¿Era demasiado extraño estar en una habitación con una persona a la que no conoces? Era muy incómodo. Dimitri me miró esperando que dijera algo. Era muy joven tal vez un chico de dieciséis años de edad, era muy, muy joven. Tenía una expresión osca y muy seria, los rusos daban cierta incomodidad por su gran estatura y su frio carácter.
—Solo entraras en la reunión conmigo, no quiero tener la culpa de nada. No quiero pensar que, aunque sean de mi familia podrían asesinarme—Dijo con severidad con la mandíbula apretada y los ojos irradiando ira. Su voz era grave y su acento daba a reconocer que no manejaba mucho el inglés.
—Bien Dimitri—Murmuré oprimiendo el botón de mi lapicero para anotar lo que estaba apunto de solicitar— Quiero que me des el día y la hora de la reunión.
Cuando lo solicite se quedó callado por varios segundos, sopesándose claramente mi petición, no quería traicionar a nadie, de eso estaba segura, en la mafia rusa muy pocas veces existían los soplones, y él no quería ser la excepción.
—Dia quince de marzo, diez de la noche. Moscú, Rusia—Soltó rápidamente.
—¿Como estaré segura de que no me estas mintiendo? —Pregunté mientras anotaba la fecha, cuando terminé me encontré con sus ojos irradiando ira pura. El alzo las cejas y frunció el ceño. Estaba segura de que estaba a punto de perder la cordura.
¿Qué había dicho que lo había enfado?
—Maldita sea, no te engaño, es solo que no entiendes que me juego mi libertad y la vida al mismo tiempo. ¡Si el jodido FBI notifica de mi captura me buscaran y no precisamente para ayudarme a escapar si no para matarme! Es mas conveniente hablar con ustedes que esperar una bala de parte de mi familia. Mil veces maldito sea el viaje a las Vegas.
Sonreí ante sus últimas palabras, al parecer lo habían atrapado mientras jugaba en uno de los casinos de las Vegas, no solo porque era menor de edad y apostaba grandes sumas de dinero, sino por la serie de identificaciones falsas con las cuales ingresaba a todos los lugares para mayores de edad. Una revisión rápida a la base de datos arrojo su rostro a la pantalla como uno de los familiares directos de Aleksey Ivancok.
Me puse de pie y camine hacia la puerta, cuando tome el pomo voltee a mirarlo.
—Bien...estarás con nosotros hasta que se acerque la fecha, intenta inventar algo a tus padres, por algo tu detención no se hizo pública. No intentes escapar o algo parecido porque entonces hay instrucciones de darte un tiro, espero y sepas callar la boca de tus hombres o todo se ira a la mierda—Mis palabras lo hicieron aniquilarme con aquellos intimidantes ojos.
Cerré la puerta tras de mí, sin importarme haberlo dejado con las muñecas esposadas a la mesa y probablemente muy apretada, incluso para cortarle la circulación. No merecía mucha compasión, pues la mafia roja no la tenía con nadie.
George me esperaba sentado en uno de los sofás. Se puso de pie y me tomo por la cintura empujándome hacia él. Sus labios eran calientes y tentadores, por lo cual me encantaba besarlo. Observe a todos lados y rápidamente me aparte de él. Estábamos en el trabajo y había cámaras por todos lados.
—Has terminado con el mocoso. Los rusos me dan dolor de cabeza—Afirmó sonriéndome—Pero sé que Clayton estará contento. El juego que lleva planeando desde hace años se acerca cada vez mas y si la información que ha dado es cierta podremos entrar por primera vez a una reunión de la mafia roja.
—Creo que era más que un mocoso, supongo que su clase de vida lo había hecho madurar. En cuanto a Clayton de haberle importado tanto lo abría interrogado el mismo, estoy segura de que hubieran negociado más rápido.
—Los superiores nunca hacen el trabajo sucio—Murmuró con un gesto de enfado, observó su reloj—Bien...ahora tenemos que ir a celebrar.
Lo mire con intriga, no creía que obtener información podía ser merito como para ir a cenar, pero el me sorprendió dándome una magnifica noticia, de uno de los bolsillos de su uniforme saco su nuevo pase de acceso.
