"Bien..." Sonreí y le di un último beso en los labios antes de darle la vuelta y empujarla hacia el armario. "Sube y apóyate en el armario..." Ella obedeció e hizo lo que le dije, apoyándose contra el armario con sus grandes tetas presionadas contra él y su trasero empujado hacia mí. "Mmmmpphh... ¿Te gusta esto?" gimió, moviendo el culo de un lado a otro para provocarme mientras apoyaba la cabeza contra la puerta. —Perfecto —sonreí, poniéndome detrás de ella. "No te detengas otra vez, Maestro... P-por favor..." suplicó, mordiéndose el labio inferior y empujando su trasero contra mí. "No, la vista es perfecta ahora", sonreí mientras volvía a alinear mi pene con su coño y miraba por encima del hombro de Erika hacia el armario. Con su cuerpo pegado a las puertas cerradas, Howard y Sam ah

