En la mansión De Anda Mariel se preparaba para salir, bajó la escalera y vio a Luis que revisaba su tableta electrónica parado frente a la puerta.
—Luis ¿te vas a trabajar?
—¿Porqué tendría que informarte eso?
—¡Ya por favor! ¡Basta! Ahora que no está Daniela ¿podríamos ser como éramos antes de que ella naciera?
Luis enarcó la ceja con una sonrisa malvada. Acercándose a ella con una mirada fría le respondió.
—De verdad piensas que podemos ser como antes, eres increíble hermanita. Enserio piensas que se me olvidará que por tu culpa soy infeliz qué tu fuiste la que provocó que Mía se quitara la vida, que le hiciste la vida imposible a Daniela ¡Ah! Y como podría olvidar el día que la encerraste en el auto toda la noche y casi muere por una neumonia.
—Luis, eso es mentira yo no le hice nada a Mía, si ella decidió eso fue porque no te amaba lo suficiente.
Luis se alteró al momento que su hermana mencionó lo sucedido se acercó y la tomo del cuello.
— No te hagas la inocente, tengo las pruebas de que tú le dijiste que yo estaba en la cama con otra mujer, le inventaste tantas cosas que ella decidió dejar esta vida.
—Ella no te convenía, no era de nuestro mismo círculo social. Yo solo le dije que te dejara en paz.— le respondía con dificultad por el agarre en el cuello.
La lanzó al suelo y se limpio las manos como si hubiera tocado algo inmundo.
—Eres despreciable Mariel De Anda, nunca podré verte como mi hermana de nuevo. Nos hiciste mucho daño, Dani ya está lejos no podrás hacer nada más en su contra.
—Daniela siempre Daniela, desde que ella nació me hiciste a un lado. Pasé a ser un cero a la izquierda para ti, tu y yo siempre fuimos muy unidos hasta que nació esa maldita.
— ¿Y por eso la dañabas? ¡Eres todo un caso!
—Nunca le hice nada, ella siempre mintió para alejarnos, esa vez del auto jugábamos a las escondidas y como no la encontré pensé se había cansado, así que dejé de buscarla.
—¡Ajam! Y las cámaras decían otra cosa. Enserio crees que me trago todas tus mentiras, ¡ya basta! No te soporto.
Luis estaba enfureciendo así que decidió marcharse antes de perder la poca paciencia y hacer algo de lo que podía arrepentirse.
Al salir ya estaba su asistente Mat esperando por él, subieron al auto y se recostó en el sillón cerro los ojos y recordaba a Mía.
Mía era su novia, la conoció en un viaje de negocios para expandir los hoteles ella trabajaba como vendedora en una tienda de ropa de alta gama, Luis había ido a comprar algo para Daniela cuando la vio, una mujer hermosa tenía unos rasgos muy finos y unos ojos enormes y un cabello rizado, se enamoró de ella a primera vista con el paso del tiempo la visitaba cada vez más a menudo pasó casi un año para que pudieran ser novios tenían una hermosa relación pasó un año más siendo novios y Mía quedó embarazada, Luis la había llevado a su casa para presentarla al abuelo, el y Daniela fueron los únicos que le dieron una cálida bienvenida, sus papás y Mariel no estaban de acuerdo ya que no provenía de una familia de élite. Eso no le importó a Luis y sólo les aviso que se casarían en un mes, un día antes de la boda Luis no respondía su celular estaba muy ocupado con la inauguración del nuevo hotel y eso lo aprovechó muy bien Mariel para que su amiga respondiera el celular de su hermano.
Mía estaba sentada en el balcón del departamento donde vivía, tejiendo una manta para su bebé y para poder llamar puso su celular en altavoz ,
*Que quieres estamos ocupados, dejame tu recado y le diré que te llame cuando salga de la ducha.
*No, me estas mintiendo Luis me ama y estamos esperando un hijo juntos.
*Pues no será el primer bastardo sin padre.
*Oye Mía soy Mariel, espero que no seas tan estúpida para creer que alguien como mi hermano estará con alguien como tú, solo te lo digo para que estés preparada, la boda no se realizará, así es Felicia y Luis están juntos yo vine a comer con ellos no te puedo decir que hacían antes de llegar ya lo has de imaginar solos y en la cama.