—Me han nombrado director general de la sala de inteligencia. Cuidado agente Williams, ahora puedo despedirla—No dude ni un solo segundo en felicitarlo, durante mucho tiempo había trabajado duro por ello, había hecho un gran trabajo y ahora todo lo sacrificado había sido recompensado. George y yo éramos pareja desde nuestros primeros años aquí, comprendimos de inmediato que ambos podíamos completarnos mutuamente, era un agente reconocido, inteligente y sagaz y su buena relación con mi padre antes de su muerte me hizo coincidir con el incluso antes del FBI.
—Felicidades...el único problema es que ahora serás mi jefe. ¿No? —Pregunté con los ojos entrecerrados, solo esperaba que no se colocara demasiado exigente.
—Claro que sí, pero ahora debes de complacer a tu nuevo jefe—Colocó sus manos alrededor de mi cintura—O lo harás tener que despedirte.
(...)
—Y ¿Cómo van las cosas con George? ¿Ya pusieron fecha a la boda? —Preguntó Cassie durante la comida, nos habíamos encontrado para poder conversar, últimamente estaba demasiado cargada de trabajo. Cassie estaba muy impaciente por saber todo, y sin duda me llevaría mucho más que la comida para contarle.
—Si, sabes que su propuesta me tomo por sorpresa, recuerda que tengo un trabajo muy importante, además George estará muy ocupado en inteligencia con su nuevo ascenso así que supongo que tendré que arreglar todo sola. Podemos tomarnos nuestro tiempo, no hay porque apresurar—Comenté llevando un trozo de carne a mi boca.
—¡Demonios!, Savannah para que rayos estoy yo aquí, supongo que como tu mejor amiga tendré que ayudarte con todo. Ese es mi trabajo y obligación estando a tu lado.
Tomé su mano y la apreté agradecida. ¿Dónde encontraría a alguien como ella? Lo dudaba, era muy valiosa para mí, una gran amistad desde mis comienzos y un pilar al que podría aferrarme en los momentos de dificultad.
—Me entere que el general Clayton te asignó la misión de los Ivancok—El tema cambio de repente, cuando recibí aquella llamada me sentí igual de sorprendida, no es que no me agradara hacerlo, era algo demasiado peligroso.
—Si, pero no estoy muy segura.
Ella me miro dudosa, jamás había dudado de mi capacidad, pero esto era demasiado peligroso, la noche anterior había dado vueltas en mi cama indispuesta. Pero no podía negarme era mi trabajo y era imposible echarse para tras. Debía cumplir con mi deber si ese era el deseo de los superiores.
Temía por mí, por George si en algún momento la misión fallaba no solo irían por mí, si no por todos lo que tenía contacto conmigo. No era la primera vez que ocurría, ellos encontraban la manera de encontrarte a pesar de estar bajo el programa de protección, la mafia roja tenia contactos por todas partes, ojos en cada rincón de América.
Maggie fue infiltrada con los italianos hacía ya algunos años atrás, pero los Ferreri la descubrieron y encontraron su cuerpo desmembrado junto con el de su madre y su padre degollados en su casa. Había presenciado eso y había sido terrorífico. Tan solo pensarlo me heló la sangre.
—Te entiendo, Jacobson rechazo la misión, al parecer la creían más capaz a ella que a ti, pero escuche negarse delante del general y por alguna extraña razón él lo entendió—Aquella noticia me pareció un poco ofensiva, era cierto, cualquiera que se tomara la amabilidad de pensarlo con ayuda de la almohada tarde o temprano solo encontraría temor al futuro, uno que también sentía pero que decidía ignorar.
Era demasiado extraño, Jacobson era una mujer peculiar, seductora como un ángel, de largo cabello n***o y curvas exuberantes, según algunos se mantenía en forma para poder seducir a los hombres que terminaba por colocar tras las rejas luego de un par de copas y mucha conversación donde el ego masculino les jugaba en contra. Ahora salía a relucir que incluso aquella chica les temía a los rusos.
—Según Alfred, el tipo de inteligencia, los mayores están demasiado preocupados, los rusos han alcanzado todo para acabar con nosotros, tiene el control de las armas ilegales y de los narcóticos en todo el mundo. Últimamente los expertos han estado sacando cuentas y todo ese rollo, pero, jamás han logrado encontrar la cantidad exacta del dinero—Era una fortuna incalculable de dinero mal habido.
