Sangre en mi rostro

1906 Words
La mañana llegó, mi padrino me preparó el desayuno, lo escuchaba decir que era hora de ponerme de pie. Había dejado otro vestido para mi, este era de flores rojas, muy pequeñas que me hacía ver como una muñeca. -Buen día.- mencioné llegando a la cocina, mi padrino sonrió, me dio un beso en la frente y me trajo el desayuno, unos huevos que se veían deliciosos.- -Hija aliméntate bien.- mencionó Nos sentamos a desayunar, creo que aunque las cosas estaban de cabeza, mi padrino me daba algo de tranquilidad. -¿Qué vas hace hoy Tessa?- -Bueno lo primero es ir al hospital, pediré una cita con ginecología, quiero saber si el bebé está bien.- -Me parece lo más sensato, desayuna que yo te llevo.- -Gracias padrino.- mencioné tomando su mano, el solo sonrío.- Una vez listos salimos en rumbo del hospital, al menos el seguro médico estaba pago, mi madre usó el dinero que le di correctamente, pedí una consulta y fue aprobada. Los dos esperábamos en una sala, yo observaba el blanco del lugar, algunas imágenes de maternidad, todos con madres y bebés sonriendo, solo deseaba que así me viera en el futuro -¡Tessa Sáenz!.- escuché decir.- -Si, soy yo.- mencioné poniéndome de pie, mi padrino mencionó que no se movería, esperaría que volviera.- En el consultorio la doctora Rodríguez inició con las preguntas rutinarias, entre esas por el padre del bebé, no quería responderle que fue un abusador y que está en el infierno, solo le mencioné que estaba lejos de la ciudad. Muy pero muy lejos… -Bueno Tessa iniciaremos todo el plan de controles, nos veremos una vez al mes, te entregaré una lista de medicamentos que empezarás a tomar, son para que el bebé se forme muy bien.- -Está bien, lo que usted me diga.- -Vamos hacerte una ecografía, supongo que deseas escuchar a tu bebé.- Mis lágrimas salían y no siquiera estaba en la camilla. La doctora solo sonría ayudándome a poner la bata, ella sabía que yo era un ocho. Una vez lista comenzó a proyectar las imágenes, un pequeño punto se movía de un lado a otro, depronto un sonido encantador se activó, ese era su corazón. -Todo está bien Tessa, el embarazo inició como debía ser.- mencionó sonriendo, yo estaba llorando, en verdad tenía una vida creciendo en mi.- Salí del consultorio haciéndome una promesa, jamás dudaría de tenerlo, ese era mi bebé, parte de mi alma y corazón, lo amaría sin importar quien fue su padre. Mi padrino estaba esperándome, no tenía buena cara, parecía preocupado. -Padrino.- susurré sentándome a su lado.- -Tessa hija ¿Cómo te fue?- -Excelente, tengo un bebé sano.- mencioné entregándole la ecografía, obviamente eso no se entendía bien, pero le aseguré que todo marchaba perfecto.- -Que buena noticia, ya verás que este bebé te iluminará la vida.- -Lo sé, pero dime que te pasa ¿por qué esa cara?- -Es mi hija, acaba de entrar a labor de parto.- -¡Que! Debe irse ahora mismo.- -No quiero dejarte sola Tessa.- -No te preocupes por mi, yo estaré bien, eso sí te digo seguiré viviendo en el taller.- -Tessa…- -Vete, yo atenderé el negocio mientras vuelves.- -¿Estás segura?- preguntó sintiéndose algo aliviado.- -Completamente.