41- Necesito un consejo objetivo

1585 Words
LIA Después de esa noche con Nero, creo que hemos llegado a un nuevo punto en nuestra relación. Y tal vez tenga razón. Hay una nueva comprensión en su mirada cuando me mira, su voz más cálida. Incluso se ríe y hace alguna broma ocasional cuando nos cruzamos durante el desayuno o tarde en la noche. Pero todavía me mantiene a distancia. Han pasado días desde que me folló hasta el cielo y de regreso, pero no me ha tocado desde entonces. Se ha ido a la oficina todo el día, y la mitad de la noche también, dejándome sola en mi cama, ansiosa por él. Debería alegrarme que me esté dando espacio, pero siento que estoy perdiendo la cabeza con cada minuto que pasa, casi lista para saltar sobre él en el momento en que entre por la puerta. Pero algo me contiene. Tenemos una paz incómoda entre nosotros y no quiero estropearla. Sea lo que sea con lo que esté lidiando, necesito manejar esto bien. porque si me lanzo de cabeza a esta conexión apasionada, se acabará el juego. El buen sentido saldrá por la ventana. Y también necesito descifrar mis propias emociones. Como lo que quiero de él. Lo que me depara el futuro, en toda esta locura. Pero, aún así, lo deseo con todas mis fuerzas. —¿Azúcar? — —Pensé que era bebé— bromeo, mientras desayunamos en la cocina bañada por el sol. Nero sonríe, echando azúcar en mi café. —Puedes tener ambas. Chica codiciosa— Nuestras miradas se encuentran y mi respiración se entrecorta, pero antes de que pueda coquetear un poco más. Nero vuelve a su teléfono. Maldita sea. Lo observo, desplazándose por su teléfono, mirando el periódico. Está a un millón de millas de distancia, atrapado en su trabajo, pero solo puedo pensar en el inclinándome sobre la isla de la cocina y follándome sin sentido. Mi piel se sonroja aún más. Hoy llevo una falda hasta la rodilla, con flores, así que todo lo que tendría que hacer es subirla para tener acceso total a mí. Manos extendiéndose…Dedos rozando…Aprieto los puños con fuerza al pensarlo. Puedo sentir la humedad acumulándose entre mis muslos. ¿Qué diría si se lo mostrara? Me sonrojo aún más ante el sucio pensamiento. Debería alegrarme que sea tan respetuoso, de que no asuma que solo porque follamos en la escalera como un par de animales, soy suya para tomarme a su voluntad. Y sin embargo… lo soy. Quiero serlo. Quiero que me pierda el respeto. Y mientras tanto, el completamente ajeno a todo. Mi teléfono suena sobre la mesa y parpadeo, dándome cuenta de que he estado mirando la isla, imaginando la escena en mi mente. —¿Muy distraída? — pregunta Nero, con aspecto divertido. —Solo…estoy pensando en el cuadro en el que estoy trabajando— miento, sacando mi teléfono del bolso. Es un mensaje del abogado con el que Ariza me puso en contacto. Quiere que nos reunamos. Mierda. Me quedo paralizada, la culpa me invade. ¿pensar en el divorcio cuando hace solo unos momentos imaginaba a Nero enterrado en mi hasta la empuñadura? Se siente como una especie de traición. Pero me obligo a mantener la calma. —Ariza quiere almorzar y tener una sesión de spa— miento. —Suena divertido— Nero levanta la vista y, poco a poco, mi respiración vuelve a la normalidad. Le respondo confirmando nuestra reunión y luego borro los mensajes. —Mejor me voy a preparar— exclamo alegremente. —Que tengas un buen día— Me levanto y veo algo brillar en los ojos de Nero mientras me mira. algo parecido al deseo. Pero simplemente da otro mordisco a la tostada. —Tú también— dice. Salgo de la habitación con el pulso acelerado. Escabulléndome para encontrarme con este abogado. Estoy jugando con fuego, pero intento ser inteligente. Una noche con Nero no puede solucionar todos mis problemas. Incluso si estamos en algún tipo de tregua, todo lo jodido de mi situación sigue aquí. Los federales me rondan, y mientras tanto, el anillo en mi dedo me vincula con los crímenes de Nero. Necesito un consejo objetivo. Cuando llego a la oficina del abogado, me recibe una recepcionista alegre. Toma su teléfono para decirle al abogado que he llegado mientras me dirijo a una silla en la sala de espera, pero la puerta de la oficina del abogado se abre antes de que este ni siquiera a medio camino. —Señora Morelli, pase enseguida— Esta es la primera vez que conozco al señor Harvey en persona, y es mayor de lo que imaginaba, probablemente de unos