Ya ha pasado una semana y todo ha ido ¨como de costumbre¨, se supone que en la semana mi trabajo consistiría en llevarle café de Starbucks a mi jefe y por suerte, no ha aparecido en el despacho.
¡Oh! Y ayer compramos un ventilador nuevo, Marilyn había dañado el anterior y no quería pasar por arduas noches de calor, enciendo la TV de la esquina mientras simultáneamente abro una bolsita de maní que compró Randall para merendar.
Ruedo los ojos con fastidio, otra vez hablando de las noticias del momento en la farándula:
“Noticia de último minuto, el multimillonario y joven empresario Terrence Clark ha sido visto esta mañana en la playa de Los Cabos junto a la famosa modelo de alta costura y conocida por su participación en Victoria's Secret fashion show, la hermosísima Bella Hadid. La pareja han pasado una semana romántica rn una de sus propiedades del magnate valorada en más de medio billón de dólares.
´Sale en pantalla una foto de Terrence junto a Bella en un lujoso Yate que se encuentra varado en una 'casa' que fácilmente podría ser un centro comercial'
A continuación aparece una foto de la también modelo Gigi Hadid, dando la exclusiva.
-Muchas Gracias, Hillary y Mark por tenerme en su programa, y mil disculpas por no poder asistir, andamos muy ocupados en nuestras vacaciones. Solo quiero aclarar que mi hermana es joven y está viviendo la vida como cualquiera. Así que no hagan tanto escándalo, ella tiene su corazón ocupado.
Fin del titular.
-En otras noticias el deterioro ambiental cada vez es más atroz, los incendios forestales han acabado no solo con la vida animal, poco a poco empiezan a cobrar vidas humanas, los países de las Naciones unidas llegaron a un acuerdo en poner en práctica el experimento del reconocido empresario Elon Musk un momento... me están informando que tenemos una exclusiva de audio con el mismísimo Elon Musk; vamos contigo Hillary desde estudios.”
Apago el televisor aburrida, toda la semana hablando del perro de Miley Cyrus, de las vacaciones de Chayanne, ¿es que en serio las personas tienen que saber todos los movimientos de las personas con dinero? No me dejan descansar ni un minuto de mi jefe, ni siquiera cuando no está.
Randall entra a la oficina moviéndose en su silla de su lado al mío en cuestión de segundos.
-¿Tú qué opinas acerca de esto?- yo lo veo con interés; me hace una seña con la cabeza señalando la TV.
-pues me parece que es maravilloso que haya aparecido el gatito de Stella Maxwell, ah y van a reparar la capa de ozono, seguro es Elon Musk, déjame y lo pongo a ver qué más dice.-digo con tono fastidiado porque sé que no habla de eso, me como otro maní, mmm… están muy buenos.
-Sabes muy bien que no hablo de eso Dominic, no ignores el tema. Nuestro jefecito está de vacaciones y, aun así, no has contado absolutamente nada acerca de la nota de tu misterioso admirador secreto.
Lo miro arqueando una ceja.
-Solo es un socio que seguro dejó la tarjeta en caso de que algo sucediera en la ausencia de Terrence.
-Claro… y por eso hoy te envió este ramo de rosas ¿No?
Es para la oficina, en general-digo con recelo para evaluar su respuesta.
-¿Ah sí? Pues ¡veamos!-dice y antes de que pueda evitarlo, Randall toma entre sus manos la nota y procede a leer en voz alta y con voz burlona.
-¨Para la flor más hermosa de Industrias TecnoNet,
Espero poder conocerte más a profundidad.
Mikale Strovanov¨
-DIOS MÍO, DOMINIC ¿Acaso no ves que quiere darte profundo a ti?
Su cara parece haber palidecido unos cuantos tonos después de lanzar ese comentario inoportuno, incluso más que lo normal al ser una persona tan blanca.
-¿Qué ocurre?-digo tajante.
-Yo… he bueno…
-Ya veo lo que hacen mis empleados en mi ausencia.-dice una voz a mis espaldas y justo en ese momento, deseo morir y que me chupe la tierra.
Terrence está de pie en la entrada del ascensor, tiene una postura rígida que da miedo. Sus ojos se encuentran deformados por su ceño fuertemente fruncido y su respiración pesada se logra escuchar desde mi escritorio.
¨Apiádate de mí, señor. Sé que siempre me quejo de mi trabajo, pero no dejes que nos despida por favor¨, ruego para mis adentros.
Camina a paso tranquilo a su oficina, todo su cuerpo parece ir en dirección contraria a lo que muestra su rostro.
Sin embargo, en ningún momento nos mira, mantiene su mirada fija en el ramo de rosas que reposa sobre mi escritorio. Antes de cerrar la puerta de su despacho dice con la voz más fría que jamás había escuchado.
-Johansson, a mi oficina. Ahora.
Cierra la puerta de un portazo que juré que iba a caerse de su marco.
Un momento… ¡Randall!
Randall me mira con temor y antes de que pudiera decir algo lo regaño.
