Matrimonio

1911 Words
Pasé la noche sentada en la cama, no pude dormir, pensaba una y otra vez en Dante, ese hombre no se había dejado ver desde su accidente, la prensa mencionó que pasó días en coma, después perdió la movilidad de sus piernas y se escondió por completo. Según veo ya recuperó la movilidad, lo hace con bastón, aunque también vi como conduce, que bien por el. La mañana llegó, me di una ducha y preparé mi desayuno, después tome un vestido n***o con pequeñas cerezas dibujadas, no era propiamente uno de novia, digno de una boda pero era lo único que me quedaba a la medida. Pronto recibiría mi paga y podría dejar de usar la ropa de la hija de mi padrino. Jamás me he maquillado y no sé cómo hacerlo, solo peino muy bien mi cabello, aplico algo de rímel en mis pestañas y un brillo en mis labios. Me veo al espejo y creo que estoy bien, el vestido es corto pero algo suelto así que me da libertad de movimiento. Al menos tengo mis propios artículos de aseo, siempre me ducho después de trabajar así que puedo usar mis propias esencias. -Buen día chicos.- mencionó saludando a Luis y Juan, ellos ya habían llegado a cumplir con sus labores.- -Tessa qué bonita estás.- mencionó Luis entregándome un café, me trajeron uno de camino.- -Debo salir un momento, espero no demorar, por favor cuiden del taller.- -Claro.- escuché decir.- Fui a la avenida y tomé el autobús, él me llevaría al centro, me dejaría cerca del registro, mientras veía las calles saboreaba el café, sé que trataba de calmar mis nervios pero era imposible, llegué a pensar que solo era una broma, una de mal gusto. Me bajé del autobús, tiré el vaso de mi café, arreglé un poco mi vestido y cabello, un suspiro muy grande y comencé a caminar hacia el registro. Hoy estaba movido el lugar, tantas personas entraban y salían, algunos con cara de felicidad otros no tanto, aquí pasaba de todo. Desde uniones matrimoniales hasta sus divorcios. Llegué a la recepción, preguntaría por el área de matrimonios pero alguien me llamó. -¿Tessa Sáenz?.- me di la vuelta para descubrir quién me llamaba. Aquí estaba el abogado que pretendía comprar a mi bebé.- -Abogado.- mencioné llegando a su lado.- -Señorita Sáenz, mi nombre es Roberto García y soy el abogado del señor Frenatti, agradezco que me acompañe, ya la están esperando.- mencionó y comenzó a caminar, yo lo seguí, según veo era una sala privada.- Al abrirla me encontré con Dante, estaba sentado hablando por su celular, se dio vuelta y me observó por completo. Sus ojos me recorrieron hasta el alma en solo un pestañeo. Justo en ese momento me sentí incómoda, él vestía de traje costoso y yo solo un vestido de cerezas. -Después te hablo.- mencionó Dante colgando la llamada, tomó su bastón y se puso de pie, solo vi como se acercó a mi.- -Aquí estoy.- fue lo único que dije, el abogado pasó al escritorio y se sentó, Dante seguía de pie observándome.- -Ya veo que si cumpliste, pasa.- -Contra mi voluntad, ahora me dirán cuál es contrato, ¿que es lo que en verdad debo hacer?-mencione cruzándome de brazos.- -Toma asiento, creo que debemos hablar.- mencionó Dante.- Me senté y él a mi lado, el abogado parecía entender que sería una conversación privada así que se levantó y abandonó la sala, mencionó que en un momento regresaba con el ministro que redactaría el documento de matrimonio. -Por favor sea claro, pero más que eso quiero que me digas la verdad.- -Está bien, te lo resumo así, necesito que seas mi esposa, una legal aunque mi familia no lo sabrá, ahora bien el bebé lo reclamaré como mío, yo seré su padre.