Capitulo 2- Vida ilícita

1680 Words
Antonella POV'S   Woo... solo eso podía decirles. No se imaginan la felicidad que traigo dentro las 24 horas del día. Thiago no dejaba de darme sorpresas, no dejaba de cambiar para ser mejor, no lo superaba.   Si, era su esposa, pero a veces no lo creía. Despertarme y sentir su brazo rodearme porque no soporta que duerma lejos de él me encantaba. Podíamos pasarnos el día completo discutiendo y nos iban a ver en medio de las peleas, llenándonos de besos.   Me pude dar cuenta que cuando te encanta una persona los defectos que esta tiene también te gustan y eso pasaba con Thiago y conmigo.   Este año que llevaba como su esposa lo había sido todo. En mi vida habían sucedidos cambios asombrosos, cosas que me mantenían con felicidad. Por ejemplo, que mi madre se mudara aquí a Italia, pues ya la tendría super cerca y cada vez que requiera de su amor, de sus consejos y chistes malos no tengo que durar un montón de horas en un avión. Ahora la tenía a simplemente quince minutos de nuestra casa.   Otra cosa que siempre me mantenía muy contenta era que cada vez me faltaba menos para ser una profesional, mi meta era esa todos los días, y justo hoy que me gradué siento que no tengo los pies sobre la tierra, lo que está pasando a mi alrededor es demasiado y no puedo creerlo del todo.   -Antonella siempre fue una niña muy decidida, he admirado toda mi vida su capacidad y su luz propia. No hay nada ni nadie que la haga cambiar, y no se imaginan lo feliz que me pone saber que mi niña malcriada ha cumplido sus sueños- habló mamá en pleno almuerzo.   Como celebración de mi graduación yo no había querido nada exagerado. Solo una comida bien rica en casa con los que amo. Había gozado tanto en la luna de miel que todavía me duelen los pies de caminar y la barriga de reír. Me había divertido al cien con mi esposo. Así que invité a Camilo, a Diana y a los tórtolos de la familia, mamá y Ángelo para que compartieran conmigo.   -Gracias a ti por tu dedicación. Si no yo hoy no fuera lo que soy- le dije acariciando su mano por encima de la mesa.   -Usted es toda una heroína Andrea. Lidiar con Antonella no es fácil- dijo el maravilloso esposo que tenía sentado a mi lado mirándome con una sonrisa maliciosa.   -No, si gracias a Dios ahora quien está a cargo de ese tremendo tronco de mujer eres tú- le dijo mi madre con una larga carcajada.   -Créame que debieron enviarla con un manual, si hubiese sabido que era tan rechistadora no la compro- bromeó conmigo   -Te odio Thiago- le dije acariciando su barba y mirándolo con ese deseo que siempre tenía por él. Esa sed que me dominaba grandemente.   -Ustedes nunca van a cambiar? - nos preguntó Diana a ambos, con ese tono burlón mirándonos con una sonrisa.   -No, creo que no- le contestó Thiago riendo a carcajadas entrelazando mi mano con la suya.   -Pero y ustedes? ¿Cuándo se van a casar? - les pregunté levantando mis cejas.   Ambos se miraron un poco nerviosos.   -Mas luego, cierto? - dijo Camilo carraspeando y mirando a su novia un poquito incómodo.   Si se preguntaban por la relación de Camilo y de Diana, ellos son un caso. Todos sabemos que Camilo es el hombre que toda mujer quisiera tener, es dedicado, se entrega en cuerpo y alma, le gusta el romanticismo y es muy del hogar, a pesar de ser mafioso. Sin embargo, Diana es una mujer, pero con la personalidad de un hombre, es difícil lidiar con ella porque todo lo resuelve ella misma al creer que nunca va a necesitar de un macho.   Y yo a sinceridad siempre voy a pensar que las mujeres no necesitamos de un hombre para ser independientes, pero si necesitamos amor de su parte, cariño, respeto, tener esa persona a tu lado día y noche a quien poder contarle tus cosas, poder reír con él, tomar decisiones a su lado. Esas eran cosas que no tenían precio y sé que para Camilo está siendo muy difícil llevar el mando ya que Diana no era de la casa, le encanta la calle y el peligro, incluso los bares. Puede que no estén muy contentos y tengan problemas en su relación.   -Andrea y yo si pensamos casarnos muy pronto- habló Ángelo para anivelar el momento.   -El diablo es tan sucio que se atreve mamá a salir embarazada después que tiene 60 años solo para ponernos las cosas difíciles a mí y a Thiago- dije rodando los ojos escuchando a los demás reír.   -Eso es imposible hija! Tú y Thiago no serán hermanastros, tranquila- me contestó mi madre guiñándome un ojo.   -Mientras estemos todos juntos es lo importante, familia. Nuevas cosas están por venir y tenemos que sentirnos orgullosos de los logros que poco a poco vamos obteniendo- habló Thiago todo lleno de sentimientos, con esa precisa voz que me volvía loca.   Le sonreí acariciando su mano con mi pulgar.   -Sin duda alguna, es maravilloso disfrutar todos juntos. Gracias por estar aquí- les dije a todos en la mesa.   -Esperaremos tu invitación a tu empresa cuando esté totalmente en marcha- me dijo Camilo brindándome una sonrisa.   -Están todos invitados- les dije muy feliz porque sabía que lo que vendría iba a ser gigantesco.   -Vieron el auto de mi esposa? - preguntó Thiago todo airoso.   -Esta precioso la verdad- le contestó mi madre   -Cuando lo vas a correr? - me preguntó Diana.   -Tengo miedo de usarlo la verdad- les dije mirando el rostro de cada uno, pero deteniéndome en la cara de mi madre.   -Lo harás muy bien hija- me transmitió seguridad mi madre.   -Lo hace excelente. La vez que me puse mal quien me llevó al hospital conduciendo fuiste tú, lo hiciste fenomenal. Solo iremos a sacarte el permiso y todo listo- me dijo mi esposo haciéndome recordar aquel momento tan angustiante que viví cuando se drogó y pensé que se iba a morir de lo mal que estaba.   Simplemente asentí.   -Muchas cosas buenas se acercan, el cumpleaños de Thiago es esta semana, ¿que pensamos hacer? - habló Camilo.   Se me estaba olvidando. Mi bebé cumplía 28 años.   -No soy mucho de cele...- no lo dejé terminar, ya sabía por dónde venía.   -Nos reuniremos todos a comer, tenemos que celebrar el cumpleaños de nuestro gruñón- les dije a todos en la mesa.   -Exactamente, no podemos dejar pasar tu cumpleaños, hermano- le dijo Camilo con una amplia sonrisa en el rostro.   -Lo que ustedes digan está bien- terminó aceptando.   Besé su mejilla prontamente viéndolo sonreír.   Continuamos pasándola en familia, con un ambiente bien agradable. Mi día de graduación había sido espectacular. Nunca imaginé que fuera a obtener tantas sorpresas en un solo día.   Después que todos se fueron a sus respectivas casas Thiago y yo subimos a descansar. Tomamos un baño y nos tiramos en la cama a pasar el tiempo entre caricias, besos y risas.   -Es un logro para todo el mundo saber que uno de los mafiosos más temidos no ha hecho absolutamente nada en seis meses, estamos hablando de "Demon" que durante el tiempo ya mencionado ha desaparecido de la fas de la tierra como si estuviera muerto...- escuchamos un avance noticiero en la televisión.   Thiago inmediatamente al escuchar aquellas palabras apagó el televisor.   Lo miré algo extrañada.   Otra cosa que tenía para contarles. El mafioso se había retirado poco a poco, empezaba a dejar los grandes narcotráficos, había dejado de hacer grandes cosas ilícitas que llamaran la atención. Creo que permanece con sus negocios de drogas y armas, pero no más. Sin embargo, no lo notaba contento.   -Qué pasa? - le pregunté   -Nada- me contestó cortante   -Acaso te molesta eso? - le pregunté mirándolo fijamente.   -No es que me moleste, si no que sé que mis enemigos tienen que andar bien contentos por mi desaparición. No sabiendo que cuando me dé la gana vuelco la mafia de cabeza- dijo con ese tono frío y arrogante.   -Sabía que te molestaba perder tu fama- le dije mirándolo rodar los ojos y bufar.   -Mi nombre siempre será una leyenda, Antonella. Nunca dejará de existir lo que hice- me dijo alejándose de mí y saliendo de las sabanas.   -A ver, no tengo la culpa de nada, yo no te presioné para que dejaras esta vida. Simplemente te planteé la idea de que fueras saliendo poco a poco de esta mierda. Al parecer te molesta que otros suenen en la tv y tu no. Y eso no es un orgullo. Siempre salen tus empresas en los periódicos y eso no te importa, no le prestas atención. Mientras que si ves tu apodo en la primera página de las noticias te sientes grande como si estuviera correcto. ¿Acaso te volviste loco? - le dije hablándole de una forma calmada, pero con palabras que le llegaran al fondo.   Suspiró profundamente y pasó sus manos por su cabello.   Se volvió a meter debajo de las sabanas y me abrazó.   -Lo siento, solo estoy cansado- fue lo que me dijo aferrándose a mi cuerpo y escondiendo su rostro en el hueco de mi cuello.   -Descansa entonces- le dije pasando mi mano por su cabellera como le gustaba hasta que noté como poco a poco se había quedado dormido.   Últimamente no pelábamos por nada del otro mundo, no nos disgustábamos por cosas que tenían solución. Sin embargo, esta vez sí estaba un poco molesta, no quería que Thiago siguiera en la vida ilícita.   Tenía muchas cosas que decirle respecto a ese tema, su reacción me dejó a entender que no estaba contento con que lo que habían dicho en la tv, y yo sí que lo estaba. Pero bueno, yo no iba a dañar el día con una discusión, apagué la lámpara de mi mesita de noche y cerré mis ojos sintiendo el cuerpo de Thiago aferrarse más a mí.   -Te amo Antonella- lo escuché decirme soñoliento.   -Yo también te amo, Thiago-
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