- mencioné Volvimos a casa, yo abrí el taller mientras que mi padrino alistaba sus cosas, creo que todo estaba marchando bien, los clientes llegaban, el dinero también así que me sentía muy feliz. Mi padrino tomó su maleta, me dio un beso y abrazo fuerte y mencionó que volvería en unos días, yo le juré que estaría bien. Igual no estaría sola, en el taller éramos tres personas, estaba Juan y Luis que me ayudaban con el trabajo pesado, unos buenos chicos. Pasaron al rededor de una semana y mi padrino no volvía, mencionó que al ver que todo estaba bien por aquí. Pero el día se empañó cuando vino Carlos a verme, el inútil padrastro, pedía dinero para la comida de mis hermanos, alegó que mi madre aún no le llegaba la paga de fin de mes, se muy bien que son trucos baratos. Así que me negué, creo que fue la primera y espero que la única vez que ese hombre me puso la mano encima. Me tomó del cabello y me estrelló contra la pared, exigía dinero de inmediato, él aseguraba que yo lo tenía, Juan vino con una llave expansiva y lo golpeó por la espalda, no le quedó más remedio a Carlos que soltarme. -Desagradecida, tanto que hice por ti y así me pagas, tus hermanos necesitan comida.- decía el hombre o eso creo pues mi cerebro aún no procesaba lo que estaba pasando, el golpe me nubló hasta la visión.- -¡Tessa estás sangrando!.- mencionó Luis entregándome un paño para cubrir mi cabeza, el imbecil me rompió un poco.- -¡Lárgate de aquí o llamaré a la policía!- grité mostrándole mi herida, mi rostro estaba rojo, un tono más fuerte que el de mi cabello.- Carlos salió corriendo, supongo que al verme herida reaccionó, se había metido en problemas esta vez. Pero mi día iba a empeorar, mi madre también llegó, creo que no quería verla. -Aquí es donde te escondes siempre.- la escuché decir, yo estaba de espalda tratando de limpiar mi sangre.- -Madre es mejor que te marches.-mencione -No me iré, debemos hablar sobre la propuesta de…- -¿De qué madre?- mencioné dándome la vuelta para que viera mi herida, ella quedó impresionada.- -¡Tessa! ¿Que te pasó?- -Te lo diré para que me dejes en paz, el desgraciado de tu esposo vino a pedirme dinero para su licor, me negué y me golpeó. ¿Contenta?- -No, eso no es cierto, tú estás mintiendo.- -Sabía que no me creerías, pero es la verdad, afuera está el panadero, vino arreglar su auto, te dirá lo que hizo Carlos, es más, si vas por la avenida lo encontrarás, el imbecil va corriendo.- -Tessa deja de mentir, Carlos jamás te lastimaría.- -Lárgate madre, siempre has sido una ciega cuando se trata de mí.- mencioné e ingresé a la casa, Juan y Luis se encargarían de los clientes, yo deseaba tomar un baño, odiaba el olor a sangre en mi rostro. Mi madre se fue, ella no me reclamó nada más, supongo que al descubrir que habían testigos dudo de la conducta según ella intachable de su esposo. Yo pasé a limpiarme la herida y ponerme puntos quirúrgicos, estaba segura que no debía ir al hospital, fue algo superficial. Me quedé lo que restaba de día en la casa, sé que los muchachos cerraron el taller, me trajeron algunos medicamentos recetados en la farmacia para el dolor, me aseguraron que no afectarían al bebé, el cual ese par ya sabía. Mi padrino les contó antes de irse, les ordenó que me cuidaran y no me dejaran trabajar tanto. Tarde en la noche me di una buena ducha, me puse mi pijama, me preparé un té y me senté cerca a la ventana. Desde aquí veía los autos pasar, había una ligera lluvia que le daba un toque de melancolía a la noche, mientras soplaba tratando de enfriar mi bebida un auto n***o llegó. Era tarde para que un cliente llegara, también se ve que es un auto de lujo, esos no son traídos a este taller. Vi como un hombre se bajó, tomo lo que creo que es un bastón para ayudarse a caminar, levantó su mirada para encontrarse con la mía. Ni siquiera la lluvia le estorbaba, llegó a la puerta y tocó. Yo me debatía si bajar o no, ya no confiaba en los hombres. 