Siento la suave brisa que acaricia mi rostro, escucho a los cardenales cantar. Agudizo mis oídos y escucho a las ardillas treparse a los árboles. Lentamente abro los ojos y un rayo de luz golpea mi rostro, haciendo que vuelva a cerrar los ojos quejándome. - Hasta que por fin despiertas dormilón - siento la molesta voz de Logan sonar en mi mente y gruño. - Logan, ¿qué hacemos aquí? - digo, ni siquiera he abierto los ojos para ver, pero ya sé dónde estamos. - Pues, te dije que fueras al bosque porque estabas por cometer una locura con Lea y superaste tus límites de velocidad y cuando redujiste de golpe, te desmayaste - dice y abro los ojos de golpe viendo árboles inmensos sobre mí. Me levanto y veo los enormes bonsáis, el increíble aroma a pino, la arboleda del roble blanco, las copas d

