él era el único quien vivía conmigo en aquella casa con nuestros padres.
—Nilüfer por favor el tipo no vale la pena.— siguió, limpié mis lágrimas para seguir mi camino en aquellas escaleras, ahora que ambos teníamos todo, el amor se había ido sin decirnos.
Entre a mi habitación para recorrer el lugar; el color rosa prevalecía más que cualquier otro, miré algunas fotografías junto a él.
Lo amaba... lo amaba tanto, tomé de nuevo mi móvil, me había dejado de seguir; mis lagrimas salieron de nuevo destrozando mi maquillaje Perfecto.
—¿Estas bien?— miré a mi hermano entrar en aquella habitación, sus pasos fueron a mi, al estar cerca me hundió en sus brazos. —Tranquila.— susurró.
—Lo quiero, no lo quiero perder Nixon.— sollocé.
[…]
Los días pasaban lentamente, toda la prensa esperaba mi reacción... todos querían mi opinión acerca de aquella ruptura.
Cada vez me dolía menos, tenía que aceptarlo... aceptar que él ya no me quería a su lado.
—Lo he encontrado Nilüfer.— giré para encontrarme a Paris más que emocionada. —Noah Scott Laco's— pronunció. —Así se llama.—