CAPÍTULO 1 Extrañas sensaciones

2321 Words
—Jared, despierta o Camilo se enojará —le anunció Caín apresurado buscando su tenis que desde anoche no lo encontraba—. ¿Alguien sabe dónde quedó mi otro tenis? —David ¡¿dónde dejaste mi chamarra?! —¡Aarón te la deje en el sofá! —¿Dónde está mi cepillo de dientes? —gritó Ricardo corriendo de un lado a otro —. Aquí está. La noche anterior habían hecho una guerra de almohadas donde terminaron arrojando todo a su paso, el cuarto era un desastre y las cinco camas estaban sin sabanas y todas movidas de sus lugares originales. Incluso el colchón de la cama de Ricardo estaba en el piso. Todos apresurados buscaban sus cosas ya que iban tarde a una entrevista y Camilo ya los estaba esperando. —¡Jared, te esperamos abajo! —le gritó David arrojándole un cojín. Los chicos salieron de la habitación dejando a Jared solo. Jared tenía alrededor de 17 años, su tez era blanca, sus ojos oscuros, cabello ondulado y un poco largo, era alto y delgado y tenía unas largas pestañas. Era uno de los más jóvenes del grupo pues el más chico era David quien tenía 16. Jared se estiró en la cama y después se levantó con mucho esfuerzo porque sentía el cuerpo pesado, pero un fuerte dolor de cabeza le llegó a tal punto que tuvo que volver a acostarse. —¿Qué me pasa? —se preguntó a si mismo algo confundido. Hizo un último intento y luchando contra el dolor se levantó saliendo de las sabanas y fue al baño. Hizo sus necesidades y luego fue de nuevo a la habitación, pero se detuvo a medio camino observando su alrededor. Su vista se le nubló y la luz del pleno día de las doce le comenzó a calar en los ojos.  Se dio un baño rápido para sentirse mejor, después se viste y baja a la recepción para encontrarse con sus amigos que muy enojados lo habían estado esperando.  —Jared ¿por qué tardaste? —Lo siento, Camilo es que me dio un fuerte dolor de cabeza y me di un baño. —Bueno, te tomarás una pastilla y desayunaras en el camino porque ya no hay tiempo —le respondió Camilo. El mánager era de baja estatura, cuerpo redondo, cabello oscuro y de tez blanca. Tenía alrededor de 40 años, pero su edad no lo privaba de usar ropa a la moda. Jamás le habían dado dolores de cabeza por la mañana, siempre se consideró una persona sana por lo que se le hacía extraño el cómo se estaba sintiendo, pero decidió no tomarle importancia ya que al tomarse la pastilla se sentiría mejor. Así que dejando el dolor de lado puso su mejor sonrisa fingida ya que no dejaría que un simple dolor de cabeza le arruinara el día. Todos subieron a la camioneta y cada uno se sumergió en su celular, pero Jared no pudo hacerlo. Tenía una horrible sensación que no podía quitarse de encima. Se tomó la pastilla que Renato le había dicho que tomara para el dolor de cabeza y después se quedó mirando por la ventana, pero se aburre y decide revisar sus r************* un rato. Como le gustaba mucho publicar en sus redes sobre lo que siempre estaba haciendo o el cómo se sentía publicó un tweet de un emoji enfermo seguro de que le llegarían mensajes o comentarios en su publicación de las fans preocupadas. Apagó su celular y vio de nuevo por la ventana, bajó el vidrio y la luz cálida del sol le llegó al rostro. Disfrutó de la calidad y se relajó, pero luego la luz le comenzó a molestarlo así que subió el vidrio. En ese momento su celular sonó y Jared lo tomó viendo el mensaje que le pertenecía a un número desconocido.  —¿Qué rayos? —susurró Jared.  Desconocido: ¿Estas enfermo Jared? Esperaba mensajes de sus fans por sus r************* , pero no por su número privado es por eso por lo que se le hizo un poco raro, pero Jared decidió dejarlo pasar porque pensó que se trataba de una broma de alguien de sus amigos. Su celular volvió a sonar y está vez siente algo de miedo, aunque no sabía el por qué, pero aun así decidió abrir el mensaje de texto. Desconocido: No te atrevas a dejarme en visto imbécil. Ahora ya más interesado y convencido de que no era una broma de sus amigos porque ellos jamás le hablarían de ese modo, decidió responder con un poco de nerviosismo, pero llegaron al lugar de la entrevista y no pudo hacerlo. —Todos abajo ­—les ordenó Camilo. Todos bajaron de la camioneta y un montón de fans los esperaban con los brazos abiertos y los labios dulces. Los guardias abrieron paso entre todas y los chicos pasaron al edificio sanos y salvos, aunque, con uno que otro rasguño.  