Capítulo 3 Kendra —Kendra, ¿estás preparada para volverte a concentrar para visualizar tus recuerdos? Me preguntó amablemente la psicóloga a la que me había enviado el neurólogo, después de dos días de cuidados para aplacar los ataques de pánico y las crisis nerviosas que padecía desde que supe que había perdido la memoria. Por desgracia, a pesar de la psicóloga, mi estado no mejoraba nada. Cada vez que cerraba los ojos revivía la misma escena: yo cayendo por las escaleras mientras intentaba coger la mano de Alekséi. La doctora me explicó que no se trataba de una alucinación, sino de una reminiscencia de lo que me había pasado, las circunstancias que me habían llevado al hospital, gravemente herida, con una fractura en la caja craneal, un tobillo dislocado, una fisura en el menisco, u

