3. Desilución

1923 Words
Andrew Miro el reloj y ya va siendo hora de que salgamos para el entierro de mi amado padre, terminó de acomodar mi saco y corbata tomo mi celular y salgo de la habitación en busca de mi hermana camino hasta llegar a su puerta tocó suavemente a la espera de escuchar su voz. —Adelante —dice al otro lado, abro la puerta y entro y la miro sentada con su carita llena de ojeras y sus ojitos totalmente irritados de tanto llorar, me duele verla así totalmente devastada por la muerte de nuestro padre, pero es algo que tenemos que afrontar y por supuesto que siempre voy a estar aquí para ella. —¿Cómo te sientes? —Me siento a un lado de su cama mientras juego con su cabello largo ella se deja caer sobre mis hombros y se echa a llorar, así que la tomo entre mis brazos y la abrazo tan fuerte que quisiera nunca soltarla para que nadie la hiciera daño. Después de platicar un rato y de consolarla salimos hacia el cementerio donde le daremos cristiana sepultura a nuestro padre, durante todo el camino ninguno de los dos pronunció ninguna palabra solo dejamos salir una que otra lágrima pues en verdad este dolor es difícil de llevar, si pudiera descifrar es igual de duro que el día que nuestro padre nos dijo que mi madre murió, pero a ella nunca le llevamos flores ni supimos en donde está sepultada ya que para mí padre era muy doloroso y nunca nos quiso decir creo que la amo tanto que se quiso llevar ese secreto a la tumba, pero en cambio con nuestro padre es diferente a él vamos a poder llevarle flores y donde llorar lo cuando nos sentamos solos. Después de veinte minutos por fin llegamos al cementerio y como si el cielo y el universo supiera del dolor que llevamos por dentro porque ha empezado a caer un fuerte aguacero creo que es el diluvio universal ya que llueve a cántaros, pero en medio del agua y de todo se me hace extraño que todavía no haya ningún auto estacionado se supone que pasamos todas las amonestaciones para que nos acompañaran en este día tan triste para Megan y para mí, me bajo de auto mientras le digo a Megan que me espere mientras voy a la cajuela del auto en busca de una sombrilla para no mojarnos así que camino bajo el fuerte aguacero abro la cajuela del auto y saco dos sombrillas abro una y camino hacia el asiento del copiloto para darle la otra a Megan. Abro su puerta y le doy mi mano para ayudarla a bajar y le pasó la sombrilla que ya tengo abierta, abro mi sombrilla y caminamos hasta llegar en donde se supone que vamos a enterrar a nuestro padre pero al llegar nos llevamos una gran sorpresa ya que las únicas personas que hay es el ama de llaves quien trabajo para mí padre durante muchos años y su chofer aparte del sepulturero se me hace muy extraño no ver a mi tío James y a mis primas Amelia y Olivia no entiendo porque todavía no han llegado. —Andrew, ¿Dónde están todos? —pregunta Megan curiosa, pero yo ahora me estoy haciendo la misma pregunta, pues se supone que al menos mi tío por ser hermano de nuestro padre debería estar aquí, pero ni siquiera ellos, ni sus socios ni los empleados de la empresa que tanto puso su esmero y dedicación. —No se hermanita tal vez les cogió la tarde y no demoran en llegar —respondo tratando de darle ánimos pues sé que ella al igual que yo. —¡Lo sentimos mucho, jóvenes! —dice el señor Josué quien sirvió a mi padre por muchos años, incluso yo era tan solo un niño de cinco años y él ya trabajaba con nuestro padre. —Gracias —respondimos los dos al mismo tiempo —¡Qué gusto volverlo a ver joven Andrew!, así fuese en estas circunstancias pero me da alegría verlo y saber que usted y su pequeña hermana están bien, y mi más sentido pésame nunca me imaginé que su padre tomara está decisión tan trágica. —Me dejó caer en sus brazos porque al igual que el señor Josué ella llevaba trabajando con nosotros muchos años. —Muchas gracias por acompañarnos en este trance tan difícil, pero tú sabes algo de mis tíos y mis primas. —Pregunto curioso pues yo solo llevo tres días en la ciudad y no sé que está pasando. —Hay joven, no me extrañaría que no vinieran, después del entierro de su padre me gustaría hablar con usted unas palabras, pues usted tiene que saber muchas cosas que en su ausencia pasaron. Lo que me dice la señora Emma me preocupa pues fueron tres años en que no supe nada de mi familia a un no entiendo porque me desentiendo de todo, asiento y sigo mi camino junto con Megan pues el sacerdote ya va empezar a oficiar la misa en nombre de mi padre, tomamos asientos uno de los tantos que hay desocupados en verdad llegué a pensar que los amigos y socios, así como conocidos todos acudirían a su entierro pero que equivocado estaba, presto atención a la misa solo hasta que veo a Amelia venir y en sus manos claveles blancos, sé que es Amelia a pesar de ser hermana gemela de Olivia la reconozco, su apariencia es distinta la apariencia de Olivia es muy fuerte y en cambio Amelia suele