Acto 1

1064 Words
Bienvenidos...  A partir del 1º de OCTUBRE  Espero que está historia les guste tanto como las otras, aclaro desde ya que en todas las historias tenemos esa parte de ficción que nos hace vivir cientos de sentimientos y que no podemos esperar que se acerque todo el contexto a la realidad, a veces la realidad es peor.  En esta historia encontrarán Drama, Dolor e injusticia pero también el mas bello amor que podamos imaginar.  Que disfruten de la lectura y los leo en los comentarios.  */*/*/*/*    */*/*/**/*/*    */*/*/*/*/* Cada mañana me levanto a las cinco de la mañana, es un ritual diario desde que soy adulta y con familia, me muevo de un lado a otro en la cama.  Siento que algo me sujeta a ella, como si mi cuerpo quisiera más de lo que mi mente le da en orden: ¡A LEVANTARSE!, pasar casi dos horas de camino al trabajo, donde cada día paso ocho horas o más de mi día de vida, cada día tiene veinticuatro horas de las cuales ocho se van en la oficina, y alrededor de seis las uso en los traslados de un lado a otro. Lo que me va dejando unas once horas para hacer vida social, la cual no se me permite; dormir, ordenar las cosas del hogar. Y hacer mi mejor actuación, fingir ser completamente ¡FELIZ! ¡Oh, sí hogar, dulce hogar! Es lo mejor que todos tenemos, llegar seguros a un área cuadrada que acondicionamos para nuestro bienestar y vivencias. El hogar es hermoso, allí vivimos con nuestras familias, padres, hermanos, primos… hay familias numerosas que incluyen a los abuelos, está nuestro hogar principal el que formamos como nuestro, por el que muchos luchamos, trabajamos duramente por varios años de nuestras vidas para lograrlo, pero no solo es la casa lo que hacer el hogar, muchas veces son las personas que viven allí, las que te hacen sentir en el HOGAR. «Vivir básicamente se resumen en nacer, crecer, morir…» Muchos nos olvidamos de la parte de nacer… creemos que solo sucede cuando venimos al mundo y aun así otros dicen cuando se salvan, de partir de este mundo físico, que vuelven a nacer… yo puedo decir que en mi vida he nacido muchas veces y cada una de una forma diferente, que tuve que llegar a morir viviendo; para darme cuenta de lo bella e importante; que con lógica simple es nuestras vidas. «El amor salta de golpe y nunca lo esperas… aunque sí lo deseas…» Después de nacer y entrar en la etapa de crecer que es la que más desarrollamos, estamos en lo que llamamos lo importante de nuestras vida. Luego de cumplir el primer año de vida somos unos niños pequeños, nuestra memoria por suerte recordará cosas de los tres años en adelante, solo si tratamos de desarrollar nuestra memoria de largo plazo. Muchos no recordamos todos los días de nuestra vida, solo lo más importantes o en lo que los acontecimientos fueron relevantes por algún hecho de suma felicidad o uno de una gran decepción o trauma son los más recordados, no importa el tiempo que haya durado, segundos, minutos, horas, días, semanas, meses o años; se quedarán en nuestra memoria de una manera más fuerte que aquellos que solo han sido días más; días menos en el calendario. De estos días de niñez lo más recordado son las vacaciones familiares aquellas donde fuimos  a algún lugar especial. Lo que nos creó un recuerdo feliz o cruel, como la muerte de nuestra mascota por olvidar llevarla con nosotros y darnos cuenta muy tarde. Los cumpleaños cubren su gran parte de estos recuerdos y es que ¿Para qué niño, no mayor de diez años, no es importante una fiesta de cumpleaños o un gran pastel? La piñata y los globos se llevan su participación de valor sentimental en esta etapa. En especial no recuerdo más de dos cumpleaños. Torta grande, juegos, muchos niños corriendo de un lado a otro, mi mamá y su famoso ponche y pasa bocas. La época de mi niñez pues bien era normal, un hogar medio con dos padres “ejemplares” a la luz; fuera de casa y un infierno dentro de ella,  ¿por qué  digo que es normal?, pues por como dice el famoso refrán: “Nadie sabe gotera de casa ajena”. Y pues si en mi casa las goteras eran inmensas, matrimonio joven con dos hijos gemelos y una niña menor por un año, así que mí querido mitad, se llama Dante Alejandro Suarez y la princesita, hermanita, monstruo del terror Alejandra Suarez. Mi padre estaba en el negocio Agrícola. La famosa hacienda “los tulipanes” extensas tierras que ameritan más de mil obreros para su funcionamiento en las diferentes actividades Agrícolas que día a día eran desarrolladas por cada uno de ellos. Una parte está destinada a la actividades Agrícola Vegetal, que tenía dos divisiones cultivos Alimenticios; donde se encontraba el arroz, maíz, cebolla, tomate, leguminosas y Cultivos de exportación; portadora de Café y Cacao. Mi padre era el gerente de operaciones de esta, obviamente viviendo en la ciudad él viajaba mucho los fines de semanas hacia la hacienda, del resto estaba en las oficinas administrativas. Solo habíamos ido cuando teníamos doce; en un  cumpleaños de mi padre y no fue muy grata la sorpresa  de no encontrarlo, mi madre solo cerró la puerta puso su mejor cara y nos sacó sonriendo dejo la comida especial de papá en el puesto de su asistente, la cual no estaba por ningún lugar de la empresa; cuando la buscamos para saber si papá no estaba ocupado en una reunión o algo así, lo cierto que estaba ocupado se había ido de viaje pero no había dicho nada al respecto, y mi madre con sus veintiséis años. Hizo de ese día la mejor actuación de su vida… y allí delante de nosotros en un restaurante de comida rápida con unos helados grandes de tres sabores delante de cada uno de nosotros,  se ganó su primera estatuilla a la mejor actuación de, no ha pasado nada, del año. Ese día fue en el que me di cuenta que nació la Daniela tolerable… que pasara  lo que pasara en mi vida de pareja podría terminar haciendo lo que mi madre hacía. Poner su mejor posee, sonrisa y gritar:  ¡SIGUIENTE TOMA! 
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