Naia chasqueó los dedos y el monolito de piedra se estremeció, liberando la tierra y el lodo. El agua resbaló por sus costados, llenando la cuenca central con agua fresca de manantial. La tierra y el lodo restantes quedaron atrapados en pequeñas pozas de marea, que los convirtieron en una espuma superficial que se vertió sin contemplaciones sobre la losa de hormigón bajo la fuente.
"Oh, es como recuperar la sensibilidad en las piernas después de que se te duermen. ¡Muchas gracias, Mike!" Naia se giró para lanzarle un beso a Mike, pero se quedó paralizada al ver a Tink detrás de él. "¿Tink? ¿Eres tú?"
¡Naia! —Campanilla trepó al borde de la fuente, quedándose a la altura de Naia. Naia le dio un fuerte abrazo al duende.
"¿Conoces a Campanilla?" preguntó Mike.
"Claro que sí. Se encarga de
