Errores del Destino

Una gran sonrisa en los labios de la única mujer en la habitación con bata blanca y un hermoso bordado en la espalda, que dice "novia". ─No ha parado de llover... ─se lamenta Evelyn con desánimo mientras ve por la ventana. ─Va a parar, tranquila... ─camina hacia ella Alana. ─Toda la mañana ha llovido sin parar, no hay manera que pare de hacerlo justo en dos horas... ─Lo sé, pero tu debes estar tranquila, feliz y disfrutar este dia. ─se sienta junto a ella. ─No me lo pediste, pero... llamé a unas amigas para acompañarnos. ─¿Te dijeron que vengo de una familia grande? ─se gira a ella. ─Lo sé, eso me dijeron, pero también sé que después de lo que pasó con tu mamá, nadie está de acuerdo con la boda, y solo vendrán en su mayoría tíos y abuelos, pero lo más importante es tu padre y él ha estado en todo el proceso, me encanto ver lo emocionado que estaba con todo. ─Lo sé y sé lo que hizo mi madre, pero no quería que todo esto fuese así. ─sonrie aunque en sus mejillas caen lágrimas por monton. ─quería a mi madre, a mi enorme y escandalosa familia, y no es así. ─Lo siento... ─No quiero casarme, no así, no cuando todo está de cabeza, cuando siento que todo sale mal... ─va al armario a tomar sus cosas. ─Espera... ¿qué haces? ─la sigue por toda la habitación tratando de detenerla. ─Lo amo y de eso no tengo duda, pero se supone que este debería ser el dia mas feliz de mi vida, sin embargo no lo es. ─se lamenta al girarse. ─Deberías hablar con el. No lo has visto en dos días, y creo que es hora de que hablen, y dejen eso de "sorpresa" por que al paso que van, la única sorpresa es que no habrá boda. ─Tienes razón... ─saca su teléfono, empieza a marcar el número de Alejandro, pero antes de marcar llamada baja el teléfono. ─¿qué sucede? —se acerca despacio tratando de adivinar sus expresiones faciales. —Lo hemos intentado varias veces... —¿El qué...? —Estar juntos. Lo hemos intentado de muchas maneras, pero siempre pasan cosas y... —¿Lo ves?, con más razón, no importa cuánto lo intente el destino, ustedes siempre estarán juntos. Qué mejor que sellar esa lucha juntos, con un matrimonio. Todos se preparan fuera para la gran celebración, un blanco, enorme y pesado pastel es llevado hasta su lugar por varios hombres con esmoquin, un largo camino con hermosos tulipanes blancos y detalles dorados señalan el camino que seguiría la novia en su entrada. La novia sentada desde su cama observa por la ventana todo lo que sucede abajo, se gira con una leve sonrisa y ve su hermoso vestido blanco. Recuerda las sonrisas enormes de el día en que lo escogió junto a Alana y Diana, ya que ellas son sus damas de honor. Aún no habla con su madre, y su padre está a una habitación de distancia también preparándose. Sobre un lujoso mostrador, una hermosa tiara de diamantes que brilla hasta cegar a quien la mire. Fuera, uno por uno empiezan a llegar quienes decoran el lugar, la comida, las flores, los periodistas esperan ansiosos en la puerta a ver quién entra y quién sale este gran día. Del otro lado de la gran mansión, un nervioso, ansioso y emocionado novio se ve así mismo frente al espejo, mira su mano y no deja de imaginar el momento que esas manos lleguen a sostener las de su futura esposa. Las personas que preparan todo no tardan en llegar, tan pronto pasan el riguroso escrutinio de seguridad que Anton ha preparado para el gran día, van directo a la habitación de la novia, para maquillarla, peinarla y prepararla. Cristian como mejor amigo, dama de honor y camarógrafo filma todo a gusto propio, en la habitación de Alejandro lo filma nervioso, emocionado y a su vez preocupado, pero sonríe en cuanto nota que la cámara lo enfoca. La novia nerviosa y emocionada es peinada por profesionales, baila y sonríe mientras la maquillan, hoy es un gran día, es su gran día. Su alegría es tanta que llega a contagiar a sus maquillistas y peinadores. Alejandro se pone su traje, el mismo que previamente Miriam ha dejado sobre la cama como de costumbre, el se peina, rocía perfume y coloca sus gemelos, por unos segundos se queda pensando, al estar tan cerca del gran momento se permite imaginar la sonrisa de su futura esposa, un pequeño resumen de lo que imagina sera su felicidad. Deja escapar un gran suspiro y asiente como si se diera la