"Es una zorra por la polla de papá, ¿verdad, Erika?", gruñó papá mientras me penetraba por detrás. Gemí y gemí mientras el grueso m*****o de papá me estiraba el coño. —¡Dios mío, tío Mike! ¡Qué bien se siente la polla de papá! —gemí. Papá sonrió y me dio una palmada en el trasero. "Buena chica, Erika". La polla gruesa de papá se sentía tan bien dentro de mí, que no me cansaba. Me incorporé de nuevo apoyándome en las manos. Mis grandes tetas se balanceaban, golpeando la cara del tío Mike. —¡Maldita sea, Erika! ¡Steve te está cogiendo muy duro! —gruñó el tío Mike mientras mis tetas le golpeaban la cara. "Mmm... ¡Tío Mike, nadie me había dilatado tanto el coño desde la polla gorda de papi!" Gemí. El tío Mike tragó saliva y se quedó mirando mis tetas balanceándose sobre él. Papá se incli

