
Algunas veces, solo se necesita una mirada para cambiarlo todo, para despertar tentaciones y provocar que el infierno arda y los lazos de lealtad se rompan. Una mirada bastó para cambiarlo todo. Una mirada bastó para que El Príncipe de la Cosa Nostra y el único heredero del trono oscuro de Sicilia quedara cautivado por los ojos color verde olivo de aquella mujer que solamente era una víctima y había quedado cautiva ante su poder, para cobrar una deuda de sangre que debía ser pagada con dolor y muerte. Aquel amor que ella despertó en él, fue lo que provocó que los juramentos de lealtad fueran rotos y que el Príncipe volviera a traicionar a todos, para proteger a aquella mujer rota y herida que despertó sus instintos protectores. Aquel amor fue el que despertó aquella perversa tentación que provocó que la sangre volviera a correr y que los enemigos se volvieran aliados. Él solamente quería protegerla y que ella se enamorara de él. Ella solamente estaba tratando de no enamorarse de aquel hombre que no debía amar porque había destruído a su familia.

