-Llegamos a la cabaña, en verdad Augusto quería comprobar que no era una farsa, el muy imbecil venía detrás.-
-Adaluz me permitió ingresar, el lugar era acogedor y muy impecable.-
-Bienvenido, siéntete como en tu casa.- mencionó
-Yo solo observaba todo, era bastante pequeño en comparación a la hacienda pero sentía que había más calidez en este lugar.-
-Veía a Augusto tratando de espiar por las ventanas.-
-Bastante curioso tu primo.- mencionó
-Eso veo, no entiendo por qué lo hace.-
-Fácil, el cree que es una farsa.-
-Pues lo es.-
-Si, pero no tenemos que darle la razón, ¿quieres comer algo?- preguntó recogiendo sus cabello.-
-Yo solo asentí.-
-Vi como ingreso a la cocina, yo me quedé cerca, ella simplemente sacaba utensilios, huevos y tocino.-
-Parecía que había nacido p
