Sophie jamás imaginó sentir tanta felicidad en su corazón, abrazó con fuerza al hombre frente a ella y sumergió su hermoso rostro en su pecho.
Alexander acariciaba su cabello ondulado, apretándola contra su cuerpo.
—¡Mi bella Sophie! Tengo que ir a una cena importante ¿quieres acompañarme? En realidad me gustaría mucho que fueras a mi lado.
—Si, iré contigo.
—¡Gracias cariño!
El automóvil se estacionó frente a ellos, subieron y se marcharon del zoológico.
Una vez en su habitación, sentada en su cama, Sophie secaba su cabello observando las estrellas de la noche, entendió que la manera de amar de Alexander era única y ella también sentía lo mismo. Sonrió y tomó el teléfono en sus manos, suspiró y comenzó a escribir.
*—Gracias por éste magnífico día a tu lado, desde que te conocí soy inmensamente feliz ¡te amo, Alexander!
*— Y seguiré haciendo tus días felices ¡te amo mi bella Sophie!
Era la primera vez que decía esas palabras, Alexander brincaba de alegría en su habitación, su amplia sonrisa y su buen humor lo hicieron dormir lleno de felicidad.
Los días previos a la cena, Alexander planeó todo con bastantes cuidado, desde el vestido hasta el momento de la entrada dramática de su amada, Kassandra estaba cada vez más cerca de Alexander, tanto que podía notar su felicidad en él.
—Alexander ¿puedo ir contigo a la cena?
—¡Claro iremos todos! Debemos asistir juntos ya que el proyecto está en nuestras manos.
—¿Seré tu acompañante entonces?
—Iremos los cuatro pero yo ya tengo acompañante.
—¿Que?
—Debo ir a cambiarme, nos vemos en la cena Kassandra.
—¡Alexander! ¿Con quién irás?
Kassandra gritó viendo como Alexander salía de la oficina.
*—¿Con quién irás? No conoces a nadie. Sólo lo dijo para no asistir a mi lado. Pero te acercarás a mí al verme.
En la habitación universitaria, Sophie estaba de pie frente a su armario, el único vestido para fiesta que tenía era corto, no era para la ocasión.
—¿Que tanto buscas?
—Un vestido, saldré a una cena con Alexander pero no tengo que ponerme.
—¡Elegante por lo que veo!
—El se mueve entre la élite. Será este es lo único de ente que tengo.
—Es sencillo pero es bonito, tu descuida te verás hermosa con lo que uses, eres una mujer bastante bella.
—¡Gracias Felicia!
—Te dejo, iré a recoger a la bebé. Ponte guapa y te tomas muchas fotos.
Saliendo de la habitación le envío un beso con la palma de la mano, Sophie sonrió y movió la cabeza. Observaba el vestido y pensó que podía hacer algo con el.
*—¡Ok! Te pondré algunos accesorios y la pashmina de seda la abuela, eso le dará un toque.
Unos golpes en la puerta sonaron, Sophie sonrió pensando era su amiga y abrió.
—¿Que se te olvidó?
—Señorita Cleiton.
—¡Peter!
—El Duque le envía ésto y ella es Deina la ayudará con lo necesario, la espero abajo para llevarla al lugar del evento.
Peter estiró los brazos con una enorme caja y una bolsa de compras, Sophie las tomó y agradeció antes de entrar.
—Gracias, Peter.
—Deme eso señorita, yo la ayudaré con su maquillaje de hoy.
Deina colocó todo sobre la cama, comenzó a poner su equipo con mucho cuidado y señaló la silla frente a ella.
—Tome asiento señorita Cleiton, es muy hermosa se verá muy bien con un maquillaje ligero y natural. Un peinado recogido le dará elegancia haciéndola lucir más sofisticada.
—Confío en tu buen gusto.
Deina comenzó su trabajo, cada gota de maquillaje lo colocaba con bastante precisión y delicadeza. El peinado recogido con algunos mechones de cabello suelto para hacerlo más juvenil la hacían lucir más hermosa.
—Listo señorita, ¿le gusta?
—¡Soy yo! Me dejaste linda.
—Nada de Linda, es bellísima no hice mucho su rostro es casi perfecto. La ayudaré a ponerse el vestido.
Al sacar el vestido, sus ojos de abrieron de par en par, un vestido en color blanco largo, estraple con un cinturón de cristales en color rojo fuego hacia su aparición.
—¡Es hermoso!
Despues de ponerse el vestido, Deina le ayudó con la joyería, un collar de perlas blancas y le entregó los zapatos antes de irse.
Los zapatos llenos de brillos rojos a juego con el cinturón resaltaban bajo la falda del vestido, Sophie se veía en el espejo frente a ella y no podía creer que podía verse así de elegante. Tomó el bolso y salió del edificio, en el camino se encontró con Felicia la cuál casi ni la reconoce.
—Pero ¿quién eres y que hiciste con Sophie? Amiga te ves hermosa. ¿De dónde salió ese vestido?
—No es mucho. Lo envío Alex.
—Tu naciste con elegancia, ésta vida es para ti. No te abrazo porque te ensucio, ve y diviértete cenicienta.
Al salir del edificio las personas que pasaban no podían dejar de ver a Sophie, era bastante llamativo su vestido, todos elogiaban si porte y belleza.
—Señorita Cleiton, suba.
Su respiración se aceleraba con cada metro que se acercaba al gran salón de banquetes, algunos periodistas esperaban detrás de la alfombra roja para tomar fotografías de los invitados, Alexander no pensaba ocultar su relación así que tenía planeado que llegara cuándo todos los invitados estuvieran dentro. Un automóvil de lujo llegó delante de ellos y bajó Kassandra con un vestido color dorado, al ver a Alexander salir pensó se dirigía a ella.
—Alexander.
Kassandra se quedó inmóvil al verlo pasar a su lado sin mirarla, los periodistas comenzaron a tomar fotografías de la bella dama que descendía del automóvil que llegó.
—¿Quién es? El Duque salió personalmente por ella.
La sonrisa y ojos llenos de asombro de Alexander se hacían presentes.
—¡Te ves hermosa mi Sophie!
Posando con ella tomada de la mano, espero a que tomarán algunas fotografías y caminó dentro del salón de banquetes.
*—¿Quién eres, maldita mujer? Te vas a arrepentir.