10 minutos de golpes, al parecer no se iría. Así que me decidí a bajar, abrí la puerta con un martillo en mi mano, esta vez me defendería como fuera. -No hay servicio señor, vuelva mañana.- mencioné abriendo ligeramente, el hombre puso su mano en la puerta y la empujó con suavidad.- -Tessa Sáenz necesitamos hablar.- mencionó abriéndola de lado a lado.- -Quien es usted.- El hombre pasó su mano por el cabello llevándolo hacia atrás, era algo largo para un hombre, solo veía la cantidad de tatuajes que se veían en sus manos bajo un traje n***o muy elegante. Al levantar el rostro lo vi… el era..- -Soy Dante Frenatti.- mencionó con su mirada seria sin expresión alguna. - Dante… susurré, el hermano de mi verdugo estaba aquí.- -Quiero hablar contigo, te juro que no te haré daño, sé que mi hermano ya lo hizo, solo serán cinco minutos, lo prometo.- -No tengo nada de que hablar, ya su abogado me visitó y le di mi respuesta.- -Yo creo que si debemos hablar, sobretodo por qué estuviste implicada en el asesinato de mi hermano. ¿Hablaras conmigo o te llevo a prisión por cómplice de homicidio?- -¡¿Que?! No… yo no.- -Hace frío Tessa, quiero entrar.- mencionó poniendo un pie adentro, solo vi como su espalda se alejaba. Él caminaba sin preocupación por la casa de mi padrino, vio la tetera con agua caliente y se preparó un té, después de un suspiro de satisfacción por la bebida se sentó en la sala.- Señaló el asiento de al frente, él indicaba que me sentara. -¿Qué quieres Dante? Por favor sea claro y rápido.- mencioné sentándome.- -Está bien, quiero que nos casemos y que mi sobrino sea mi hijo legalmente.- -No hablas enserio.- -Completamente.- -¿Esperas que acepte?- -Lo harás, si no aceptas te llevo a prisión, juro que haré que te den de 30 a 40 de encierro, al final yo me quedo con el bebe.- -Si es tan fácil que eso pase ¿por qué no lo haces? Sería mejor para ti deshacerte de mí.- -Es correcto pero no deseo que mi sobrino nazca en prisión.- -Una vez nazca puedes denunciarme y te lo quedas.- -Entiendo tu temor pero no será así, firmaremos un acuerdo legal donde dirá que jamás podré quedarme con la custodia del bebé, también habrá otras cláusulas.- -¿Cuáles?- -La revisaremos en el registro público, ya pasaron los cinco minutos que te pedí.-mencionó poniéndose de pie, veía que le dificultaba un poco pero aún así lo hacía con elegancia.- -No voy aceptar.- mencioné -Lo harás, de no ser así te envío a prisión y acabó con la economía de tu familia. Tus pequeños hermanos no tendrán más tratamientos médicos, tú madre perderá el trabajo y pediré que los procesen por impuestos vencidos.- mencionó mientras seguía caminando, ni siquiera me dio la cara cuando amenazaba.- -Dante… ¿qué ganas con esto?- pregunté, Sosteniéndolo del brazo, él se giró y me miró a los ojos.- -Más de lo que te puedes imaginar, te espero mañana en el registro 8:00am, nos casaremos.- mencionó observando la herida en mi cabeza, pasó ligeramente su pulgar, al ver mi rostro de dolor por su contacto el frunció el ceño.- Me retiré de su lado, abrí la puerta para que saliera, solo escuché como rugió el motor de su Bugatti Chiron Pur, estoy segura que su valor es superior a los 3.5 millones de dólares.- ¿Será posible que me envíe a prisión? Él tiene razón en decir que parezco cómplice, estuve en el asesinato y huí mientras Ivan agonizaba. Por otro lado si acepto su propuesta, me intriga saber cuáles son las cláusulas que menciona. “No sé qué hacer…”
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