Al chico casi ya no le dolía la cabeza, pero siguió sintiéndose algo raro a lo que él sacudió la cabeza quitándose ideas negativas que pudieran arruinarle el día. Alcanzó a sus amigos que iban ya un poco más adelante y juntos fueron a la entrevista. —Jared ¿seguro estas bien? —le preguntó el mánager en cuanto lo vio llegar al grupo. —Sí, Camilo solo que me sigue doliendo un poco la cabeza. —Pon tu mejor sonrisa al rato se te pasará —y aunque Camilo no lo creyera Jared estaba esforzándose por mantener una sonrisa convincente.  ... La entrevista transcurrió como en la mayoría de ellas. Preguntas sobre sus carreras musicales, sus próximos proyectos, una que otra pregunta coqueta y atrevida por parte de las conductoras. Lo de siempre. Al terminar la entrevista los chicos se fueron a caminar por el edificio dando un paseo hasta que les ofrecieron de comer.  —¡Jared, vamos a comer! —le gritó Caín, era el más grande, pero el más juguetón. Le encantaba comer y a pesar de ello su cuerpo seguía manteniéndose en forma. Caín muy mocionado corrió a unos de los comedores. Todos entraron al restaurante y se sentaron en la mesa que había escogido Caín. Todos se divirtieron e incluso Jared que ya se sentía mucho mejor. Después de todo solo le hacía falta comer bien para recuperarse. —Debes comer más Jared, si no una de esas te desmayaras. —Gracias, Caín —le respondió con una pierna de pollo en su boca. Su celular timbró y Jared lo dejó pasar ya que pensó que solo eran las notificaciones, pero su celular volvió a sonar y esta vez lo atendió algo molesto. Mensaje nuevo. Desconocido: Disfrutas tu pollo ¿no es así? Tragó saliva con dificultad y miró a todos lados buscando algún sospechoso, pero todos los del lugar están muy normales comiendo. —Chicos no es gracioso ¿Quién está haciendo esto? —¿De qué hablas Jared? —preguntó Ricardo confundido al igual que todos. Ricardo era el más serio de todos, pero cuando estaba en confianza no le paraba la boca, era alto, moreno, ojos cafés, tenía el cabello c***o y un piercing en la nariz. —Ustedes saben de qué hablo, no se hagan ¿Quién me está enviando estos mensajes? —Jared nos estas asustando ¿Qué pasa? Caín quien antes no paraba de bromear al ver la cara de su amigo Jared se puso demasiado serio, cosa que jamás sucedía ya que él era el más bromista y risueño de todos. —Alguien me está enviando mensajes. —¿Y eso qué tiene de raro? —preguntó David burlándose un poco. Este chico era el más pequeño de todos, tenía apenas 16 años y lo curioso es que era el más maduro. No era tan alto, tenía ojos verdes, cabello n***o y era delgado. —No lo entienden, son mensajes de alguien que me está vigilando. —Estas de broma Jared —afirmó Aarón riendo, el último integrante de la banda que tenía entre 19 años era el más alto, de ojos pequeños y de cabello claro rizado. Aarón siguió riéndose hasta que vio a Jared quien tenía una cara de enojo y dejo de hacerlo. —Miren —Jared buscó en su celular los mensajes y sus amigos se acercaron para ver. Les enseñó los mensajes que había estado recibiendo de un número desconocido y lo chicos se miraron entre sí. —¿Sera alguna fan? —No lo creo Caín ellas no harían eso —le respondió Ricardo ahora algo preocupado. —Es mejor decirle a Camilo —propuso David. —Claro que no —se negó Jared—. No lo quiero preocupar, además puede tratarse de una simple broma. —Bloquea el número —le sugirió Aarón sin preocuparse mucho, después de todo solo tenía que bloquearlo.  —Si, tienes razón... Todos volvieron a sus platillos de comida devorándolos mientras lanzaban una que otra broma. Jared trató de acoplarse y relajarse un poco, pero a cada minuto se sentía más extraño.  —¡Chicos, la entrevista fue un gran éxito! —exclamó Camilo llegando a la mesa, pero notó cierta tensión en el ambiente—, ¿pasa algo? —No —se apresuró a responder Jared—. Me alegro de la entrevista. —Sí —afirmó Ricardo con una risa pervertida—. Y la conductora no le quitaba la mirada a Jared. —¡Y hubieran visto a la güera! —Caín rio a no más poder—. No le quitaba la mirada al trasero de Aarón. Todos estallaron en carcajadas incluido Jared a quien se le olvidó de todo un momento. Aarón se puso rojo como un tomate y se volteó a otro lado para ocultar su vergüenza. —Bien, todos al hotel tienen la tarde libre. Los chicos gritaron de emoción y después volvieron a pasar por entre las chicas con ayuda de los gorilas como los llamaba Caín a los de seguridad por su tamaño y músculos. Los chicos y Camilo subieron a la camioneta y se fueron de vuelta al hotel. —Hoy será tarde de bronceado —comentó Ricardo acomodándose cerca de la ventana. —A este paso vas a quedar como duvalin —le contestó Camilo en el asiento del copiloto. —¿Yo? —se rio Ricardo mirando a David—, más bien acá mis ojos que se quedó dormido boca abajo mientras tomaba el sol... — Y las nalgas le quedaron güeras y lo demás bien rosita —terminó de decir Caín.  Todos rieron por el comentario de Ricardo y Caín sobre aquella vez que David se había quedado dormido tomando el sol en la piscina boca abajo quemándose toda la espalda y piernas, pero con el trasero intacto. Jared miró por la ventana con los audífonos puestos. Se relajó con la música y una gran paz invadió su alrededor hasta que lo interrumpieron. —Jared ¿por qué no le dijiste a Camilo de los mensajes? —le preguntó David quien estaba sentado a su lado. —Ya te dije David —le contestó con fastidio—, no quiero preocuparle. —Podría ser algo grave. —Lo dudo, mejor que te parece si posamos para Snapchat. —Ya está ¡una fotito! Comenzaron a tomarse fotos y videos con los filtros porque ese era uno de sus pasatiempos favoritos cuando viajaban en carro ya que se desaburrían y, además, se distraían para así no pensar en los conciertos, eventos, entrevistas y las otras miles de cosas que tenían que hacer y Camilo les decía que no debían de pensar mucho en eso que era mejor que solo se divirtieran para que no se estresaran. —Bien, bajen rápido porque lavaran la camioneta —les ordenó Camilo y todos bajaron corriendo para ver quién era más rápido y llegaba a la habitación primero.  Ricardo, Caín y Aarón tomaron el ascensor y Jared con su gran amigo David fueron por las escaleras lo más rápido que sus piernas se los permitió. —¡Corre, debemos de llegar primero! —¡Espera, David! Jared trató de alcanzarlo, pero se agitó mucho y se detuvo para recuperar aire, pero sintió como los pulmones se le quemaron por dentro y lanzó un quejido de dolor. Caminó respirando con dificultad y se detuvo en una puerta que le llamó la atención como si algo lo atrajera a ella. La abrió con cautela y olvidándose de su respiración miró hacia adentro y las luces se encendieron haciendo que Jared diera un fuerte gritó y que retrocediera al mirar la pared. —¿Qué…? En la pared dentro de ese cuarto de limpieza había un letrero con sangre que decía "Pronto vas a sufrir" Con el corazón palpitándole rápido y con los ojos muy abiertos cerró la puerta de una patada retrocediendo hasta toparse con alguien. —¡Jared! ¿Qué te pasa? —le preguntó David—. Miré hacia atrás y ya no te vi. —Es que...—Jared no podía ni pronunciar palabra alguna. —Los demás ya debieron de haber llegado, nos ganaron —dijo David disgustado porque Jared y él nunca perdían una carrera. —Den... Den... Dentro —tartamudeó apuntando a la puerta de madera. —¿Qué hay dentro? —Jared no respondió y David avanzó hacia la puerta y la abrió. —Dentro —susurró Jared temblando. David encendió la luz y el cuarto se iluminó por completo sin dejar ni una esquina en oscuridad. —Jared —le habló el menor algo preocupado—, aquí no hay nada. Y en efecto, no había nada el letrero con sangre no estaba, había desaparecido sin dejar rastro como si nunca hubiera estado ahí. —¿Qué me está pasando? —susurró Jared con mucho miedo.   
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