—Pero supongo que eso es de todos, es demasiado improbable que un solo hombre tenga esa cantidad, es el llamado imperio rojo, dinero avasallado por sus lideres de generaciones. La Bratva es una organización compleja, que tiene un solo heredero y trasmite el liderato de generación en generación—Narré recordando la información que había leído sobre ellos desde que supe de la detención del chico.
Tomó una servilleta y comenzó a dibujar una clase de árbol genealógico en ella. En la cima coloco el nombre de Serguei Ivancok.
—Él fue el líder que nosotros conocemos se hace algunos sesenta años tal vez menos—Me dijo, al parecer incluso ella estaba informada de los nombres, yo aun no llegaba hasta ese punto, el lápiz recorrió nuevamente el papel ahora escribiendo, Aleksey Ivancok—Su hijo Aleksey tomo el poder mucho después, y por último es posible que el hijo de este también lo haya hecho, hubo un cambio de líder del que nadie aún tiene información.
Aun no estaba comprendiendo, mi misión era infiltrarme para buscar información, pero al parecer, ellos sabían todo.
—No entiendo Cassie, me haz dicho los nombres y yo solo conozco a uno de ellos, tengo entendido que Aleksey sigue siendo el líder, un cambio de poderes aun no se me ha sido informado.
—Es confuso pero la realidad es que...tienes que ir a averiguar sobre el hijo de Aleksey Ivancok, tienes que descubrir si realmente existe. Si realmente procreo un hijo, la mafia podría estar en una debilidad y nosotros aprovecharíamos para destruirla.
No estaba comprendiendo, pero supuse que me llamarían y me explicarían todo, así que tomé mis cosas y salí de la estancia no sin antes despedirme de Cassie. Era tarde, así que preferí ir a casa, pero una idea cruzo por mi cabeza. Baje por las escaleras a los archivos. Había una carpeta color roja sobre una de las cajas. Las palabras Ivancok estaban pintadas en n***o sobre la caja.
Si tenía que hacer este trabajo, investigaría lo más necesario para poder lograr mi objetivo. Al abrir la caja había una decena de carpetas y objetos tome una de las USB que había en la caja y me marche no sin antes dejar sin ninguna huella el lugar. Al llegar a casa subí a mi habitación y tomé mi portátil, estaba deseosa por saber que había en esa USB, pero a la vez temerosa.
Al abrirla una seria de videos e imágenes aparecieron en la pantalla.
Veintisiete de enero del dos mil dieciséis. Le di clip al vídeo, tardo algunos momentos en cargar. Era un noticiero de Nueva York
Se podía observar a una boda, una grande y magnifica boda. La cámara de desvío a los vasos de cristal que hacían una enorme pila, estos mismos comenzaron a hacerse pedazos, la novia, la cual no se podía observar corrió hacia su pareja llorando, estaba preocupada, y observaba a dos niños.
Ivancok bajo de unas de las camionetas negras y a lo lejos de pudo observar sus dos enormes tatuajes, en ambos tenía un nombre solo que uno estaba escrito en ruso y el otro decía Eloise en una letras negras, grandes y cursivas. Desvíe mi mirada a la novia, era ella Eloise Jonhson la esposa de Aleksey la que había muerto, o más bien la que había asesinado, estaba segura que mi misión era saber si Eloise le había dado algún hijo a los Ivancok, o si Aleksey se había casado nuevamente.
Lo que paso después fue mucho peor, Aleksey cargo su arma y le apunto al novio, el cual si no estaba equivocada era Matt Moore, uno de los empresarios más reconocidos de Estados Unidos. El arma hizo un sonido estrepitoso lo que me hizo dar un brinco y cerrar el portátil de golpe. Fue demasiado espantoso ver a Matthew caer al suelo, y de lo que era capaz de hacer aquel hombre. Preferiblemente era mejor que jamás subiera visto eso, puesto que ahora tenía más temor del que parecía y mi coraje y cordura estaba por los suelos. Simplemente tome mi almohada y me dirigí a la cama cansada, rápidamente me quede dormida.