- -Aún quiero la verdad, sigo sin entender el por qué un matrimonio a escondidas.- -Debo desposar a una mujer que no se deseo, es por eso que te propongo un matrimonio.- -Entiendo, yo soy una salida, pero dime qué implica ser tu esposa, por qué aunque digas que será algo oculto, tarde o temprano lo sabrán todos.- -El acuerdo matrimonial será legal así que tendrás todos los beneficios de ser una Frenatti.- mencionó Yo lo observaba, se veía tranquilo, como si no dimensionara la gravedad de la situación, seríamos esposos. -¿Por qué yo?- -Llevas el hijo de mi hermano en el vientre, quiero protegerlo.- -Sobre mi bebé ¿me asegura que no me lo quitarás?- -Lo juro, en el contrato está detallado que jamás podré quedarme con la custodia del bebé.- -¿Si muero?- -Ni siquiera así podría quitártelo.- -Bien.- -Tessa tengo algunas condiciones y espero que las aceptes, puedes modificarlas si lo deseas pero es necesario que se cumplan.- -¿Qué puede ser peor que casarme con un desconocido?- -Hoy saldremos de aquí siendo marido y mujer, los dos viviremos bajo el mismo techo.- -¿Por qué? No se supone que será un secreto nuestro matrimonio.- -Lo es, te llevaré a la casa como una amante.- -¿Qué?- Cada que me respondía me asustaba más.- -Mi familia es complicada y tiene algunas estúpidas tradiciones, entre esas es que si aún no estoy casado puedo tener mujeres, una vez diga si acepto se cancela ese placer.- -¿Vives con toda tu familia?- -Es correcto, están mis padres, mi hermana y mi prometida.- -Estás loco, ¿pretendes que me meta en la boca del lobo?.- -Se que suena algo extraño pero estarás bien, en el momento indicado revelaré que ya somos esposos y mi supuesta boda con mi prometida se cancelará.- -¿Por qué no quieres casarte con ella?- -Es una larga historia que luego te contaré, por ahora solo pido que nos casemos y mantengamos el secreto.- -Bien, entonces seré la amante ¿qué más?- -Como amante debes cumplir con algunas condiciones.- -Supongo que ser amorosa.- -Algo así.- -¿Qué debo hacer en específico?- pregunté intrigada.- -Tendremos sexo.- -¿Por qué lo haríamos si es una farsa?, no creo que salgas ahora que te gusto.-Dante sonrió de medio lado, al menos había expresiones.- -Hay una regla en mi familia, cuando una amante ingresa debe tener una manifestación de entrega pública.- -No estoy entendiendo.- -Básicamente Tessa debemos tener intimidad ante la vista de mi familia.- -¡Eso jamás!- mencioné poniéndome de pie. Estaba loco, en verdad lo estaba.- Quería irme, quizás si me abandonaba el país este demente no me encontraría, pero no lo permitiría, me tomó del brazo haciendo que me sentara de nuevo. -Se que suena algo extraño pero tu cuerpo no será expuesto, te aseguro que será cómodo para ti, al hacerlo la familia aceptará tu ingreso, también es la manera que tenemos para supuestamente embarazarte.- -Sabes que todo lo que dices suena mal, están dementes.- -Haremos la ceremonia, tiempo después anunciaremos tu embarazo.- -Hay un mes de diferencia no lo crees.- -El médico dirá lo que yo le diga. Así que lo vamos a concebir el día de la ceremonia.- -Dime algo ¿qué pasa con la amante después?- -¿Dices después de casarme legalmente?.- -Así es, sobre todo con una en embarazo.- -La verdad es que ella es compensada económica y debe marcharse sin el bebé, él será criado en casa.- -Entonces te lo quedas junto con tu esposa, creo que diré que no.- -Es por eso que tú y yo nos casaremos, serás siempre la única esposa y madre de mi hijo, sin que ellos lo sepan.- -Es una locura, sé que voy a ser lastimada.