Andrew
La miro y sé que no debo ser duro con ella, no todos tomamos las cosas de la misma forma y ella, intentó buscar la forma de calmar todo ese dolor.
—¡Perdóname Andrew!, ¡Perdóname! —La tomo entre mis brazos, y la abrazo fuertemente, sé que a ella le duele más que nada lo que intento hacer con su vida, pero quién soy yo para juzgarla después de todo yo me fui durante tres años y no estuve aquí para ella y ni siquiera para mi padre, ni siquiera en los peores momentos estuve, como me duele no haber estado aquí y así él no hubiera terminado con su vida, lloró al lado de mi hermana, es hora de sacar todo esté dolor que tengo dentro.
Apago el auto y bajo mientras doy la vuelta para abrir la puerta a mi hermana, le doy la mano para ayudarla a bajar, y caminamos hacia la casa pienso dejarla a qué se dé un baño para después volver por venir y llevarla al funeral de mi padre.
—El señor Andrew Smith. —Giro al escuchar mi nombre y al girar veo tres hombres con maletines en sus manos todos vestidos de color n***o, me imagino que son amigos de mi padre ya que todos vienen con trajes de luto.
—Si soy yo —respondo, mientras le hago señas a Megan que me espere adentro mientras atiendo a los señores.
—Mi nombre es José de León y le damos nuestro más sentido pésame, pero este proceso es algo que ya no puede demorar —dice un hombre, quien sacó unos documentos del maletín que lleva en sus manos.
—Disculpe señor, ¿A qué se refiere usted? —pregunto ya que veo que no son amigos de mi padre, al contrario, me parece muy sospechoso todo esto.
—Verá señor Smith, a su padre Oliver Smith ya se le había notificado que tenía que desalojar la propiedad en aproximadamente en un mes, pero debido a las circunstancias de su fallecimiento tendrán que desalojar la propiedad en una semana ya que al no estar él todos los acuerdos con su padre quedan nulos. —Me echo hacia atrás pues todo esto me toma por sorpresa, nunca pensé que el estado financiero de mi padre era tan grave, todavía no entiendo que pudo haber pasado en estos tres años si antes de irme nuestra empresa era una empresa próspera, una de las mejores a nivel nacional e internacional.
—Disculpe señor León hay algo que pueda hacer, pues está propiedad es lo único que nos queda de nuestro padre y no quiero perderla. —Trato de poner mis puntos pues en verdad no quiero que Megan quedé sin nada ahora que nuestro padre ya no está.
—En verdad señor Smith lo único que haría que usted no se quede con esta propiedad es que cancelé al banco las cuotas de la hipoteca, ya que su padre debía un año de ella, no creo que usted tenga está cantidad. —Estiro mi mano y recibo el papel que específica la cifra total de intereses, abro mis ojos una y otra vez jamás pensé que fuese tanto dinero, sé que tengo unos ahorros pero nunca me alcanzaría para tanto monto además todavía está faltando lo de la funeraria de mi padre, dejó no salir un suspiro de derrota al no poder hacer nada me despido de los hombres quien al fin y al cabo no tienen la culpa solo cumplen su trabajo.
Me despido de Megan y salgo hacia la funeraria arreglar todo para su entierro, mantengo mi vista en el volante mientras mi mente divaga, por más que doy vueltas y vueltas de que pudo haber pasado no encuentro respuesta alguna, pero después de que pase todo me encargaré de averiguar todo pues no es posible que perdamos todo de la noche a la mañana, freno en brusco ya que adelante un auto acaba de chocar pero al frenar bruscamente un auto me acaba de estrellar también, «lo que me faltaba» me bajo del auto a ver si el golpe que le dieron al auto es de consideración o me voy mejor, pero al poner mis ojos en frente aquel espejismo se hace realidad nuevamente ante mis ojos.
—¡Qué le pasa maldito imbécil!, ¿Acaso pretende matarme? —Dejo salir una sonrisa, pues la hermosa mujer por lo visto no se da cuenta que la que me chocó fue ella, introduzco las manos en mis bolsillos y caminó hasta donde se encuentra tan bella dama, pues tan solo tenerla en frente hace que quiera tenerla más cerca.
—Disculpe señora, —abre sus ojos como platos—. Cómo puede ver usted fue la que me estrelló, y no, no pretendo matarla.
—Primero no soy señora, pero que va saber usted un asesino en serie que se dedica a frenar en seco, para que mujeres indefensas tengamos que bajarnos del auto a correr peligro. —Vaya si esta mujer, es indefensa yo soy un pobre conejito a quien su madre acaba de abandonar.
—Le cuento que tiene una gran imaginación, pero como puede ver adelante hay un choque entre dos autos y fue por eso que frené en seco, pero tranquila no va tener que pagarme nada. —Me giro, mientras la bella mujer está que echa chispas por boca y nariz parece un volcán que está a punto de hacer erupción.
—Es usted grosero, prepotente, e imbécil. —Sigo mi camino mientras mi bello espejismo sigue insultando desde su auto, parece que no le gustó que la dejara hablando sola, pero este no es tiempo para discusiones mi padre me espera porque lo recoja, mi triste realidad.
Al llegar a la funeraria arreglar todo con respecto a mi padre me llevo la sorpresa de que debo pagar una fuerte cantidad de dinero y todo para que me lo entreguen, ¿y ahora que más puede pasar? es cierto mi padre se quitó la vida, pero a raíz de esa tragedia he tenido golpe tras golpe, primero fue ver a mi padre muerto encima de su escritorio con un tiro en la cien, segundo fue llegar a mi casa y ver a mi pequeña hermana prácticamente muerta, que hubiera atentado en contra de su vida y eso es una de las cosas que más me llena de dolor y angustia, tercero tener que llegar con mi hermana convaleciente a nuestra casa a la que crecimos y tenemos miles de recuerdos y enterarnos que tenemos que desalojar la casa porque el arreglo con que tenía mi padre se fue a la basura, y no creo que se la última tengo que pagar, es una fuerte cantidad de dinero y todo para que me entreguen su cuerpo, gracias a Dios siempre he sido un hombre muy organizado con mis finanzas y tengo dinero ahorrado de otra manera creo que me hubiera tocado pedir limosna.
Después de durar casi tres horas de papeleo y por fin me entregaron el cuerpo de mi amado padre, después de dejarlo en la funeraria y pasar la amonestaciones para que los amigos y conocidos vayan a su velorio ahora voy hacia mi casa para poder cambiar mi atuendo e ir con Megan a darle el último adiós.
Conduzco aproximadamente durante casi una hora pues el tráfico está terrible el día de hoy, al llegar a la casa lo primero que hago es buscar a Megan en toda la casa, pues después de lo que pasó ayer no quiero más sorpresas y mucho menos que le pase algo malo.
—¡Megan, Megan! —gritó angustiado al no tener respuesta alguna de ella, así que subo rápido las escaleras y voy lo más rápido que puedo hasta su habitación, abro la puerta casi que de golpe, al ingresar la veo profundamente dormida y en sus oídos dos par de audífonos, dejó salir un suspiro de alivio pues por un momento pensé lo peor, me imaginé que ella había vuelto a atentar contra su vida pero gracias a Dios no fue así, solo fueron impresiones mías.
Así que me acerco hasta donde se encuentra dormida y dejó un beso en su frente, la pienso dejar dormir otro rato más mientras me doy un baño, es bueno que ella descanse un poco después de todo lo que está viviendo es demasiado difícil para ella bueno igual para mí, caminó hacia mi habitación y me encierro en ella están grande el vacío que tengo en mi corazón que quisiera dormir y no volver a despertar nunca más.