1- Ven a la fiesta conmigo.
JESSIE.
—Vamos Jessie, tienes que venir— se queja mi mejor amiga Caroline desde el borde de mi cama donde está sentada actualmente, haciéndome su mejor puchero. —Sabes que te necesito allí—
Ha pasado la mayor parte de la ultima hora intentando convencerme de ir a una fiesta a la que no tengo ganas de ir. Pero como la mayoría de las cosas, Caroline rara vez me deja en paz. Ha sido la historia de toda nuestra amistad que se remonta al segundo grado.
—Creo que estarás bien sin mí. Además, ya dijiste que Brooke iba a ir— le recuerdo volviendo mi atención a mi armario.
—Sabes que Brooke estará tan metida en el trasero de Luke todo el tiempo que probablemente ni siquiera la vere. Te necesito— reitera.
Por supuesto, sé que tiene razón, Brooke, la tercera parte de nuestra pequeña pandilla, es lo que algunos también podrían clasificar, para decirlo francamente, una zorra. Ella es una de esas chicas que persigue el amor como si fuera lo único en el mundo que la hará feliz, lo que la vuelve un poco inestable en el departamento de amistad.
Sin embargo, ambas la amamos a pesar de eso. Porque bueno, ella es Brooke y no hay nadie en el mundo como ella.
—Entonces, ¿Por qué ir? — Agarro el vestido amarillo que Caroline quiere tomar prestado, lo saco de la percha antes de girarme en su direccion.
—Porque es la fiesta más grande del verano, por no hablar de la última vez desde que me hablo de la fiesta la semana pasada.
—Eso también es lo que dijiste sobre la fiesta del mes pasado— le recuerdo, dejando caer el vestido en su regazo.
Debido a que somos muy parecidas en tamaño, pasamos más tiempo prestándonos la ropa la una a la otra que usando la nuestra. Mentiría si dijera que mi autoestima no cae en picada cada vez que Caroline sale con uno de mis conjuntos haciéndolo lucir diez veces mejor de lo que yo podría hacerlo.
Ella es toda curvas y pechos mientras que yo…bueno, no. Donde las cosas se adhieren a su cuerpo en todos los lugares correctos, el mismo atuendo me parece más un saco. Por supuesto, al estilo de una chica normal, se queja de cada centímetro de su cuerpo, aunque sabe que es hermosa. Con ojos oscuros y cabello largo oscuro y ondulado, Caroline es la encarnación de lo que toda adolescente desearía lucir. No hay manera de que ella no pueda ver lo que los demás ven.
Diferente a mi…
Yo soy más bien una chica sencilla. No hago todo lo posible para parecer demasiado arreglada. Por lo general, mantengo mi cabello largo y rubio al natural, dejándolo caer recto sobre mi espalda. Para mí, el maquillaje consiste en un poco de rímel y un poco de brillo labial transparente, y aunque me encanta usar vestidos de verano y blusas lindas, nunca uso nada demasiado revelador; de todos modos, no es que tenga mucho que mostrar.
No diría que soy tímida necesariamente, solo que soy mucho más modesta que mis dos mejores amigas promiscuas. Si bien todo se trata de chicos y diversión, a mí me preocupa más mantener el rumbo para ingresar a Columbia. Considerando que es una de las universidades más difíciles de ingresar, no puedo darme el lujo de distraerme demasiado.
—Si, pero esto es diferente— resopla Caroline, llevándome de nuevo al tema en cuestión.
—Lionel Baxter organiza las mejores fiestas de toda la escuela. Y como sus padres están de viaje, sabes que va a ser fantástica—
—Recuérdame otra vez como nos invitaron a la fiesta. Ninguno de nosotras es ni siquiera amigas de Lionel—
—No, pero, Rich si lo es— dice, refiriéndose a su juguete actual y a uno de los atletas más populares de Hartford High, Richard Commer.
—Sabes que juegan futbol juntos— Ella me da una sonrisa de complicidad.
—Ah, sí, ¿Cómo podría olvidarlo? Los chicos de oro. El dúo dinámico. Huevos y spam y todo ese jazz— pongo los ojos en blanco, sin importarme mucho todo lo relacionado con los deportes.
—Dice la chica que ha estado enamorada de Lionel desde que se mudó aquí en nuestro primer año— Ella me mira entrecerrando los ojos.
—Eso fue hace dos años, Caro. He superado eso para siempre— Miento incluso cuando mi exnovio Brian y yo estábamos saliendo yo estaba enormemente enamorada del infame Lionel Baxter.
No es que alguna vez hubiera tenido la oportunidad de llamar su atención. Es un año mayor que yo, y si hay una persona en la escuela que es más popular que Rich es Lionel. Lo que significa que está constantemente rodeado de chicas, todo el tiempo.
—Vamos, Jess, ya nunca harás nada conmigo. alguna vez. Desde que Brian y tu rompieron, te has estado escondiendo en tu habitación— Ella intenta un ángulo diferente conmigo.
—Esto no tiene que ver con Brian— objete inmediatamente.
—Eso es lo que has dicho todo el verano y, sin embargo, te niegas a ir a cualquier lugar donde creas que podría estar—
—Me engaño, Caroline, ¿o necesito recordártelo? — El dolor de todo lo que me hizo pasar saca a Lionel completamente de mi mente.
