La noche anterior… Llamada telefónica —Jesse, ¿qué diablos le pasa a Alexander? Me dejó aquí plantada y que por que se iba a reconciliar con alguien. Mira, yo soy una persona relajada, pero lo menos que acepto es que me traten como cualquier cosa o que me dejen tirada como un trapo! ¡Lo siento mucho, no voy a hacer nada con ese imbécil! —¡Hola, Vanesa ¿Cómo que te dejó plantada?! —¡Si, me dejó plantada el muy idiota y me trató como si no valiera nada. Me puse un hermoso vestido y reservé un hotel para nada. Lo siento, pero la colaboración ya no va! Jesse desde el otro lado muy preocupado le decía: —¡Vanesa, tranquila yo hablaré con él, pero si necesitamos de tu ayuda! —¡No me importa, muéranse los dos! —colgó la llamada. La mujer se levantó de la mesa muy eufórica porque Alexander

