La vecina

1531 Words
Ideas. Ideas. Ideas             Cuando el elevador abrió sus puertas en el pasillo inferior, eso era lo único que tenía: ideas. Nada en limpio. Ninguna prueba             Ideas. Ideas. Ideas.             Ideas de esto, ideas de aquello; pero nada que le diera un camino seguro por el cual continuar.             Una conversación con un chico cuyo resultado ni estaba del todo seguro de donde había ido a parar. ¿Interrogatorio infructuoso? Tal vez. Puede ser. No se sabe             Ideas. Ideas. Ideas.             Con sus ideas salió del ascensor y caminó por el pasillo hacia el apartamento del final, ese que quedaba justo por debajo del de Hernán. Estaba muy consciente de que volvería a hacer preguntas aleatorias esperando, como quien espera que no llueva, algo que le iluminara un poco el camino. Tiraría los dados y a ver que salía. Cuestiones del azar. Es desesperante ejercer una labor sabiendo bien que no te corresponde. Su intento anterior había sido un poco ambiguo, al no sacar nada directamente, sino pequeños detalles que no son piezas enteras del rompecabezas, sino pistas de donde se pueden hallar dichas piezas. Es como ver la foto de una foto. El reflejo de un reflejo. Ryan sabía que jamás hallaría una nota que le contase la historia que deseaba encontrar; esa historia que desconocía y ahora perseguía. Una nota aclaratoria. Eso le hizo pensar en una posible nota de s******o. No se encontró ninguna en el apartamento de Hernán. ¿Por qué? ¿Por qué no quiso contar los motivos de su decisión? Tal vez existiese dicha nota, pero eso significaría que alguien más la tiene. Alguien se la llevó. O tal vez, para Hernán y para todos, los motivos de sus suicidios eran tan obvios que no hacía falta explicarlos. Obvios para todos, menos para él.             El pasillo llegó a su fin. La puerta le esperaba.             A lejos se escuchaba el leve murmullo del joven vecino de Hernán, obviamente en conflicto con su madre sobre cual canción poner. Ahora se escuchaba una que era una mezcla entre hip hop con bases de guitarra.             Ryan se preguntó si valdría la pena volver a pasar por lo mismo: hacer preguntas incoherentes. Llegó a la conclusión de que no tenía otra opción.             Antes de que tocase la puerta, esta se abrió de golpe.             Dos ojos grandes y oscuros se encontraron con los suyos y casi chocaron.             La chica se detuvo al instante, con la mano aun sujetando el pomo. Alzó las cejas y lo vio con una expresión sorprendida. Era bella, eso fue lo primero que podía notarse sobre la fémina. Su cabello largo, tan oscuro como sus ojos, bailaba tras su espalda en una caída apacible. Su piel era oscura de un tono canela. Su contextura atlética quedaba a la descubierta por el short corto que poseía, desvelando unas largas piernas que terminaban en unas zapatillas deportivas. Los abdominales se le veían por debajo del sostén deportivo, el cual era su única vestimenta. La chica dio un paso atrás y sonrió como si hubiese encontrado cómica la cara de Ryan. Él le devolvió la sonrisa.             ⸻Hola ⸻dijo ella             ⸻Hola ⸻dijo él.             Y así es como se inicia una interesante conversación.             ⸻Hola ⸻volvió a decir ella. Ryan tuvo la certeza de que se burlaba.             ⸻Disculpa la intromisión…             ⸻¿Estabas por tocar la puerta?             ⸻Sí.             Ella se quedó en silencio, observándolo. Esperaba que Ryan le dijera algo y este, a su vez, esperaba que se le ocurriera algo que decir.             ⸻Quisiera hacerle algunas preguntas             La mujer enarcó las cejas.             ⸻¿Es policía?             ⸻No             ⸻¿Detective?             ⸻Algo así…             ⸻¿Investiga un caso?             ⸻Algo así…             ⸻Ni usted mismo parece muy seguro de lo que hace             Algo así…             ⸻Son solo unas preguntas cortas. Fui amigo de Hernán y quisiera preguntarle sobre él.             ⸻¿Quién es Hernán?             Ryan la miró con la boca abierta. Ella le devolvió una mirada llena de curiosidad y ligera diversión, como si estuviera disfrutando la conversación. De hecho, probablemente eso hacía, pero Ryan no estaba para divertirse. Gran parte de sus ánimos se desplomaron. Hernán nunca fue alguien de tener mucho éxito con el sexo opuesto, pero de ahí a que su propia vecina no le conociera el nombre, hay un tramo muy grande.             ⸻Hernán fue su vecino de arriba. Murió hace poco.             ⸻¡El no murió, lo mataron!             ⸻¿Cómo dice? ⸻Ryan se puso en alerta. Era la primera vez que escuchaba, más allá de Samuel Mcfly, una afirmación como esa.             ⸻Disculpe, es una frase que decimos en mi familia cuando alguien no muere por causas naturales ⸻pareció apenarse por decirlo⸻. Y usted era su amigo. Oh Dios. Se suicidó, ¿no? Pobrecito. ¿Por qué lo hizo?             ⸻Sobre eso quisiera preguntarle. Vivían en el mismo edificio. Quisiera saber si en algún momento notó algo extraño en él, o vio por los alrededores del edificio a una persona que le pareciera sospechosa de algún modo.             La chica reflexionó unos momentos. Ryan se percató de que, al pensar, arrugaba la nariz como un conejo.             ⸻La verdad es que de por sí todo su comportamiento era bastante extraño. Nunca miraba a las personas a los ojos. Usted que lo conoce sabrá esto. Por lo menos conmigo nunca lo hizo. Me miraba hacia abajo, pero no a los senos como hacen la mayoría de los hombres ⸻le lanzó una mirada de reproche como si lo hubiera descubierto haciéndolo⸻, sino a los pies; algunas veces por encima del hombro. Pero a los ojos jamás.             ⸻¿Alguna visita?             ⸻Sólo lo visitaba su pareja y creo que algunos familiares.             ⸻¿Su pareja?             ⸻Sí, un hombre bien vestido con un aspecto muy formal. Alguien común: cabello n***o, liso…. Venía bastante seguido, sobre todo poco antes de que… bueno… Siempre se queda un largo rato y después se iba. No se quedaba a dormir. Qué raro, ¿no?             Ryan guardó silencio durante un momento y preguntó:             ⸻¿Cómo saben que eran pareja?             ⸻Pues esas cosas se notan, ¿no?             ⸻Supongo ⸻respondió Ryan, no muy complacido⸻. ¿No vio nada más?             ⸻No, nada, lo siento. Era muy callado. De no haber sido porque le advertí del disparo al guardia de seguridad, seguramente hubiesen pasado días antes de encontrarlo.             ⸻¿Usted le advirtió del disparo al vigilante?             ⸻Sí. Fue muy raro, ¿sabe? Una no espera escuchar esa clase de cosas. Digo, usted pregunta por un sospechoso y todo eso, pero nadie está pendiente de cosas así. Si ves a alguien en la calle, piensas que es un trabajador, algún visitante o familiar. Piensas cualquier cosa, ¿pero asesino?, ¿criminal? No, al menos que seas muy paranoica. La vida es muy cotidiana y te adaptas a ella. Pero un día viene un sonido raro, una detonación que se te hace familiar pero ajena a la vez. Un ruido que has escuchado en películas y cosas así que pero que no es igual cuando atraviesa tus paredes. Lo escuchas y te da como algo de intriga. Yo iba de salida, así que bajé y le dije al vigilante. Él subió, pero yo me quede abajo en el rellano. Cuando volvió parecía muy alterado. Dijo que alguien se había suicidado.             ⸻¿Usted estaba en el recibidor?             ⸻Sí             ⸻¿Vio a alguien salir?             ⸻No             ⸻¿Cuánto tiempo estuvo ahí?             ⸻Hasta que llegó la policía. Iba a entrenar, justo como ahora ⸻bajó la mirada y señaló su ropa. Ryan también vio hacia abajo, con mucho cuidado de no detenerse demasiado tiempo en ningún sitio ⸻. Pero, vaya, cuando te dicen que un vecino tuyo se quitó la vida, como que no te quedan muchas ganas de ir a hacer ejercicio. Lo interesante está aquí.             Al decir “interesante” se llevó las manos en la boca y negó con la cabeza.             ⸻Perdón, perdón ⸻abrazó a Ryan con un ternura que él no se esperaba⸻. No quise decir que la muerte de su amigo fuera interesante.             ⸻Descuide ⸻se separaron. Ella seguía tapándose la boca.             ⸻Sus respuestas han sido de mucha ayuda.             ⸻¿En serio? ⸻preguntó, liberándose los labios.             “No lo sé”             ⸻Sí, muchas gracias.             ⸻Me alegro de haberle ayudado. ¿Qué es lo que está investigando?             ⸻Sólo quiero saber cómo fueron sus últimos momentos.             ⸻Sí, lo entiendo… Aunque… ⸻lo miró receloso⸻ si usted es su amigo, ¿por qué nunca vino a verlo?             Yo me pregunto lo mismo.             ⸻Vivo lejos, muy lejos.             ⸻Ah vale, vale. Pues mejor tarde que nunca ⸻dijo con una sonrisa, aunque luego se volvió a cubrir la boca⸻. Perdón, no quise decir eso. Yo…             ⸻Olvídelo. Descuide.             ⸻Seguro que Germán se alegró mucho de tenerlo como amigo             Es Hernán.             ⸻En verdad espero que así haya sido. Bueno, creo que ya es hora de que me retire, señorita…             ⸻Ariana Aponte.             ⸻Ryan Mayz             Uno de los dos debió estirar el brazo para estrechar las manos, pero ninguno lo hizo. Ryan se dio media vuelta y se alejó por el pasillo sintiendo como lo seguía la mirada de Ariana. Tenía un único pensamiento. Una única idea: si Ariana había estado en la entrada desde que sonó el disparo, el asesino de Hernán no pudo haber salido del edificio.
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