Ahora que me has recordado tu discurso, permíteme felicitarte. Has mejorado mucho en cinco semanas. Suenas de maravilla; estoy muy impresionado. ¿De verdad, Edward? Mi instructor me grita cada vez que abro la boca. Dice que nunca aprenderé a hablar bien. Dijo que el presidente Kennedy nunca hablaba bien. Dijo que Robert Kennedy era peor. Jemma, esa es la esencia de su trabajo. Te acosarán y te regañarán cada vez que vayas a clase. Su objetivo es que te esfuerces más en tus lecciones. Cuanto más te esfuerces, más aprendes. Todavía conservo mi acento italiano, aunque estudié en la misma escuela que tú. Si hubiera ido seis u ocho semanas más, quizá habría podido hablar inglés sin acento. Ahora, si me disculpas, estaba conversando con otra parte de tu cuerpo. Su boca descendió sobre su coño

