CAPÍTULO 16: MAXINE NARRA NOEMIE LACROIX Me aferré a los reposa brazos de la silla apretando mis manos, con la misma intensidad que apretaba mis dientes y mi mandíbula. Sentí que la sangre me hirvió a través de las venas como la lava de un volcán a punto de erupcionar. «¿Qué diablos era todo eso?», pensé, furiosa. Quería tener frente a mí a ese idiota mentiroso de Iain Redfield, para ahorcarlo con mis propias manos por ser un completo patán que me había mentido y que pensaba que podía usarme como a un juguete para satisfacer sus necesidades. Me sentía la más estúpida de las estúpidas porque había creído en su palabra... «Por Dios... ¡Qué estúpida eres, Noemie!», me regañé mentalmente. Me sentí la más idiota de las idiotas, por haber creído en las tontas y falsas palabras de ese creti