sesenta años. Bajo, con cabello plateado y una sonrisa amable, viste un traje caro y, al entrar en su oficina, puedo ver que le va bien. Se nota en las obras de arte invaluables de las paredes y en las primeras ediciones encuadernadas en cuero. —Ariza dice que eres el mejor— le digo a modo de saludo y él se ríe amigablemente. —Un gran elogio, estoy seguro. Puse en orden su acuerdo prenupcial— dice con un guiño. —Mas le vale a Ryan no pensar en engañarla, es todo lo que voy a decir— Sonrió relajándome un poco. Me acompaña al sofá y se sienta enfrente. —Entonces…sobre este divorcio tuyo…— —Solo estoy explorando mis opciones— digo rápidamente. —Siempre es prudente— coincide. —Especialmente en tu posición, basándome en la información que enviaste— lo dice con tanta delicadeza que suspiro. —Puedes ser directo— le digo. —Si alguien me va a decir las cosas con franqueza, necesito que me las digas tú— —Muy bien— asiente, y puedo decir por la mirada seria en sus ojos que este no va a ser un proceso fácil. —Tus opciones son, me temo, limitadas— —¿Qué quieres decir? — Me da una sonrisa con ironía. —Empecemos con este lío que involucra al FBI. Es una situación complicada ahora que estás casada Nero. La buena noticia es que no pueden castigarte por no testificar en contra de tu esposo si lo arrestan y encuentran algo de que acusarlo. No hay obstrucción a la justicia ni impedimento a una investigación…Nada de eso. El privilegio conyugal te protege a ti, y también a Nero— —Eso es lo que pensaba— —Pero es un arma de doble filo— dice, antes de que pueda sentirme demasiado aliviada. Existe la posibilidad de que te incluyan como cómplice, dependiendo de que lo acusen— Trago saliva. El agente George me advirtió sobre eso. —Y si me divorcio de él. ¿Eso me protegería? — —El señor Harvey asiente. —Tu mejor opción es separarte de él por completo para proteger tu futuro. No pueden arrestarte ni convertirte en informante si ya no está conectada con él. La boda fue tan reciente que sugeriría una anulación. Si puedes demostrar que te casaste bajo coacción y no has consumado el matrimonio…— Me sonrojo. —Eso…no será posible— El señor Harvey debe ver mis mejillas ponerse rosadas porque se aclara la garganta, alisando los papeles para evitar el contacto visual. —De acuerdo. Entonces esa no es una opción. Tendremos que ir por el divorcio. Eso es más complicado. El estado de Nueva York exige una separación para demostrar la ruptura del matrimonio antes de presentar la solicitud— ¿Separación? Se me encoje el corazón. —¿Por cuánto tiempo? Al menos seis meses. Así que te aconsejo que te mudes lo antes posible y empieces a establecer tu residencia independiente— Niego con la cabeza. —Eso no es posible. No ahora mismo— Nero nunca me dejará vivir separada de esa manera. Y si sabe que estoy pensando en dejarlo… Nuestra tenue paz se hará añicos. —Lamento que no sean las mejores noticias— dice el señor Harvey. —No— digo arrepentida. —Al menos ahora sé cuál es mi situación. Tendré que pensar en todo esto— —¿Qué tal si empiezo a preparar la documentación? — sugiere. —Así estará lista, por si la necesitas— Asiento. —Gracias— digo, pero las palabras suenan huecas. Me siento entumecida al salir de la oficina. ¿Seis meses más con Nero? Eso se siente imposible, y no porque no pueda soportar estar cerca de él. Es lo contrario. Ya está haciendo que me vuelva a enamorar de él, a mi pesar. No puedo evitarlo, y sé que es solo cuestión de tiempo antes de que no solo reclame mi cuerpo, sino también mi corazón. Y si lo hace… ¿Podré alejarme? Mi teléfono vibra con un nuevo mensaje al salir del edificio. Es Nero. Miro a mi alrededor por instinto. ¿Ha estado observando? Pero no. Ese capítulo de animosidad ha terminado. Leo el mensaje. Nero: Nos vemos en Amelia´s a las seis. Amelia´s es un restaurante elegante, uno de los lugares más populares según los chismes de la fiesta. Otro evento elegante, estoy segura. Y me necesitará para interpretar a la esposa perfecta. Suspiro. Solo otro recordatorio de que siempre hay un motivo oculto con Nero. Es difícil saber dónde termina la situación y comienzan nuestros verdaderos sentimientos. Incluso aunque ya no intentemos acercarnos a los McComark, las ambiciones de Nero no tienen límites. Entonces, ¿Cuál será su nuevo juego ahora?
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