tener una apariencia dulce. —Hola Megan —se inclina y le da el pésame a mi hermana. —¡Andrew! Que gusto verte. —Me habla con tanta emoción que hasta a mí también me da emoción de verla, ella al igual que con Olivia son las únicas familia que tengo por parte de mi padre y aunque ella esté aquí todavía se me hace extraño que ni mi tío y Olivia hayan venido, pero por ahora dejaré de pensar en todo eso y prestaré atención a la santa misa y al último adiós a mi padre, mientras Amelia se sienta a nuestro lado vemos como Megan se levanta de su silla y corre hacia el ataúd que ha empezado a descender, me levanto y corro hacia ella pues por poco y cae encima del ataúd, solo llora y grita a todo dolor trato de calmarla pero ella no reacciona así que la levantó con gran fuerza y la zarandeo de lado a lado pues lo último que quiero es que ella pierda la razón. —¡Megan!, Ya basta tienes que ser fuerte no te puedes dejar derrumbar. —La abrazo mientras ella se deja caer en mis brazos, sé muy bien todo el dolor que ella siente después de todo ella solo lo tenía a él ya que cuándo mi madre faltó ella era tan solo una bebé y no tuvo el amor de una madre cosa que aunque sea yo tuve poco tiempo pero tuve, después de calmar a Megan vemos cómo le echan tierra a nuestro padre es muy duro saber que la persona que tú creíste que iba a estar ahí para ti siempre ahora está 10 metros bajo tierra, pero lo más triste es ver cómo tú hermana se desmorona poco a poco. Luego de terminar con todo salimos del cementerio, Amelia se ofreció a llevar a Megan a la casa ya que yo no puedo debo hablar con la señora Emma quien me dijo que después de terminar tendría que hablar conmigo pues por supuesto que tengo que hablar con ella ya que hay muchas cosas que aun no entiendo, como por ejemplo porque mi padre decidió quitarse la vida, también el porqué de nuestra quiebra total, además quiero saber quien es el nuevo socio que no apoyó a mi padre, son tantas cosas que tengo que saber que mi cabeza no deja de dar vueltas y vueltas es más si no averiguo cuanto antes creo que me voy a volver totalmente loco. —Amelia por favor no la dejes sola, yo tan pronto haga algunas cosas iré de inmediato, pero por favor no la descuides. —Le doy el último beso en la frente a Megan pues tengo tanto miedo de perderla que de solo pensar me aterra la idea. —Tranquilo Andrew, yo te espero —Dice Amelia para después darme un abrazo, las veo caminar hasta que se suben en el auto de Amelia y logro sentirme un poco más calmado solo espero y la sepa cuidar, pues no quiero que ella se lastime y todo por el dolor de la partida de nuestro padre, después de que ellas se van le hago señas a la señora Emma y a el señor Josué para que suban al auto pues tenemos que ir a otro lado hablar no podemos hablar aquí en medio de la nada, conduzco hasta llegar a un café donde nos bajamos e ingresamos por supuesto que cada quien pide lo que quiere ellos piden dos aguas minerales y yo un café bien n***o y fuerte pues quiero estar bien despierto para lo que tengan que decirme. —Bueno señora Emma, ¿Qué es lo que usted tiene que decirme? —preguntó ansioso. —Bueno joven Andrew, primero que todo se me hizo extraño ver a la señorita Amelia aquí sola en el entierro de su padre, no sé porque vino sin el señor James y la señorita Olivia, ellos habían quedado en malas condiciones después de todos los problemas que tuvo con su padre el señor Smith, pero creí que al menos en este día iban a dejar las diferencias, pero por lo visto no fue así —dice ella, pero a mí también se hace todo extraño que fue eso tan grave para que mi tío hubiera decidido no venir al entierro de su propio hermano. —¿Y tú sabes qué fue lo que pasó ahí?, ¿Sabes cuál fue el problema? —pregunto, pero ella niega así que no la interrogó más. —No joven no se mucho del problema entre su tío y el señor Smith, pero el señor Oliver días antes de decirme que ya no me podría darme trabajo me envió a llevarle unos documentos a una señorita quien al ver los documentos que le entregué se puso furiosa y dijo que no se iba a quedar así, no sé muy bien quien era solo sé que es la hija del socio con quién su padre había hecho tratos, después de yo entregar esos documentos empezaron muchos problemas para su padre tanto así que termino por quitarse la vida. —Me llenó de ira al no saber bien que fue lo que realidad paso, lo que si se es que la mujer a quien mi padre envió los documentos es la culpable de su muerte y la voy hacer pagar hasta la última lágrima derramada de Megan y todo el dolor por el que mi padre tuvo que pasar. —¿Y cuál es el nombre del socio y de la hija? —pregunto serio. —Del socio solo sé que su padre le decía el apellido "Johnson" pero el de la mujer si se me quedó bien grabado —dice la señora Emma —¿Y cuál es el nombre? —pregunto —Elizabeth Johnson —dice, ahora por fin tengo el nombre de aquella persona.
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