Mía colgó la llamada y comenzó a llorar se sentía mal por las palabras de las dos mujeres y con las hormonas del embarazo no supo como reaccionar. Se levantó y camino con una mano sujetandose el pecho empezó a sentirse un poco mareada camino desorientada y Chocó con el balcón y cayó al vacío.
Al enterarse Luis salió corriendo al lugar pero ya era demasiado tarde Mía había fallecido por la caída. Al ver las grabaciones de la cámara de seguridad que sé encontraba en el balcón pudo darse cuenta de todo lo sucedido, era culpa de Mariel, Mía no tenía intenciones de quitarse la vida pero todo pasó demasiado rápido y no pudo reaccionar.
Desde ese entonces Luis detesto más a Mariel, la denunció pero eso no era suficiente para encontrarla culpable, pero para Luis era más que suficiente para odiarla.
Al abrir los ojos tras su recuerdo su mirada se volvió triste sentía un vacío en el corazón el cual no podía llenar, solo podía pensar que en estos momentos el tendría un hijo o hija de 3 años de edad y eso le partía el alma.
Llegó al hotel y en la entrada se encontró con un hombre que conocía muy bien, Anthony Wolf el hombre más poderoso de la ciudad dueño de inversiones Wolf y heredero de la cadena de centros comerciales más exclusivos del país.
El hombre irradiaba un aura de superioridad y arrogancia, provocaba un poco de miedo por la mirada tan inexpresiva y fría que tenía.
Anthony tenía 26 años era un genio en administración, creó su empresa de inversiones cuando tenía solo 22 años como un simple proyecto universitario, pero en tan solo un año se convirtió en una de las más grandes del país. Era un hombre demasiado atractivo con un cuerpo definido y musculoso, su madre era una ex reyna de belleza de ahí había heredado su encanto natural.
—¡Señor De Anda! lo estaba esperando.
Se acercó a saludar a Luis con una mano en el bolsillo del pantalón y con la otra se quitaba sus gafas oscuras.
— ¡Señor Wolf! ¿En que puedo ayudarlo?
— Me enteré que quiere invertir en un centro vacacional en la ciudad.
—¡No! Se entero mal. No quiero invertir en el, quiero comprarlo y convertirlo en un centro vacacional único y exclusivo.
Anthony mostró una sonrisa encantadora.
—Bien, pues ese lugar yo he intentado comprarlo por años, pero el dueño no quiere ceder, así que... ¿Podemos hablar de negocios? ¿O está muy ocupado? Para atenderme.
—En absoluto, adelante hablemos de negocios.
Entraron a la oficina central del hotel, ésta se encontraba en la planta baja en un área exclusiva y restringida del hotel.
—Tome asiento señor Wolf, ¿gusta beber algo?
—Café, sin azúcar por favor.
Mat salio al escuchar el pedido sin esperar a que su jefe le diera la orden.
—¡Y! ¿Cómo puedo ayudarlo señor Wolf?
— El dueño de ese complejo no me quiere vender, para mi madre ese lugar tiene un gran significado, ahí conoció al amor de su vida mi papá, y queria regalárselo, pero el dueño perdió dinero en una mala inversión y culpa a inversiones Wolf. Así que no me quiere ceder.
—Entonces, espera que yo compre y le venda.
—No, porque si tu lo vas a comprar es por algo en especial, ya que el lugar no vale tanto, está en muy malas condiciones, así que lo que quiero es asociarnos, lo compras y lo revivimos en conjunto creo que podemos hacerlo el mejor centro vacacional.
Luis entrecerró los ojos no le gustaba la idea de tener un socio, pero no podía negar que tener al gran Anthony Wolf de socio le traería grandes beneficios.
—Me agrada la idea, mande su propuesta a mi asistente y la estudiaré.
—Sólo una cosa antes de irme, deja de llamarme señor Wolf, me agradas así que tu puedes llamarme Anthony.
Luis asintió y se dieron un apretón de manos para cerrar con la reunión de ese día.