-¡No Randal!-digo muy tarde quitándole la bolsa que antes contenía maní.-¿por qué tienes que ser tan inoportuno a veces?
Lanzo una rápida mirada al reloj de la pared, abro los ojos y para mi sorpresa, estamos muy tarde. ¿Terrence viene llegando y echando humo justo cuando estamos por salir? No me sorprende lo absoluto.
Apago todo y dejo mis cosas recogidas para entrar a la boca del lobo; con pesar camino hacia el despacho de Terrence y lo veo recostado de la pared con mirada fija en los edificios y los brazos cruzados.
-Yo… Quiero disculparme primero por…-digo y me interrumpe.
-¿Cuánto tiempo tienen acostándose?-dice fríamente sin verme a los ojos.
Asombrada, el corazón palpita a mil por hora que siento que se me va a salir del pecho. Estoy entre sorprendida e indignada, de igual forma merece que quede todo aclarado. Es su empresa y tiene derecho a molestarse si cree que uno de sus empleados se está acostando con la junta directiva.
-Yo con el señor Mikale no tengo ningún tipo de relación, además de la estricta cordialidad laboral.
Una risa seca escapa de sus labios y esta vez voltea a verme, tiene la mirada llameante que perfora cada parte de mi cuerpo. En estos momentos maldigo no haberme puesto el blazer y estar vistiendo únicamente mi falda negra con una blusa de tirantes que deja a la vista la piel de mis hombros y busto.
Un escalofrío me recorre cuando se pasa la lengua por los labios y no puedo evitar soltar un pequeño jadeo de sorpresa.
Su mirada la clava en la mía antes de hablar.
-¨Estricta cordialidad laboral¨-repasa cada palabra lentamente, como si estuviese tratando de darle sentido, sin embargo, una risa que no le llega a los ojos me recibe sorprendentemente.
-¿te parece una estricta cordialidad laboral que recibas rosas de un cliente que quiere conocerte a profundidad?-dice esa última palabra con un tono oscuro y salvaje y no puedo evitar sentir un odio intenso hacia Randall y su doble sentido mal intencionado al leer la nota.
-Yo…-me callo ante su mirada amenazante, en su frente sobresale una vena gruesa y en este momento la voz me tiembla al punto que tengo que coger aire nuevamente para poder hablar.-le juro que no es lo que parece.-logro soltar en un hilito de voz.
-Ya veo.
Dice sin más, la habitación se sumerge en un tenso silencio, si tuviese papel en las manos, estoy segura de que sería capaz de cortar la tensión del momento.
-¿Entonces que un cliente te quiera coger en todas las posiciones del kamasutra no es nada?-pregunta con ironía, abro los ojos impactada y mi cara se calienta en tonos carmesí.
¿En verdad Terrence Clark, mi jefe… acaba de preguntarme eso? Ahora más que avergonzada, me siento indignada.
No voy a dejar que me humille así, si él piensa que puede faltarme el respeto y ser grosero conmigo no lo voy a tolerar.
-¿Sabe algo señor Clark? Si tiene algo en contra de mi ropa, mi clase social o mi manera de vestir, yo puedo tolerar sus comentarios despectivos porque necesito el dinero. Pero el hecho de que sea mi jefe no le da el derecho de humillarme y…
Choca sus labios ferozmente contra los míos y de mis labios escapa un jadeo. Sus brazos me acorralan en un ardiente beso que correspondo con la misma fiereza. Toda la rabia que mantenía en mi interior está siendo canalizada en este erótico roce.
Aprieta mi pierna izquierda con fiereza y la enreda en su cadera, un gemido sale de mis labios ante el inesperado impacto con su erección. En este punto mi falda se encuentra toda arrugada en mi cadera, dándole la bienvenida a sus manos que nalguean duramente mi culo.
Gimo y muerdo fuertemente su labio, el impacto me ha dejado la piel ardiendo y deseando más. Mi mente está sumergida en un torbellino de deseo y pasión.
En un momento de lucidez lo veo a los ojos y mi pecho se paraliza por unos segundos. Fuego, es lo que veo en su mirada. Terrence Clark mi odioso jefe millonario me desea aquí y ahora, tanto como yo a él.
Sin embargo, nuestra cúpula de ardiente deseo se disipó cuando mi móvil empezó a sonar.
Mierda, mierda, mierda.
Salgo corriendo y entro violentamente de la oficina de mi jefe, el idiota de Terrence y yo nos hemos besado ¡Y joder que beso! Si no hubiese sido por los vecinos que llamaron para decirme que Marilyn se ha quedado dormida en el porche, seguro estaría siendo empotrada por mi jefe.
Dios.
Lo deseo.
Disperso rápidamente esos pensamientos y pulso nerviosamente el piso 1 del elevador con la esperanza de que mientras más veces lo haga más rápido irá.
Terrence se encuentra de pie con el pecho jadeando y portando una mirada de cazador. Aprieto las piernas con fuerza y rezo mentalmente para que esta máquina de metal baje de una vez antes de arrepentirme de lo que estoy haciendo.
-¡Dominic!
Le escucho decir por última vez antes de que se cierren las puertas del elevador.