Estigma

Capítulo 3 (parte 1)

Escucho el sonido continuo de un beep, mis párpados pesan, poco a poco abro los ojos, todo es blanco, trato de aclarar mi visión parpadeando un par de veces y me percato de que estoy en el hospital.

—¿Qué pasó? —musito en voz pastosa, escucho a alguien aproximándose a mi lado, al girar mi cabeza veo a unos muy asustados Lex y Charlie.

—Bebé ¿Cómo te sientes? —pregunta Lexi, llevo mi mano a mi cabeza, no entiendo mucho de lo que pasó.

—Creo que bien, pero no tengo idea, tuve un fuerte dolor de cabeza y luego vi manchas, todo es difuso —explico, veo como se miran entre sí, parecieran estarme ocultando algo—. ¿Qué hora es?

—Las seis —responde Charlie, mis ojos se abren cual platos.

—¡Mierda! La cena, ¡Dios! Era su momento chicos —chillo, pero Lex acuna mi rostro acariciándome por las mejillas.

—Debes estar tranquila, ¿Ok? Nos diste un susto de muerte, te encontramos en el suelo convulsionando, llamamos a emergencias y no te podían estabilizar, me hiciste llorar del susto, Thorn —dice angustiado, dirijo mi mirada hacia uno de los monitores.

—Aun así me siento culpable de arruinar esto.

—No debes culparte, Eris, ya suficiente haces con apoyarnos, Lex y yo estamos verdaderamente agradecidos —dice Charlie, hago un puchero y devuelvo mi atención a mi amigo.

—Lex, ¿Qué se supone que tengo?

—Thorn, esto es serio, solo vi que te sacaron tubos y tubos de sangre, te hicieron muchas pruebas, ¿Había alguien en tu familia con epilepsia? —pregunta y arqueo una de mis cejas confundida.

—¿Qué? No, no había nadie con eso, la única enfermedad en mi familia es la hipertensión, pero yo jamás tuve mi presión alta, ¿Qué es lo que pasa exactamente? —cuestiono preocupada, Lex traga en seco, Charlie se acerca más.

—Eris —llama mi atención—. Los médicos no están muy seguros, falta que te hagan unas tomografías y demás, pero el diagnóstico preliminar es epilepsia —espeta arqueando sus cejas, ¿Epilepsia? ¡Mierda, Thorn!

—No, no puede ser, yo, yo… —balbuceo mientras las lágrimas amenazan con salir, Lex me toma por los hombros.

—Eris, debes estar en calma, ya estás controlada, aparentemente no hay daño, pero pasarás la noche aquí, mañana por la mañana iremos a casa.

—Pero tengo una vida, Lex —sollozo—. No puedo estar enferma, tengo un trabajo, tengo esperanza de encontrar mi rumbo, pero esto… esto es una mierda —chillo rompiendo en llanto, me cubro el rostro con ambas manos, siento que caigo a un pozo sin fondo, tan pequeña, tan vulnerable, tengo tanto miedo de lo que pueda ocurrir, mi vida se derrumba a mi alrededor y no puedo hacer nada, esto traerá cambios, unos no muy buenos; Lex me abraza y yo no puedo más que seguir llorando.

—Vas a estar bien, bebé, vamos a salir de esta.

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—Eris, amor, Sean dice que puedes tomarte el resto de la semana sin problemas.

—No puedo, Lex, hay cuentas por pagar, no te dejaré con la carga a ti solo —señalo, se acerca a mi con su mirada tierna y acuna mi rostro.

—Bebé, sabes que haré lo que sea por ti, eso incluye el darte la mano y sostener este techo solito, incluso podría traer a Charlie para compartir el departamento y los gastos, sería como tener un matrimonio, pero con tres personas —dice juguetón, sonrío negando con la cabeza.

Durante cuatro días, Lex me ha cuidado y mimado, incluso Charlie me trajo algo de sopa de casa de su madre, todos están pendientes de mí.

Tim me envió un enorme ramo de rosas al hospital, Lex abrió la boca y ahora mi “padecimiento” se ha vuelto el chisme de la semana.

El médico revisó mis placas y demás, pero lo extraño es que solo me dan un diagnóstico preliminar, no están seguros al cien por ciento de que sea epilepsia, aun así me dan medicamentos para tratarla, ya que todo señala que sea eso, salvo por las placas de mi cabeza en donde todo luce normal.

—Ya me siento bien, Lexi, estaré en la barra como siempre, ya me tomé mi medicamento, todo estará perfecto, solo déjame hacer esto.

—Eris…

—Lexi —interrumpo—. Por favor —suplico, suelta una pesada respiración, cierra los ojos un momento para al instante abrirlos, sí algo me gusta de Lex es el bello color verde de sus ojos, noto como se suaviza y acaricia mi mejilla con el dorso de su mano.

—Está bien, irás, pero en cuanto algo vaya mal te sacaré de ahí, el doctor lo dijo, los zumbidos de oído, las manchas que ves y otras cosas extrañas, pueden ser aviso de un ataque, Thorn, debemos cuidarte.

—Si, amor, prometo seguir todo al pie de la letra.

—Más te vale, sí no, haré que Tim te amarre —se burla haciendo que lo fulmine con la mirada.

—No metas a Tim en esto.

—Le gustas mucho, Thorn, deberías salir con él y…

—No —mascullo firme—. Ya te dije que no es mi tipo.

—Racista.

—Lex, solo no me gusta —recalco.

—Solo estoy bromeando, bebé, Tim es sexy, pero entiendo que no te guste, es un poquito extraño, Charlie investigó algunas cosas en su expediente.

—¡Dios! Ustedes dos juegan a los investigadores.

—Solo nos gusta estar informados, querida —dice dándome un guiño—. Bien, nos enteramos que estaba en la lista de delincuentes menores.

Arqueo una ceja, Tim no pareciera matar una mosca, esto es interesante.

—Suelta la sopa, Lex Baker.

—Violencia intrafamiliar, al parecer hace unos años agredió a la que fue su novia.

—¿Y tú quieres que salga con un demente? —pregunto poniendo mis brazos en jarras y él rueda los ojos.

—Lo que quiero en si es que salgas con alguien, Thorn, además según lo que investigó Charlie, Tim fue absuelto, él y su ex estaban borrachos.

—¡Uy! Que alivio.

—No seas sarcástica, Thorn.

—Lex, de verdad —suelto una pesada respiración y estrecho el puente de mi nariz entre mis dedos—. Tim no, dame tiempo, tengo muchas cosas que acomodar en mi vida con esto de mi enfermedad, hay prioridades —aclaro.

—Lo sé, solo no te encierres en tu cascarón, bebé, debes brillar —dice con cierto dramatismo haciendo ademanes, niego con la cabeza divertida y me dispongo a terminar de hacer mi maquillaje, espero esta noche vaya bien en el trabajo.

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