Prólogo
Perla
Jamás creí que algo tan sencillo seria capaz de afectarme de esta manera, solo era una niña cuando las cosas se complicaron en mi vida.
Habia cosas que ocultar, cosas que no debía mencionar, sabia bien que la familia era importante pero había cosas que yo no podía controlar, habia cosas que se salían de mi control, que no entendía y que sin duda no sabia como me afectarían
Mis padres nos habían contado su historia, la manera en que nos contaron la forma en que nuestra madre llego a Italia, como fue que por medio de Adriana y Alexei ellos se conocerían, sabíamos que había sido amor desde un inicio, pero la negación a ciertas cosas nos hace cometer errores, ellos lo habian hecho y enfrentarse a sus madres era tal vez lo mas difícil que habian vivido.
-No entiendo como es que la abuela no te quería- mencione, mis padres nos contaban cada parte de la historia, incluso lo que no deberian, para ellos esta era una experiencia, era aprendizaje para que nosotros no cometieramos esos errores
-Eso es cruel, ¿Como puede tu madre no no quererte? - pregunto mi mellizo y ella sonrió, nosotros teniamos una corta edad aun, a nuestros 6 años debiamos saber todo concepto de amor, porque no podíamos simplemente entregarle nuestro corazón a la persona equivocada, ellos querian protegernos y lo harían dandonos entendimiento de toda la verdad de nuestro pasado
-Muchas veces las madres no son lo que aparentan, muchas desarrollan odio hacia sus hijos por cosas que no se pueden explicar- menciono papá mirándonos con ternura
-¿Te portaste mal? ¿Hiciste algo para que ella no te quisiera? - pregunte y mamá nego tomando mi mano
-Cuando yo tenia masomenos tu edad ella tuvo otro bebé- sus ojos se llenaron de lágrimas- Era muy linda, tenía una hermanita , alguien con quien jugar, pero el destino no quiso que se quedara mucho tiempo con nosotros y Dios se lo llevo- mencionó con nostalgia- Tu abuela me hecho la culpa de eso y me odio al instante- bajo la mirada
-Pero no fue tu culpa, nadie decide en nuestra vida mas que Dios- asegure y ella sonrió
-Y es asi, no tienes la culpa de nada hija- menciono mi abuelo Esteban y ella asintió- Dejen de contarle cosas malas a los niños- los regaño
-¿Tu amabas a la abuela tito? - pregunto Esteban y el abuelo sonrió
-La amaba, por eso me quede con ella todos esos años, pero ame mas a mi hija y por eso siempre la apoye- aseguro y mamá solo lo abrazo
-Hiciste de mi la mujer que soy hoy padre, gracias por apoyarme siempre padre- aseguro y el sonrió
-Tito ella jamas volvera ¿verdad? - pregunto Esteban y el sonrio acercándose a mi mellizo
-Realmente espero que no hijo- menciono mi abuelo
-Y tu abuelo ¿Volverás a ver a la abuela? - pregunte hacia mi abuelo Lorenzo, el era muy parecido a mi padre y a pesar de tener pocos mas de 40 no se veía tan mayor, de hecho podria hacerse pasar por el hermano mayor de mi padre
-No, no la quiero en mi vida nunca mas, no me hace falta, los tengo a ustedes y eso es mas que suficiente- aseguro mientras acariciaba mi cabello
Les creí, realmente lo hice, ¿Que mas haria una niña de 6 años cuando le dicen eso? Simplemente confiar en lo que tu familia te dice, porque ellos no tiene porque mentirte u ocultarte cosas, al menos eso nos habian enseñado nuestros padres.
Pero unos meses después todo cambió, todas las palabras de mis abuelos ya no eran tan reales como un inicio.
Porque ahora esas palabras se habian quedado al aire cuando la mamá de mi madre se habia parado en nuestra puerta, esa mujer que había hecho sentir menos a mi madre, esa que intento dañarla y que había lastimado a mi abuelo estaba aqui, buscando una familia que jamás habia tenido porque ella no quiso formar parte de ella, Carla decidió no formar parte de nuestras vidas, ella simplemente prefirió creer en una mujer que habia dañado a mi madre, antes que en su hija y yo no la queria cercas, no la quería con mi familia.