aprobación a sí mismo. Tanto como terminan de peinar a la novia, ella empieza a ponerse nerviosa, su sonrisa es intermitente, los nervios empiezan a ganar la batalla. ─¿Estás lista? ─pregunta Alana entrando en la habitación. Evelyn muerde el interior de su mejilla en repetidas ocasiones por los nervios. ─Los nervios son parte de todo esto, tranquila. ─sonríe Diana entrando en la habitación con su vestido de dama. Evelyn asiente con una sonrisa sacudiendo sus manos, espera poder drenar de esa manera sus nervios. La prensa que está fuera no tarda en acosar uno por uno los autos que empiezan a llegar, tratan de detener los autos para fotografiar tanto como puedan, pero desafortunadamente para ellos y siendo una fortuna para quienes van dentro de los autos, los vidrios polarizados y antibalas de cada limosina hace imposible sacar una fotografía siquiera, más que la del chofer. De a poco llegan los invitados, uno por uno empieza a llegar y formar grupos en los que hablan de los novios con tanta emocion y alegria, sabiendo que este día es realmente especial. Jack como un buen padrino responsable es el primero en llegar para ayudar a tener todo listo según el gusto del novio, y Anton como buen hermano llega tras él para encargarse que la única persona que cubra toda la boda, haga todo según las especificaciones de los novios. Por fin se abren las puertas, un hermoso, alto y bien tonificado novio aparece en la puerta, vestido con un elegante traje hecho a la medida, camina frente a todos con una hermosa y enorme sonrisa, trata de disimular los nervios, de contener su emoción al poder por fin estar junto al amor de su vida y no separarse más. La música empieza a sonar, violines y uno que otro instrumento seleccionado para el gran dia, una corte de honor en miniatura caminan por la entrada dejando en su camino pétalos de tulipanes blancos a su paso. Todos ven hacia la entrada del camino esperando que la tan esperada novia camine hacia el altar. Diana y Alana caminan con algo de prisa, con una enorme sonrisa para ubicarse en su lugar, Alana frente a Jack, las miradas de odio de ella hacia él no se hacen esperar, por el contrario, Jack solo puede sentir admiración al verla tan hermosa y radiante este dia, pero disfraza su emoción tras una mueca de niño pequeño. Diana frente a Anton, evita verlo por lo nerviosa que se pone al hacerlo, Anton la ve, no oculta en absoluto lo mucho que le gusta, pero sabe que no es posible, no después de todo lo que pasó. Para sorpresa de muchos, por no decir de todos, Dorian llega acompañado de una elegante dama, Samuel también llega acompañado, pero por amigas de los chicos. Leo se ve hermoso e impecable, espera junto a sus amigos que su amado novio llegue después de videograbar a los novios y cada detalle. Todos hablan en el video, uno por uno empiezan a dar sus buenos deseos a los novios, Jack al igual que Anton y su padre han sido los más emotivos, como no podía ser de otra manera, el padre de Alejandro le da consejos de matrimonio, así como los abuelos de Evelyn y su padre. Su padre, espera que su amada hija cruce la puerta para ofrecer su brazo, está tan nervioso y emocionado como todos, tanto que siente que tarda demasiado en salir, va a la habitación de su hija, camina por el pasillo y nota que no hay nadie, todos están ya esperando a la novia en el gran salón, pero su padre no le da importancia. Al llegar a la habitación de su hija toca su puerta, tras el primer golpe la puerta se abre por sí sola. Frunce el ceño confundido y abre la puerta, al abrirla ve toda la habitación en orden, no hay ninguna anomalía, asume que de pronto su hija ya a salido, corre hacia el lugar donde se supone que debe caminar junto a él, supone que a lo mejor se cruzaron en el camino sin querer, pero al llegar todos lo ven como si fuese una hormiga gigante color verde fluorescente. El padre mira el camino, a Alejandro, a los invitados, y nuevamente la ventana de la habitación en la que Evelyn estaba, su corazón empieza a sentir angustia, la desesperación en su mirada es tan palpable que Alejandro deja su lugar, borra su sonrisa y corre hacia su suegro. ─¿qué pasó?, ¿dónde está ella? ─pregunta sin disimulo o discreción alguna, está muy asustado. ─No lo sé... ─balbucea ya que todo empieza ponerse borroso para él.