Ryan me daba la espalda, inclinado con las manos en la pared, dejando que el agua le salpicara la cara. Me mordí el labio inferior mientras observaba los riachuelos que corrían por su joven y musculoso cuerpo. "¿Mi amor...?", dije en voz baja, sobresaltándolo. Ryan se giró rápidamente y me miró con asombro. Sonreí sensualmente y dejé caer la toalla al suelo, mostrándole mi voluptuoso cuerpo desnudo a mi hijo. Se enderezó de inmediato y se giró, con los ojos abiertos de par en par, sorprendido. ¿Mamá? ¿Q-qué haces aquí? —jadeó y luego se quedó mirando mis pechos con asombro. Me acerqué lentamente a él, dejando que el suave chorro de la ducha me cayera sobre mí. Temblé un momento cuando las gotas de agua me golpearon los pechos, endureciendo aún más mis pezones. Los ojos de Ryan siguiero