- -No lo permitiré, aunque todo esto suene extraño hay cosas peores.- -¿Cómo que?- -La finalidad de tener mujeres antes de la boda oficial es para que se embaracen y tengan a nuestros hijos.- -¿La esposa oficial no concibe?- -No, ella se somete a un proceso para no tener hijos, crían a los de las amantes.- -¿Eres hijo de una amante?- -Es correcto.- -Que enferma está tu familia.- -Tessa te propongo casarnos para protegerte siempre, tendremos el bebé y estaremos bien.- -Dante ¿por qué vas en contra de las tradiciones?- El suspiro, tomó un mechón de mi cabello, detalló cada una de mis líneas de expresión de mi rostro, parecía que se le dificultaba lo que diría. -Quiero destruir a mi familia, comenzaré acabando con las tradiciones, es por eso que necesito que me ayudes.- -Todo esto me aterra, siento que te aprovechas de mí.- -Te aseguro un techo, comida y dinero Tessa, el suficiente para que a tu hijo no le falte nada, solo acepta el acuerdo.- -¿Por cuánto tiempo sería el acuerdo?- -Dos años.- -¿Tanto?- -Es el tiempo que requiero para llevar a cabo mis planes.- -Una última cosa, ¿cuál es tu edad? Si te das cuenta yo soy mucho menor que tú.- -Tengo 32 años Tessa, 10 más que tú.- -Que gran diferencia.- -No me molesta en absoluto.- respondió -Eso veo, ¿dime qué pasará con el homicidio de tu hermano?.- -Aquí tengo el único video de ese día, haz lo que quieras con el.- mencionó entregándome una pequeña memoria usb, yo la tiré al suelo y la pise, quedó hecha añicos.- El abogado volvió con el ministro, me entregaron el contrato entre Dante y yo, lo leí muy bien, sé que algo extraño encontraría más adelante. Lo firmé y después el acta de matrimonio. Dante también lo hizo, oficialmente estábamos casados, había aceptado un contrato con el diablo y su familia. Nos dieron una copia a cada uno, yo me levanté para marcharme, creo que ya no había nada más que hacer. -Tessa una cosa más.- mencionó Dante caminando a mi lado, yo estaba atenta a escucharlo, ese hombre medía casi dos metros, me sentía pequeña a su lado.- -Para mi familia aún no camino.- -¿Cómo es eso?- -En casa uso silla de ruedas así que debes ayudarme.- -Entiendo, no quiero ni saber en qué más les miente.- -Lo sabrás todo.- respondió rozando ligeramente mi herida, eso me hizo sentir algo extraña.- -Debo irme, tengo cosas que hacer.- mencioné saliendo de su agarre, creo que quería correr, una sensación de miedo e incertidumbre me consumía por completa.- Tome el auto bus y volví al taller, en mis manos seguía el acuerdo matrimonial, me había casado con un desconocido, lo más extraño era que ese hombre era el hermano de mi abusador, no sé si hay un plan detrás, uno macabro donde la única herida sería yo. Pero algo más estaba por pasar, mi madre gritaba como loca en el taller, según veo piensa que me estoy escondiendo. -¿Qué pasa?- mencioné llegando.- -¡Tessa! ¿Dónde carajos estabas?- mencionó angustiada.- -Tenía que hacer unas diligencias ¿a qué viniste?.- -Es Carlos, sufrió un accidente y se encuentra en el hospital gravemente herido.- -Bueno ¿qué tengo yo que ver?- -Necesito que le digas a tu padrino que nos haga un préstamo, debo pagar los gastos médicos.- -Pero qué cinismo el tuyo, por mi que se muera ese hombre.- mencioné entrando, el celular de mi madre comenzó a sonar, tan pronto contesto mi deseo de cumplió.- -¡No! Carlos no puede estar muerto, están mintiendo.- gritó mi madre, solo vi como salió a correr, su esposo había fallecido.- “Ojalá que esté en el infierno con Iván” fue lo único que pensé…
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