-¿Que haces aqui? - pregunto mi abuelo al verla, ella se veia mas grande que el, las marcas de la edad eran notorias en su piel blanca, podia notar pequeñas cicatrices que tenía en el rostro
-Queria verte eres mi esposo- menciono y el nego
-Te recuerdo que ya no lo somos, nos divorciamos hace años, estabas en prisión, ¿Que haces aqui ahora? - pregunto y ella suspiro
-Me redujeron la sentencia por buen comportamiento- aseguro pero algo en el no le creía- Quiero ver a mi hija- asegueo y a mi nieto- menciono antes de mirarme, su sonrisa fingida no me gustó, algo en ella me daba miedo y me aleje rápidamente cuando quiso tocarme por lo que me escondí detras de mi abuelo
-No quiere que la toques, asi que mantente lejos de mi nieta- sentenció mi abuelo
-Podras alejarme de ella ahora, pero voy a volver, quiero recuperar a mi familia, sabes que estoy en todo mi derecho de hacerlo, es mi hija y ella es mi nieta- me señaló pero volví a esconderme entre las piernas de mi abuelo.
-Perdiste tu derecho hace años, no vengas a intentar reclamar algo que no te pertenece porque tu ya no formas parte de esta familia- sentenció mi abuelo
-Ya lo veremos, sabes que siempre logro lo que quiero cariño- menciono con un tono de burla en su voz antes de salir de la casa.
Me hubiera gustado que ahi se quedarán las cosas, pero lamentablemente no fue asi, ella seguía insistiendo e incluso hablo con mi abuelo Lorenzo, ella queria a como diera lugar llegar a nosotros, a mi hermano, a mi madre y a mi abuelo, ella por alguna extraña razón nos quería cercas pero yo seguía sintiendo ese miedo, ella no me daba confianza.
-Hola hija- escuche su voz mientras mi madre compraba unos helados para nosotros, iriamos después al despacho de papá, queriamos pasar un rato con el y llevarle comida pues hoy tenia mucho trabajo y no pudo ir a comer con nosotros, pero no imaginé que nos la encontrariamos aquí
-¿Que estas haciendo aquí? - pregunto mi madre y ella sonrió
-Pensé que tu padre te diría que estaba aquí, o al menos tu hija lo mencionaria- quiso tocarme pero me escondí detrás de Esteban quien miraba a la mujer con curiosidad- ¿Quien es este hermoso niño? - pregunto hacia mi hermano quien la miro molesto
-Mas bien la pregunta real es ¿Quien es usted y que quiere de mi mamá? - pregunto cruzando sus brazos haciendo que la mujer abriera sus labios sorprendida
-¿Tienes gemelos? - pregunto y yo bufe
-Somos mellizos que es muy distinto, le recuerdo que mi abuelo le pidió que nos dejara tranquilos- mencione y ella sonrió con maldad
-Eres igual de malcriada que tu madre a esa edad- me miro con desagrado
-Yo no te pedi que vinieras a molestar a mi familia, quiero que te vayas y no vuelvas nunca, no eres nada para, ni para mi padre, mis hijos no te reconocen como su abuela porque no tienes ganado ese título, es mejor que nos dejes tranquilos- menciono mi madre colocandose frente a nosotros
-Siempre tan obstinada hija, por eso siempre nos llevamos mal, tu no eres igual a mi, tienes el mismo carácter que tu padre, pero me alegra saber que esa niña sera igual que yo, ella si sera mi orgullo, porque es mi misma imagen- se burlo mientras caminaba hacia la salida.
-Cielo- la voz de Daniel me saco de mis pensamientos y es que habia regresado a ese punto de mi vida del que no quería saber nada, odiaba a Carla, odiaba a Dinorah, las odiaba porque ellas se habían encargado de hacerles la vida imposible a mis abuelos y porque una vez más recordaba que yo era como ellas, porque no importaba que tanto quisiera convencerme de que no es verdad, no puedo hacerlo, soy como ellas.