Me pareció adorable cómo intentaban mirarme las tetas a escondidas mientras hablaban. Después de unos minutos de relax, las provoqué un poco más. Tomé el bote de bronceador que estaba en el suelo junto a mí y me eché un poco en la mano. Primero me lo froté por todas las tetas, esparciéndolo por toda la piel y haciendo que la parte de arriba del bikini se me pegara a mis pechos mojados y resbaladizos. El tío Mike y papá me miraron fijamente mientras me aplicaba loción por todas mis grandes tetas, apretándolas suavemente y haciéndolas temblar aún más. Después de ponerme loción en los pechos, empecé a pasármela por el estómago y las caderas, recorriendo con las manos mi suave piel y sacando la atractiva braguita amarilla de mi bikini, mostrando mis nalgas. Me la froté por las nalgas y los mu