—¿Por qué querría someterme a una noche viéndolo hacer alarde de su nueva novia en mi cara? No gracias. Estaré bien aquí—
—Pensé que habías dicho que no tenía nada que ver con Brian— ella me levanta una ceja.
—No es así, pero ciertamente no ayuda—
—¿Y entonces que? ¿vas a sentarte aquí toda la noche viendo repeticiones de cualquier programa de televisión tonto que pretendas encontrar interesante mientras el resto de tus años de secundaria se te pasan de largo? —
—No me importa si lo hago— me dejo caer en mi escritorio que se encuentra en la esquina de mi habitación y giro mi silla para mirarla.
—Le estas dejando ganar, te das cuenta, ¿verdad? — ella desafía.
—Aquí no se gana ni se pierde, Caroline. Yo ya perdí. Él se aseguró de eso cuando se unió a Demi Davies, y toda la escuela lo supo antes que yo—
No menciono el hecho de que se aseguró de incluir en la fábrica de rumores que soy una virgen mojigata engreída. Virgen, sí. Mojigata o engreída, en lo más mínimo. Quiero experimentar todas las cosas que mis amigos ya tienen. Quiero saber a qué se debe todo este alboroto. Pero también me niego a regalar mi virginidad al primer chico que mire en mi direccion. Brian claramente no entendía eso, de ahí que seis meses después de nuestra relación encontró a una chica que estaba dispuesta a abrir las piernas sin pensarlo dos veces.
Al ser mi primera relación real, no tome bien nuestra ruptura. Creo que se debió más a lo humillada que me sentí que al hecho de perderlo. No mentiré y diré que no estoy celosa de lo rápido que siguió adelante o de lo herido que fui por la facilidad con la que me dejo caer, pero ahora se trata de mi propio orgullo que de cualquier otra cosa.
—¡Que se joda Brian! — Caroline levanta las manos con frustración.
—Deberías estar ahí mostrándole todas las razones por las que la cago épicamente y no sentarte aquí dejándolo pensar que fue el quien rio el ultimo—
—¿Y se supone que debo de hacer eso? ¿disfrazándome y haciendo cabriolas como si todo fuera genial? — Cruzo los brazos frente a mí.
—Eso es exactamente lo que se supone que debes hacer. Fingir hasta lograrlo, Jessie. Tú, más que nadie, deberías entender eso. Tu eres quien me lo predico durante meses después de que mis padres se separaron. Si no fuera por ti, habría sido un desastre. Pero no me dejaste hundirme. No me dejaste sentarme sintiendo lastima de mí misma. Me obligaste a salir de casa. Y si no fuera por eso, nunca habría conocido a Rich— dice.
—¿Y cómo te está yendo? — pregunto sarcásticamente.
—¿Qué se supone que significa eso? —
—Solo digo, Caroline, has pasado todo el verano siguiéndolo como un cachorro perdido, y el chico ni siquiera ha tenido la decencia de convertirte en su novia oficial. Creo que es bastante seguro decir que te está dando largas—
—Oh, así que ahora solo estas en el negocio de ser una idiota arrepentida, ¿sino que también estas decidida a destrozar a todos los demás contigo? — espeta, y mi elección de palabras claramente toca un tema delicado para ella.
Puedo decir por la expresión de su cara que he cruzado la línea. Tiene razón, ¿Quién soy yo para mearme en los desfiles ajenos? Si su acuerdo funciona para ella, ¿Quién soy yo para juzgar?
—Lo siento Caroline. No sé porque dije eso—
—Mira, entiendo que las cosas han sido difíciles para ti estas últimas semanas, pero la mejor manera de superarlo es volver a salir. Por eso vienes a esta fiesta conmigo— Afirma. Cuestión de hecho. —Ahora vuelve a meter tu trasero en ese armario y encuentra algo que ponerte que tenga a Brian preguntándose porque te dejo ir—
—No creo que un lindo atuendo haga la diferencia. Además, ya no me importa lo que el piense. El tomo su decisión—
—Entonces muéstrale que no te importa y ven conmigo. No aceptare un no por respuesta—
—No lo sé— Vacile, pensando en todo lo que acaba de decir.
—Por favor, Jessie— Ella saca el labio inferior. —No estoy por encima de la mendicidad—
A decir verdad, una noche de fiesta no parece el fin del mundo. Caroline tiene razón, desde que Brian y yo rompimos me he estado escondiendo. Pero eso no significa que la idea de verlo no me dé nauseas. Como ella dijo todos los que sean alguien estarán ahí, y Brian nunca se pierde una buena fiesta. Se con total certeza que, si voy allí, definitivamente lo vere.
Una cosa es saber que tendré que verlo en los pasillos cuando comiencen las clases la próxima semana. Otra cosa completamente distinta es tener que enfrentarlo en un entorno social. Sopeso los pros y los contras en mi cabeza. si no voy, Brian y el resto de mis amigos y compañeros de la clase entenderán aún más que todavía estoy colgada por lo que me hizo. Y si bien eso es cierto, no significa que quiera que él lo sepa.
—Bien— Finalmente cedo, sabiendo que de ninguna manera ella me dejara salir de esto. Ella chilla de alegría y al instante salta, formando una línea para mí armario.
—Pero yo elegiré mi propio atuendo— agrego rápidamente, sabiendo que si se lo dejo a ella me vestirá como una adolescente en celo.
—Aguafiestas— se queja cuando me uno a ella frente a mi armario.