Que si quiero ser... tu esposa? Él lo había dicho con tanta naturalidad y tan poco sentimiento que ella creyó haber oído mal. –Sí. Como has dejado claro, mi oferta de que seas la niñera es inaceptable y también tienes razón al decir que la niña es infeliz sin ti. –Se llama Leena –repitió ella molesta por su insistente desapego. –Sé cómo se llama. Le entregó a Leena y ella sintió un arrebato de amor. Él empezó a ir de un lado a otro. –Es algo muy sencillo que nos protegerá legalmente a los tres. Tú podrás adoptarla y, si nos divorciamos, algo que haremos sin duda, salvo que nos evitemos tanto que el matrimonio no se interponga en nuestros caminos, podremos alcanzar un acuerdo de custodia compartida. –Yo... ya es posible que una pareja que no esté casada consiga la adopci

